Ivanka Trump vuelve con el estilo ‘lady’ que fascina en Washington y Florida: analizamos sus looks más icónicos

Ivanka fue una de las invitadas a la tradicional cena de corresponsales de la Casa Blanca, que el entonces presidente Barack Obama y su mujer, Michelle, ofrecieron en su residencia. Era su época de diseñadora de joyas y, tal vez, la política no entraba aún en sus planes. Lució su voluptuosa figura con un rutilante vestido semistransparente de Naeem Khan.

Personaje habitual de la Gala del Museo Metropolitano de Nueva York, en mayo de 2016, Ivanka no se perdió el evento. Eso sí, fue una de las pocas que deslumbró en la alfombra roja al no seguir al pie de la letra el guión de la temática futurista de la fiesta: 'Manus x Machina: La moda en la era de la tecnología'. La hija de Donald Trump prefirió lucir palmito con un mono de crepe de seda rojo con escote halter, terminado en cola, firmado por Ralph Lauren Collection.

En la ceremonia de investidura de su padre como nuevo presidente de los Estados Unidos, Ivanka se convirtió en el centro de todas las miradas con su estilismo de color marfil: un dos piezas, compuesto por una levita cruzada, de bajo asimétrico, y pantalón recto, de Óscar de la Renta.

Por la noche, en el baile inaugural de la nueva legislatura en la Casa Blanca, Ivanka deslumbró con un rutilante vestido de fiesta. Ejerció como la auténtica princesa de la familia y, apostando de nuevo por la costura made in America, lució esplendorosa con un elegante diseño de Carolina Herrera. En tul de color champagne, de manga larga, falda de vuelo y pedrería en degradé, estaba valorado en 14.000 euros.

Son los primeros meses de Ivanka como asesora. Ha recortado el largo de su melena, parece más delgada —quizá por la intensidad de su agenda—, su armario ya incluye trajes formales, pero no renuncia a su gusto por la feminidad cuando la ocasión es más relajada. La vemos por los jardines de la Casa Blanca, seguramente de camino a una escapada de fin de semana, con un vestido de cuadros vichy con tirantes, ajustado en la cintura y con falda de ligero vuelo rematada por un volante, de J.Crew. Los complementos: bolso nude y sandalias de tacón a juego.

En Nueva York, donde asistió junto a su padre y Melania a la Asamblea General de Naciones Unidas, Ivanka vistió un sastre pantalón de tweed gris, con el pantalón estrecho y chaqueta ajustada con un cinturón, que combinó con una blusa de seda azul y zapatos de tacón sensato de encaje del mismo color.

El viaje de la 'primera hija' a Japón fue muy comentado por sus looks, en especial al presentarse ante el primer ministro con un llamativo conjunto de minifalda. Ivanka resolvió su 'metedura de pata' rindiendo homenaje al país del sol naciente en una cena con el mandatario nipón: un vestido inspirado en un kimono, con estampado de flores rojas sobre fondo rosa y marfil y cinturón negro tipo obi, diseñado por Johanna Ortiz.

Para viajar desde la Casa Blanca en el Marine One (el helicóptero presidencial), la asesora de Donald Trump adoptó su versión ejecutiva con un estilo sobrio y elegante, pero de impacto, gracias a un look monocolor en cámel: un trench por debajo de la rodilla, pantalones de corte clásico y zapatos de tacón.

Para dar la bienvenida al presidente y a la primera dama de Francia en la Casa Blanca, Trump recurrió a una de sus marcas favoritas, Oscar de la Renta, pero con una clara inspiración parisina: vestido negro con falda de vuelo, manga francesa y escote asimétrico ribeteado por un lazo-cordel en blanco.

Durante su etapa como asesora principal del presidente, Ivanka nos brindó toda una galería de conjuntos elegantes. Sin duda, uno de ellos fue este de pantalón ancho de talle alto en color cámel, de Oscar de la Renta, blusa de seda de color crema, stilettos negros y sus gafas de sol Ray Ban favoritas, para ir al encuentro de su padre en Camp David.

El blanco ha sido uno de los tonos recurrentes de Ivanka durante su etapa en el Gobierno. Cuando Kanye West se reunió con Donald Trumo en el Despacho Oval en octubre de 2018, recibió al controvertido rapero vistiendo un dos piezas de estilo peplum de Roland Mouret, combinando el look con un cinturón ancho y zapatos de tacón color crema.

Ivanka Trump viajó a la Cumbre del G20 en Buenos Aires para discutir con los líderes mundiales sobre "el futuro de la fuerza laboral". Para asistir a la firma del nuevo acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, confió de nuevo en Oscar de la Renta, con un elegante conjunto de top peplum y falda lápiz en negro con estampado de cuadros ventana en blanco, que combinó con accesorios también en blanco.  

Tras mudarse a Miami —y abandonar su papel como una de las mujeres más poderosas de América— la ex asesora presidencial no sólo cambió de ciudad y de hábitos, también de forma de vestir. Del traje sastre al atuendo relajado, con camisas oversized, pantalones pitillo, alpargatas planas y sombrero panamá artesanal para protegerse del sol. Una transformación radical.

Ivanka (en la imagen conjuntada en azul con su hija Arabella) fue una de las damas de honor en la boda de su hermana Tiffany, y para su vestido, realizado en exclusiva y a medida por Elie Saab, se inspiró en uno de los trajes cinematográficos más icónicos de Grace Kelly: el que llevó en la película Atrapa a un ladrón. De estilo griego, estaba confeccionado en vaporosa gasa con efecto degradé en azul cielo.

Después de mudarse a Miami, Ivanka siempre era fotografiada en bikini o con atuendo deportivo, disfrutando de actividades al aire libre junto a su marido y sus tres hijos. Pero sorprendió a todos de nuevo  con el look ladylike que escogió para acompañar a su familia a la sinagoga: un vestido veraniego con falda midi de vuelo, sandalias de cuña y una espectacular pamela blanca.

Para salir a cenar con Jared Kushner por Miami, la empresaria presumió de sus largas piernas con un minivestido ceñido azul marino, con detalles de cristal y drapeado en la cintura. Lo combinó con unos mules de tacón transparente, su rubia melena peinada con ondas, un maquillaje marcado y la mejor de sus sonrisas.