Morena de rompe y rasga, Rocío Osorno es un bellezón andaluz que nunca pensó en ser modelo. Su sueño era ser arquitecta, sin embargo, estudió Ingeniería Agrícola y, al terminar la carrera, empezó unas prácticas en una empresa de energía. "Ahí me di cuenta de que no era para mí. Fue una decisión bastante revolucionaria en casa, pero no me arrepiento, porque el tiempo me ha demostrado que elegí bien", nos dice la sevillana, que después estudió un grado de Patronaje Industrial y Moda, su verdadera pasión. "Desde pequeña, siempre me ha encantado la moda flamenca, los trajes, y acabé aprendiendo a coser yo sola", cuenta Rocío, que cumplió su deseo de crear su propia firma de moda.
Las redes sociales llegaron después, "muy de la mano de mi marca", nos explica mientras posa fabulosa con la colección "Holiday Diva", de Marciano by Guess. Pasó a ser una de las influencers más destacadas —hoy tiene más de un millón setecientos mil seguidores en Instagram—, todo un referente de estilo en el universo 2.0. En 2019, se casó con Jacobo (Coco) Robatto, padre de sus dos hijos, del que se separó un año y medio después, antes de que él iniciara su carrera política de la mano de Vox. Según nos revela, eso le ha traído algún que otro sinsabor con su comunidad de seguidores.
—Rocío, ¿te identificas con el estilo Guess?
—Guess es una firma que me encanta, trabajo con ellos y estoy feliz de hacerlo. Los looks que llevo en esta sesión son una maravilla. Muy de fiesta, que ya va apeteciendo.
—Esta firma representa a una mujer fuerte, sexi, femenina... ¿Esos calificativos se corresponden con tu personalidad?
—Me considero una mujer fuerte y confío en mí misma y en mi trabajo. Eso forma parte de mi esencia y trato de transmitirlo también con looks que sean cómodos, pero que no pierdan la femineidad que me identifica.
—¿Cuáles son tus colores?
—Soy una gran fan del color, creo que se ve bastante reflejado en mis diseños. En el día a día, cuando voy cómoda, mi prenda estrella es un chándal gris y unas botas UGG. Hago mucha vida con ese tipo de prendas, la clave es ir cómoda y, a la vez, sentirte estilosa.
"Imposible llegar a todo"
—Compaginar tus dos trabajos, empresaria e influencer, no te dejará mucho tiempo libre...
—La verdad es que no es fácil compaginarlo, pero he logrado dedicarme a ambas cosas, aunque me gustaría pasar más tiempo en el taller. Lo que se me hace muy complicado es encontrar tiempo para mí misma. Muchas veces es imposible llegar a todo.
—Y, además, eres madre. ¿Cómo logras equilibrar tu vida personal y profesional con ese ritmo tan intenso de trabajo?
—Lo llevo bien porque trabajo en casa. Es verdad que viajo mucho y, cuando los niños no están, los echo mucho de menos, pero aprovecho cada momento cuando estoy con ellos; me gusta tenerlos cerca y me dan mucha paz. Son unos niños muy felices.
—Algunos influencers han revelado que la constante exposición pública y los mensajes de los haters le han pasado factura a su salud mental. ¿A ti te ha pasado?
—Por suerte, no he tenido que enfrentarme a muchos mensajes de odio en general, pero sí he tenido épocas en las que los he sufrido, como cuando Coco se hizo senador por Vox. A día de hoy, que estamos separados, me siguen atacando por temas suyos. La mayoría de comentarios que recibo son buenos, mis seguidores me dan mucho cariño, pero es cierto que mucha gente intenta atacarme por ese lado. A veces me critican por subir "looks" más rompedores. Eso sí me molesta, porque me trabajo mucho los "looks" y el contenido y me da rabia.
—Han llegado a cuestionarte, incluso, que tengas una relación cordial con tu exmarido y padre de tus hijos. ¿Te influyen esos comentarios?
—Influyen en el sentido de que te duele que digan cosas de ti y de tus hijos. Nosotros tenemos una buena relación y creo que eso es lo más sano que les podemos dar a nuestros hijos. Tengo claro que llevarnos bien es un regalo para mis hijos.
—Cuando necesitas desconectar, ¿qué haces: te olvidas del móvil unos días, por ejemplo?
—Trato de dejar el móvil cuando estoy con los niños, aunque muchas veces, por trabajo, es imposible. Pero intento apartarlo y focalizarme en ellos y en nuestros momentos juntos. También me encanta salir a correr, lo disfruto muchísimo, me relaja. Siento que me lo pide el cuerpo, así que, cuando tengo tiempo, no lo dudo.
—Después de vivir un año en Madrid, decidiste volver a Sevilla. ¿Te resultó difícil estar lejos de los tuyos, no te adaptabas...?
—No estuve bien en Madrid, no era mi momento. Echaba de menos Sevilla, el sol, mis amigos de siempre... Tomé la decisión de volver y no me arrepiento. Vengo mucho a Madrid, pero estoy a dos horas de vivir donde me gusta. En Sevilla tengo a mi familia y mi empresa, por lo que es todo mucho más fácil.
—¿Cómo tienes pensado celebrar las Navidades?
—En familia y con amigos, que es como mejor se está. Este puente de diciembre voy con los niños a Londres. A ver si en enero puedo cogerme también algunos días de vacaciones, me encantaría.
—¿Qué tradiciones navideñas te gustan más?
—Pasar tiempo en familia es lo que más valoro. Me gusta especialmente el día de Reyes, porque los niños disfrutan muchísimo. Quiero aprovechar esos momentos al máximo ahora que son pequeños.
—¿Algún look o prenda que te guste para las próximas fiestas?
—Quien me conoce sabe que las lentejuelas y la pedrería me encantan para los looks festivos, creo que no falla nunca y es la ocasión perfecta para lucirlas.
—¿Cómo está tu corazón? Después de tu divorcio, ¿hay alguien que te haya vuelto a ilusionar?
—Estoy muy tranquila ahora mismo. Me siento completa. Lo que tenga que venir, vendrá.