Es una tradición que se produzcan nuevos retratos oficiales de los miembros de la realeza danesa cada cierto tiempo, así que este martes se han hecho públicas las fotografías actualizadas del príncipe Joaquín y la princesa Marie, quienes actualmente residen en Washington. Durante un tiempo, estas serán utilizadas, a su vez, por las organizaciones e instituciones de las que son mecenas, razón suficiente, además del protocolo, para vestirse con sus mejores galas. Mientras que él lleva uniforme, la condesa de Monpezat luce un espectacular vestido de gala en terciopelo, el cual combina con la tiara de flores que su suegra le ha prestado en tantas oportunidades desde su boda.
Marie de Dinamarca deslumbra con un vestido de terciopelo azul
Los nuevos retratos de gala del príncipe Joaquín y la princesa Marie fueron capturados por Les Kaner el día 1 de enero, en Amalienborg, antes del banquete de Año Nuevo al que asistió el resto de miembros de la Familia Real. El matrimonio se encontraba en Dinamarca para disfrutar de las Navidades en familia, de modo que aprovechó ese momento para actualizar sus fotografías oficiales. Kaner es una reputada fotógrafa danesa, que ha retratado en varias ocasiones a Margarita II.
Su look de Año Nuevo
Esto explica que hayamos visto el look de la Condesa anteriormente, en el mencionado evento de gala. Marie de Dinamarca llegó, de la mano de su marido, al Palacio de Amalienborg, enfundada en un hipnótico vestido de terciopelo azul cobalto que firma Rikke Gudnitz, un sello de novias e invitadas con sede en Copenhague. Se trata de un diseño con cuello de solapas en pico, mangas largas y cinturilla ceñida en satén, que a pesar de su exquisita composición, cede protagonismo a las joyas que aderezan este look.
Sobre el escote de la princesa Marie, reposa el gran collar de la Orden del Elefante, la más alta distinción del Reino de Dinamarca, junto al histórico broche de zafiros que perteneció a la reina Alejandrina de Dinamarca e Islandia, mujer del rey Cristián X. A juego con esta última pieza, ha llevado un brazalete y un anillo, ambos de diamantes y zafiros, y unos pendientes largos de piedras azules que repite con frecuencia en sus puestas de largo.
Joyas familiares
Compuesta por tres flores de diamantes grandes y dos más pequeñas, esta tiara por la que se ha decantado la cuñada de los reyes de Dinamarca tiene un origen desconocido, aunque se sabe que perteneció, hace más de un siglo, a la princesa Dagmar, quien fue la cuarta hija del rey Federico VIII de Dinamarca y la princesa Luisa de Suecia y Noruega y, por tanto, hermana de los reyes Cristián X de Dinamarca y Haakon VII de Noruega.
Dado que la madre de la princesa Dagmar, la reina Luisa, poseía una legendaria colección de joyas, se cree que dicha alhaja puede provenir de allí. Eso sí, existe la posibilidad en igual medida de que esta sea una reliquia familiar de Jørgen Castenskjöld, su marido, con quien se casó en 1922. La llevaría en incontables eventos especiales hasta poco antes de su muerte, en 1961.
Durante la década de los 80, la tiara floral coronó la cabeza de la reina Margarita en múltiples ocasiones señaladas, que incluyen su visita de Estado a Japón (1981), una visita de Estado a España (1983) y otra, a Egipto (1986). Es ella, sobrina nieta de la princesa Dagmar, quien a día de hoy tiene posesión de esta joya. ¿Por qué no pasa a manos de Marie?
La tiara de su boda: ¿por qué no le pertenece?
En 1995, la reina Margarita obsequió a Alejandra de Frederiksborg, primera esposa del príncipe Joaquín, una valiosa tiara como regalo de bodas, que consistía en una serie de diamantes colgantes como gotas en arcos de oro fino y fue confeccionada para la reina Alejandrina en 1912. La pareja, sin embargo, se divorció en 2005 y la Condesa decidió conservar la tiara en su poder. Como consecuencia, y tras una guerra familiar que dio como ganadora a la exmujer de su hijo, la monarca danesa perdió uno de sus tesoros más preciados.
Para evitar que se repitiera un caso igual, Margarita II no le regaló a la princesa Marie la tiara con la que se casó en 2008, dejando claro que solo se trataba de un préstamo. Aun así, en los casi 20 años que lleva siendo miembro de la familia real, la francesa ha estrenado únicamente dos tiaras; entre ambas, la floral de diamantes de la princesa Dagmar es su preferida.