Vestidos vaporosos, faldas de lino, camisetas de tirantes… La primavera y el verano traen consigo prendas que dejan poco margen de error a la hora de elegir lo que llevamos debajo. La ropa interior juega un papel clave en el resultado final de nuestro look, pero si no la escogemos bien, puede arruinar el efecto deseado: marcas visibles, transparencias inesperadas o sujetadores que no se ajustan bien. Aquí es donde la lencería invisible pasa a ser protagonista (aunque pase desapercibida, en el buen sentido).
Para evitar cualquier desliz, lo ideal es apostar por diseños de calidad y que realmente cumplan su función: que se adapten al cuerpo sin oprimir, ofrezcan sujeción y, sobre todo, resulten imperceptibles. En este sentido, Chantelle se ha consolidado como referente gracias a su dominio del arte de la lencería, combinando el saber-hacer con innovación para crear básicos invisibles que se funden con la piel. Sujetadores efecto segunda piel, acabados sin costuras y tejidos ultraligeros que acompañan cada movimiento sin dejar rastro. Más que básicos, hablamos de aliados para una comodidad absoluta e invisibilidad total. Si buscas piezas realmente discretas para tus looks estivales, toma nota de los errores que debes evitar:
1. Elegir la talla equivocada
Uno de los mayores fallos es usar una talla que no se ajusta bien a nuestro cuerpo. Un sujetador demasiado ajustado puede generar pliegues en la piel o marcarse bajo la ropa, mientras que uno demasiado holgado no ofrecerá la sujeción adecuada y podría desplazarse. En el caso de las braguitas sin costuras, si son pequeñas, pueden clavarse y marcarse más de lo esperado.
La solución: Conocer bien tu talla es fundamental. Marcas como Chantelle ofrecen sujetadores con un ajuste a medida, adaptándose desde la copa A hasta la I para garantizar una sujeción perfecta sin comprometer la comodidad.
2. Pensar que el blanco es el mejor color para prendas blancas
Parece lógico: vestido blanco, ropa interior blanca. Sin embargo, este es uno de los errores más comunes, ya que el blanco se percibe bajo ciertos tejidos. ¿La mejor alternativa? Los tonos nude o tierra, que se funden con el tono de piel y evitan contrastes visibles.
La solución: Optar por colores neutros que se camuflen con la piel para desaparecer bajo cualquier outfit.
3. Usar materiales inadecuados
No todas las prendas etiquetadas como ‘invisibles’ lo son realmente. Algunos tejidos sintéticos pueden resultar incómodos, generar fricción en la piel o incluso hacer que la prenda se mueva con el roce. Además, las costuras gruesas o mal posicionadas pueden marcarse a través de la ropa.
La solución: Apostar por materiales suaves, transpirables y con tecnología seamless (sin costuras). Chantelle ha desarrollado tejidos ultraligeros que ofrecen un efecto segunda piel y una suavidad excepcional, garantizando confort absoluto durante todo el día. Su nueva campaña Something More, ratifica su promesa de estar cómoda todo el día gracias a la versatilidad y calidad de sus diseños.
4. No probar la lencería con la ropa antes de salir
Creemos que hemos elegido la prenda perfecta, pero al vernos en otro tipo de luz o con cierto ángulo, descubrimos que algo se marca. Este error es más frecuente de lo que parece, especialmente con tejidos satinados, de punto o de colores claros.
La solución: Antes de salir de casa, prueba tu look en diferentes luces y con espejos de cuerpo entero. Mueve los brazos, camina y siéntate para asegurarte de que la lencería no se nota en ningún ángulo.
5. Confiar en ropa interior sin costuras que realmente no es invisible
Muchas veces, al comprar lencería sin costuras, asumimos que no se marcará bajo la ropa. Sin embargo, algunos diseños siguen dejando líneas visibles, especialmente bajo tejidos finos o ajustados. Esto suele deberse a bordes mal acabados, materiales gruesos o cortes que no se adaptan bien al cuerpo.
La solución: Elegir piezas con acabados ultrafinos y tejidos que se adhieran a la piel sin crear pliegues. Chantelle ha perfeccionado la lencería invisible con materiales suaves y flexibles que se funden con el cuerpo, asegurando una transición imperceptible entre la piel y la ropa.