Más de dos décadas han pasado desde que se cruzaron los caminos del príncipe Guillermo y una estudiante de Historia del Arte en la Universidad de St. Andrews. Ahora, tras 11 años de casados y con dos pequeños herederos, esa hermosa joven se ha convertido en un bien preciado para la corona británica. De esposa discreta a protagonista indudable, Kate Middleton, la princesa de Gales, deslumbra en cada acto con su distinguido porte y sofisticación.
Este jueves será uno para recordar en el Palacio de Buckingham, pues Kate Middleton celebra su 43º cumpleaños. Con cada nueva vuelta al sol, la mujer del príncipe Guillermo asume más responsabilidades como futura reina consorte y sus estilismos son reflejo de ello, incluso en momentos adversos como los que tuvo que afrontar este pasado 2024. Su diagnóstico de cáncer la mantuvo fuera de los fotos durante meses, pero jamás olvidamos todos sus emotivos guiños a la desaparecida Diana de Gales, los despampanantes vestidos de gala ni las alhajas de los Windsor que le han ganado un séquito de admiradores en todo el mundo.
La gran reaparición de Kate Middleton en 2024
El 15 de junio de 2024, se vivió en Londres la que es una de las citas anuales más relevantes en el calendario de la Familia Real británica: el desfile militar Trooping the Colour, acto con el que, además de conmemorar el cumpleaños del monarca, fuimos testigos del tesón de la princesa de Gales. En esta celebración, tras seis meses de ausencia, Kate hizo su gran reaparición vestida de blanco, color que representa la esperanza y la pureza. Eligió un diseño midi con ribetes a contraste, de Jenny Packham, que se adorna con un bonito lazo sobre el escote, y lo complementó con una gran pamela a juego, obra de Philip Treacy. Como joyas, optó por los hipnóticos pendientes de perlas engastadas con diamantes, de la casa inglesa Cassandra Goad.
La última vez que llevó tiara
Tenemos que remontarnos al 5 de diciembre de 2023, antes de que siquiera se conociera su diagnóstico de cáncer, para hacer memoria del último look de gala de la princesa de Gales. Tuvo lugar en un banquete de recepción , donde Kate deslumbró con su diseño de cuello redondo y mangas largas que estaba bañado en lentejuelas de color rosa y, por si fuera poco, mostraba ribetes decorados con pedrería al tono y marca su cintura con un bordado de las mismas piedras preciosas. Se trataba de una creación de Jenny Packham que aderezó con la memorable tiara Lover's Knot que tantas veces ostentó Diana de Gales en sus eventos señalados y unos pendientes realizados en platino con diamantes que fueron fabricados por Cartier desde 1918 hasta 1929. Estos últimos pertenecieron a Isabel II desde 1947 hasta el día de su muerte.
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El legado de Diana de Gales en sus looks
Cada año, el condado de Berkshire acoge las tradicionales carreras de caballos Royal Ascot, una de las citas señaladas en el calendario de la Casa Real británica en las que Kate derrocha elegancia. En su edición de 2022, estrenó un vestido de Alessandra Rich con lunares, el estampado que tanto adoraba su suegra, y un tocado bicolor con detalle floral, de Sally-Ann Prova. A la fórmula, añadió unos pendientes 'Herradura y Laurel' de diamantes y perlas que le pertenecieron precisamente a Diana de Gales, bautizados así por su doble curva de varios cortes de diamantes con un grupo de piedras de talla marquesa en el centro, del que cuelga una sola perla plateada del mar del Sur.
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Apuesta todo al color rojo en esta etapa como Princesa
En años anteriores, se abstuvo de ocultar su idilio con el azul, uno de los sellos distintivos de su suegra que, de acuerdo con expertos en neuromarketing, transmite calma. Pero ahora que se prepara para asumir un rol más relevante, Kate ha cambiado de gama cromática al potente rojo carmín. Símbolo de poder, seguridad y pasión, este tono es más que apropiado para una futura reina. Vivo ejemplo es nuestra propia doña Letizia, quien ha hecho intencionalmente del rojo su talismán de estilo.
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Su primera gala como princesa de Gales: el vestido capa de estrellas brillantes
La visita de Estado del presidente de Sudáfrica marcó el regreso de los banquetes de gala al Palacio de Buckingham tras el coronavirus, pero también el debut de Kate (tiara incluida) desde que lleva el título de Princesa. Para ello, seleccionó un vestido blanco, de Jenny Packham, con cuello barco, pedrería y lentejuelas en forma de estrellas bordadas a lo ancho del escote y unas mangas abiertas que simulan el efecto de una capa. Por si fuera poco, lució el brazalete de cuatro filas de perlas de Isabel II junto con la tiara Lover's Knot y los pendientes 'Herradura y Laurel', el tándem predilecto de Diana de Gales.
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Múltiples homenajes a Isabel II
En el funeral de Isabel II, la Princesa utilizó su estilismo para rendir homenaje a soberana: sobre su cuello vemos un collar de cuatro filas de perlas niponas que fue encargado a la casa Garrard por la monarca para convertirse en uno de sus preferidos. También lo llevó la recordada princesa Diana durante un evento oficial en 1982, año en el que, curiosamente, nacieron tanto Guillermo como Kate. Solo lo había lucido en otras dos ocasiones: durante una cena por el 70º aniversario de boda de la reina Isabel, en 2017, y con motivo del funeral de su marido, el duque de Edimburgo, en 2021.
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Un color poco habitual invadió su vestidor
Casi un mes después de la muerte de la soberana británica, la recién nombrada Princesa de Gales recuperó el color en su vestidor en su visita al Hospital Royal Surrey County, y lo hizo con un diseño midi amarillo que resalta por su escote de estilo 'reina Ana', quien fue la última Reina de Gran Bretaña perteneciente a la casa Estuardo. Antes de 2022, Kate apenas había vestido de amarillo en tres ocasiones públicamente, misma cifra que resume las veces que ha apostado por este color en los últimos 12 meses. ¿A qué se debe esto? El significado de este hábito adquirido cobra importancia a la luz del recuerdo de Isabel II, ya que su gama preferida para vestir fue siempre el amarillo en todas sus tonalidades.
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Su estilismo más 'verde' con una gargantilla que tiene anécdota
En línea con su firme compromiso medioambiental, los Príncipes de Gales acudieron a los Premios Earthshot 2022 en Boston, un evento sumamente especial para el príncipe Guillermo, pues fue él quien creó estos galardones. Kate siguió la temática con un vestido liso de escote bardot en brillante color verde, de Solace London, que complementó con una gargantilla de esmeraldas estilo art déco que perteneció inicialmente a la reina Mary, abuela de Isabel II, y que esta última decidió obsequiar a Diana de Gales en 1983. Lo realmente llamativo es que la soberana se llevó un disgusto cuando su nuera comenzó a lucirla a modo de diadema, aunque Kate, como vemos, prefiere el uso tradicional.
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Afianza su relación con la moda asequible
Al igual que otras populares royals europeas, Kate no se deja llevar por los títulos ni los palacios al momento de comprar las últimas tendencias, pues recurre en muchas ocasiones a las mismas firmas que nosotras. No nos referimos, por supuesto, a sus vestidos valorados en 5.000 euros, pero sí a sus aciertos asequibles de los catálogos de Zara, H&M o ASOS: tops básicos, vestidos midi, así como una amplia selección de americanas cruzadas. Con estos hallazgos, sigue la estela de Victoria de Suecia o doña Letizia, que confían en los gigantes del fast fashion para sus looks más elegantes.
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El momento estelar de la gira por el Caribe, su primer viaje oficial como Princesa
Kate asistió a una cena de gala organizada por el Gobernador General de Jamaica con este fabuloso vestido de tul en color verde esmeralda, que presenta escote barco con microvolantes realzados con lentejuelas. Se trata de una creación de Jenny Packham de su colección Pre-Fall 2022, que conjuntó con joyas de diamantes y esmeraldas Emerald Tassel que pertenecían a Isabel II. Asimismo, culminó su apuesta con dos distinciones, ambas recibidas por parte de la Reina desde su llegada a la Familia Real: la insignia de la Orden de la Familia Real (lazo amarillo con el retrato de la monarca, que se destina a las mujeres de la familia) y la BVO Star (pieza con forma de estrella y Cruz de Malta superpuesta que se le entregó con motivo de su octavo aniversario de boda con el príncipe Guillermo).