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Qué es el 'fast vintage', la ropa de segunda mano del futuro© Getty Images

'Fast vintage': el fenómeno por el que marcas como Zara conviven con el lujo en tiendas de segunda mano

Te desvelamos la revolución que está viviendo el mundo textil


15 de enero de 2025 - 9:00 CET

El mundo del textil está experimentando una transformación interesante: la rápida inclusión de marcas de moda rápida como Zara, Shein, H&M o Primark en el mercado de segunda mano. Lo que antes se consideraba moda desechable o temporal, ahora encuentra una segunda vida en plataformas como Vinted, Wallapop o tiendas físicas especializadas en la venta de prendas de segunda mano

Qué es el 'fast vintage', la ropa de segunda mano del futuro© Getty Images

El auge del fast fashion

Durante años, las tiendas de segunda mano estuvieron asociadas a piezas exclusivas, de marcas de lujo como Chanel o Jean Paul Gaultier; de otras de precios más asumibles como Polène, Sandro o The Kooples; de muchas en las que solíamos invertir cuando buscábamos algo de calidad a buen precio, como Bimba y Lola; o de muchas con décadas de historia. Sin embargo, el auge del fast fashion ha cambiado el panorama. Más aún desde que los jóvenes han adoptado un estilo de vida que pone su foco de atención en el carpe diem, viviendo el presente, en vez de hacer planes pensando a futuro. Una evidencia que ha contagiado a la moda, poniendo ahora a las prendas de producción masiva en el mercado de reventa, haciendo que la ropa de marcas aptas para nuestros bolsillos en la categoría de vintage. O mejor dicho: fast vintage.

Para que algo sea vintage debe tener al menos 20 años de antigüedad. No obstante, este concepto se ha flexibilizado para incluir cualquier artículo usado que evoque nostalgia o sea difícil de encontrar en tiendas actuales. Una chaqueta de Zara de hace cinco años puede ahora ser una joya para quienes buscan prendas descatalogadas o con diseños específicos que no se producen más. De ahí, que no resulta difícil, ni sorprenda ya, acompañando en una misma tienda a otras de compañías de lujo.

Qué es el 'fast vintage', la ropa de segunda mano del futuro© Getty Images

"Artefactos de masas" y símbolos del presente

La moda rápida, diseñada inicialmente como desechable, está reencarnando en forma de lo que algunos denominan "artefactos de masas". Estas prendas, más allá de su uso original, se han convertido en símbolos del consumismo contemporáneo y su velocidad vertiginosa. Si la moda refleja su tiempo, este fenómeno demuestra cómo las tendencias avanzan a un ritmo frenético.

Piezas icónicas como los pantalones de estampado de leopardo que desataron una fiebre (y críticas) en la primavera de 2024, o la famosa cazadora amarilla de cuero que arrasó hace años, los pantalones metalizados , así como otras muchas colaboraciones exclusivas de Inditex con artistas y celebrities, están empezando a adquirir un nuevo estatus en el mercado de segunda mano. Teniendo en cuenta esto, ¿a que a nadie le extrañaría ya ver que, en plataformas como Vinted, la colección de Zara con Kate Moss llegue a alcanzar precios más altos que en su lanzamiento original? El fast vintage ya está entre nosotros, pero no habíamos pensado sobre ello.

Qué es el 'fast vintage', la ropa de segunda mano del futuro© Getty Images

Consumo responsable o moda circular

Que este fenómeno tenga éxito también responde a la creciente conciencia sobre el impacto ambiental de la moda. Cada vez más consumidores buscan alternativas al modelo tradicional de compra, optando por piezas de segunda mano para alargar su vida útil. Aunque comprar una camiseta de Shein en Vinted no soluciona el problema global de la sobreproducción, contribuye a reducir su huella ambiental al reutilizarla. Es decir, si se nos antoja una camiseta de esta plataforma, siempre será mejor que recurramos a una de segunda mano que a una nueva. De esta manera, ayudaremos al planeta. Además, aunque en muchas ocasiones (como la que comentábamos de Kate Moss y Zara) hay colecciones que se revalorizan y valen mucho más por ser de edición limitada, y por tanto, difíciles de conseguir, lo cierto es que en la mayoría de los casos el fast vintage permite a los compradores adquirir moda asequible a precios aún más bajos que en las tiendas originales, lo que las hace especialmente atractivas en tiempos de incertidumbre económica.

La paradoja del fast fashion en segunda mano

El acceso masivo a estas prendas en mercados de segunda mano plantea interrogantes sobre la sostenibilidad real de esta práctica. Por un lado, reutilizar ropa evita que termine en vertederos; por otro, perpetúa la idea de que la moda puede ser descartable y de rápida rotación. No obstante, hay quienes defienden que esta democratización del mercado de segunda mano amplía las posibilidades para todos los consumidores, especialmente para aquellos con menos recursos que buscan vestirse de forma económica y estilosa.

Lo nuevo disfrazado de viejo

Otra razón detrás del éxito del fast vintage es su capacidad para adaptarse a las tendencias nostálgicas. Los consumidores de la Generación Z, en particular, están dando valor a prendas recientes que evocan estilos de principios de los 2000 o los años 90, aunque no sean técnicamente vintage. Este auge del Y2K revival ha elevado piezas de fast fashion que imitan esa estética, haciéndolas deseables en los mercados de reventa. En lugar de tener que recurrir a piezas como las de la línea Heaven de Marc Jacobs, podemos volver a vestir como antaño luciendo cinturones de eslabones o minifaldas vaqueras que sí fueron creadas a comienzo de año.

Qué es el 'fast vintage', la ropa de segunda mano del futuro© Getty Images

Redefiniendo lo vintage y el futuro de la moda

El creciente protagonismo de marcas de moda rápida en el mercado de reventa está transformando lo que entendemos por vintage y alterando para siempre nuestra relación con el tiempo, la moda y su valor. Con iniciativas de marcas como Zara y H&M para introducir sus propias plataformas de reventa, y el auge de apps de intercambio, el fast vintage podría consolidarse como una tendencia a largo plazo.

Así, prendas concebidas como temporales, se están convirtiendo en objetos de deseo, desafiando las nociones tradicionales de exclusividad y longevidad en la moda. El futuro del fast vintage dependerá de si somos capaces de equilibrar este fenómeno con prácticas realmente sostenibles que apuesten por una moda más consciente y menos desechable. La polémica está servida.

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