Tras su esperada aparición de ayer, sábado 9 de noviembre, en el Albert Hall de Londres, Kate Middleton ha asistido hoy, junto a los Windsor, a la celebración del Domingo del Recuerdo, llevado a cabo en el Cenotafio de Whitehall (Londres). Una cita, enmarcada en la festividad del Día del Recuerdo, que rinde homenaje a los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas de Gran Bretaña que perdieron la vida en batalla. De nuevo, la princesa de Gales se ha convertido en la absoluta protagonista de la jornada por su impecable elección de indumentaria.
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Ha presenciado la conmemoración visiblemente emocionada, este año, con la compañía de Sophie de Edimburgo, desde el balcón de la Oficina de Relaciones Exteriores, Commonwealth y Desarrollo. Lo ha hecho luciendo un abrigo negro de inspiración militar customizado de Catherine Walker & Co. con detalles trenzados en hombros y laterales delanteros, botonadura simple, cuello vuelto y lazada a tono confeccionada en terciopelo, tejido que consigue sumar altas dosis de glamour a cualquier configuración al instante. En lo que a joyería se refiere, Middleton ha abrazado unos pendientes colgantes de perlas de Bahrain que fueron de la reina Isabel II.
La duquesa de Edimburgo, por su parte, ha escogido un vestido negro de cuello holgado tan clásico como chic, que ha combinado con sombrero de ala ancha y pendientes y gargantilla de la gema mencionada.
Tocado de redecilla, el complemento elegido
Para culminar el estilismo, la princesa se ha decantado por un tocado negro de redecilla con flores tridimensionales de la misma tonalidad, una opción de accesorio sumamente acertada para liderar encuentros con una apariencia de lo más cuidada. Lo ha llevado con un recogido de moño, peinado con el que ha destilado pura comodidad.
Además, ha acogido, como elemento simbólico, un broche con tres amapolas rojas, la flor del recuerdo, que ha posado cerca de la clavícula, detalle que ha compartido con Sophie de Edimburgo. Bajo el mismo, el broche de plata de la Guardia de Dragones de la Reina, guiño por su papel como Coronel en Jefe del regimiento.
Kate Middleton, espectacular también en el Royal Albert Hall
El Royal Albert Hall de Londres se vistió de gala anoche para acoger el concierto de música clásica que se llevó a cabo con motivo del Festival Anual del Recuerdo de la Legión Real Británica. Para dicha ocasión, Middleton, que apareció junto al príncipe Guillermo y otros miembros de la familia real inglesa, se presentó enfundada en un vestido-abrigo teñido de negro a la altura de las rodillas.
Un diseño de manga larga con solapas y doble botonadura que conjugó con medias a tono poco tupidas y stilettos, calzado que se encargó de estilizar la figura de la princesa al máximo. Pero eso no fue todo.
Asimismo, completó la elegante propuesta con un bolso de Chanel, una fina gargantilla y unos pendientes para los que tuvo que abrir el joyero familiar (como ya ha hecho en más de una ocasión). Se trata de una exquisita pieza que en su día perteneció a Diana de Gales.
Unos pendientes que Diana de Gales heredó de Isabel II
Hablamos de los pendientes de perlas de Collingwood, que cuentan, además, con dos diamantes redondos en la parte superior y tres filas de diamantes minúsculos justo debajo de la misma. Fueron elaborados a partir de perlas que el gobernante de Bahréin les regaló a la reina Isabel II y el duque de Edimburgo con motivo de su boda, en 1947.
Según Laura Taylor, joyera de Lorel Diamonds, explicó al diario británico Daily Mail, estos están valorados en alrededor de 36.000 euros, y la elección de Kate de lucirlos este domingo muestra un "respeto por sus suegros".
Las perlas del vestido 'Elvis'
Tras el fallecimiento de Isabel II, escasos días después de haber obtenido el título de princesa de Gales, Kate Middleton recuperó nuevamente los pendientes Collingwood que complementaron en su día el recordado 'vestido Elvis' de Diana de Gales, su suegra, un memorable diseño cuajado de perlas que fue diseñado por Catherine Walker.
No era de extrañar que la mujer del príncipe Guillermo los luciera, puesto que la habían acompañado a otras importantes citas, pero pocas tan mediáticas como el cortejo fúnebre de la monarca británica o este mismo evento, el cual supone su esperada reaparición en un acto institucional.
Al prescindir del tocado de redecilla durante el concierto, dejó su preciosa melena suelta y peinada hacia un lado con delicadas ondas de agua que restaban sobriedad al conjunto. Una apuesta de belleza de lo más apropiada para esta segunda fase de actividades por el Día del Recuerdo.