Este puente de diciembre ha sido más esperado de lo normal sobre todo por la prensa del corazón. Alonso Aznar, el hijo menor de José María Aznar y Ana Botella, se casaba tras varios años de solvente relación con la mexicana Renata Collado en su ciudad natal, Mérida, en el corazón de Yucatán.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Una boda celebrada a lo largo del fin de semana que, entre las decenas de invitados, contó con la familia Aznar al completo, que viajó días antes hasta Mérida para conocer un poco más en profundidad los escenarios del enlace y hacer algo de turismo.
Todos ellos, se alojaron en un exclusivo hotel desde el que salieron en bloque hacia la boda, celebrada en una hacienda a las afueras de la ciudad que no dejó a nadie indiferente.
Aunque el look de la novia era, como no podía ser de otra manera, el más esperado por todos, lo cierto es que dentro de nuestras fronteras, los looks de las mujeres de la familia del expresidente de Gobierno también se esperaban como agua de mayo.
Unos estilismos que adelantamos en exclusiva en las páginas de la revista que ha salido a la venta este miércoles y entre los que se encontraba el de la madrina –que mostramos hace unos días– y por supuesto el de Ana Aznar.
La hermana mayor del novio se decantó por un look a todo color de inspiración mexicana que no dejó a nadie indiferente por su originalidad. Como el de su madre, tal y como ha podido confirmar ¡HOLA!, fue hecho a medida por Jorge Vázquez. La ocasión no deparaba menos.
El vestido estaba compuesto por dos piezas: un top entallado con escote en pico y tirantes anchos que dejaba la parte superior de los hombros al descubierto y por una falda de tafetán fucsia con forma de globo y largo midi que combinó con unas sandalias doradas de tacón de aguja. El toque mexicano del vestido lo aportaban las flores en tonos naranjas con tallos verdes bordadas a mano tanto en la falda como en el cuerpo y que lo convertía en uno de los más originales de la boda.