Ayer, día 6 de diciembre, los Reyes de Dinamarca dieron la bienvenida al presidente de la República Árabe de Egipto, Abdel Fattah El-Sisi, a Copenhague. Por la mañana, con motivo de dicho viaje de Estado, tuvo lugar la recepción, acto en el que observamos cómo Mary de Dinamarca destilaba pura elegancia desafiando las gélidas temperaturas de la capital danesa. Un despliegue de glamour que volvimos a presenciar, aún con mayores dosis de sofisticación, por la noche, en un banquete organizado en honor al invitado en el que la reina Mary y el rey Federico X ejercieron de anfitriones. La velada en cuestión se llevó a cabo en el Palacio Christiansborg, lugar que fue testigo de unas apuestas estilísticas de gala sin iguales, en las que las princesas Marie y Benedicta también tuvieron un rol protagónico.
El último look de gala de Mary de Dinamarca
Mary de Dinamarca acaparó las miradas con un vestido teñido de tono noche reciclado. Un exclusivo diseño de cuello alto, mangas largas con puños y abertura trasera pronunciada repleto de incrustaciones metálicas en la parte superior de la pieza. Se trata de una confección, combinada con clutch brillante y zapatos de tacón con puntera en pico y acabado acharolado, que la reina Mary quiso elevar al máximo nivel con joyas que, por supuesto, se dibujaron como las auténticas líderes de la noche.
Hablamos, en primer lugar, de los pendientes escogidos para un acto de lo más especial: dos chatones de brillantes que la royal adquirió en una subasta de Bruun Rasmussen. Dos creaciones que, si bien no pasaron desapercibidas, quedaron relegadas a un segundo plano, pues la tiara se perfiló como el verdadero foco de atención.
Tal como informó la propia Casa Real danesa a través de sus cuentas, nos referimos a una alhaja que nace de la reconversión de un conjunto de diamantes que reposaban en el castillo de Rosenborg. Mary de Dinamarca ha recuperado una reliquia, usada antiguamente como cinturón que adornaba el corsé, y la ha convertido en la ya bautizada como tiara Rosenstone, diseñada en tipo Bandeau en una única fila de diamantes con talla de rosa.
La princesa Marie, apuesta bañada en lentejuelas
La princesa Marie, que acudió en solitario a la gran celebración, se decantó por un vestido repleto de lentejuelas en verde esmeralda perteneciente a Jenny Packham. Una elaboración que ya hemos visto antes de la mano de Kate Middleton. Cabe recordar que la princesa de Gales lució el mismo modelo en 2019, en una cena de gala en Islamabad en el marco de su viaje oficial a Pakistán.
Se trata de una opción idónea para convencer en calidad de invitadas, sobre todo, en encuentros de etiqueta nocturnos. Incluso la propia Mary de Dinamarca se vio sucumbiendo ante dicha creación, aunque en un tono rosado con más aplicaciones metálicas en la zona superior de la pieza. Marie de Dinamarca culminó su propuesta con una exquisita tiara floral y pendientes colgantes con forma de rombo.
La vibrante propuesta de la princesa Benedicta
La princesa Benedicta también tuvo el papel de anfitriona de los asistentes junto a la reina Mary y la princesa Marie. Por su parte, se rindió ante un total look rojo, constituido por vestido largo liso en satén y abrigo texturizado con ribetes de pelo a contraste. En lo que a complementos se refiere, se optó por completar el atuendo con clutch y zapatos de tacón a tono en raso. Asimismo, cautivó luciendo la tiara Fringe zu Sayn-Wittgenstein-Berleburg con un set de gargantilla, brazalete y anillo.