“No es un bolso. ¡Es un Birkin!”, le espeta un vendedor en la cara a Samantha Jones en una de las inolvidables secuencias de Sexo en Nueva York. En la escena, el personaje de Kim Cattrall se interesa por el precio de un fabuloso modelo rojo del mítico accesorio y cuando el vendedor le dice que son 4.000 dólares, permanece impasible; cuando añade que tiene lista de espera, Samantha responde ufana: “Lo asumo”. “Cinco años”, prosigue el estirado comerciante. “¿Por un bolso?”, pregunta asombrada la poderosa protagonista de la serie.
Este diálogo sirve para poner en contexto la excelencia del famoso bolso de Hermès, un accesorio cotidiano que ha trascendido a su carácter utilitario para erigirse en una pieza de arte, en símbolo universal de estatus. Sus precios —en función de la piel, el modelo, el año, la colección...—alcanzan cifras estratosféricas; nunca pasa de moda, al contrario, se reinventa, y es un codiciado objeto de deseo para coleccionistas y amantes del lujo.
Como es de sobra conocido, el bolso se lanzó en 1984 y debe su nombre a la actriz Jane Birkin y a su encuentro en un avión con Jean-Louis Dumas, que en ese momento era el presidente de la maison. A la artista franco-británica se le cayó el cesto de paja natural que siempre llevaba consigo a los pies de Dumas. Como madre joven, necesitaba un bolso lleno de bolsillos, y junto al ejecutivo, Birkin dibujó en pleno vuelo, y sobre una bolsa de papel para mareos, el que sería su bolso ideal. La estrella tomó como referencia el Kelly, otro de los hits de la casa francesa que también debe su nombre a una mítica actriz, Grace Kelly, para diseñar el accesorio.
Dumas modificó el boceto inicial y se inspiró en gran medida en un bolso preexistente de Hermès, el Haut à Courroies (HAC), para crearlo. Cuando tuvo el prototipo, en piel negra de becerro y con las iniciales J.B. en la solapa, se lo regaló a la actriz y cantante y le pidió permiso para darle su nombre al nuevo modelo. Así nació uno de las más grandes iconos de la historia de la moda.
Victoria Beckham, Kim Kardashian, Kilye Jenner, Beyoncé, Marta Ortega, Shakira, Carmen Lomana y Georgina son sólo algunas de las celebrities que poseen varios “ejemplares” —algunas tienen verdaderas colecciones— del Birkin, en diversos tamaños y colores, y los guardan como auténticos tesoros en su vestidor.
Bien es cierto que el prototipo creado para la cantante de Je t’aime… moi non plus es único en el mundo, puesto que difiere en algunos aspectos del modelo que después comercializaría la casa y que se convertiría en el bolso más famoso de todos los tiempos. Estas diferencias han podido apreciarse gracias a la exposición Excellence à la Française, organizada el pasado mes de octubre por Sotheby’s para inaugurar su nueva sede parisina. Además de las iniciales de la artista grabadas, lleva herrajes de latón dorado, en lugar del típico baño de oro y lleva una correa para el hombro no desmontable, un añadido que no existe en ningún otro modelo.
El Birkin original se ha exhibido por primera vez en Francia en este homenaje a “los mejores ejemplos de la producción artística francesa del último milenio”. Anteriormente, sólo se había mostrado en otras dos exposiciones públicas, una en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, en 2018, y en el Victoria & Albert Museum de Londres, en 2020.
Jane Birkin, que falleció el 23 de julio del año pasado a los 76 años, conservó su bolso hasta que lo donó a una subasta a beneficio de la lucha contra el sida en 1994. Después tuvo otros que también donó a diferentes causas.
La pista del primer Birkin se perdió hasta que Catherine Bernier, fundadora de la boutique vintage parisina Les 3 Marches, especializada en artículos coleccionables de lujo, lo descubrió gracias a una amiga suyo que trabajaba en una casa de subastas. "Cuando fui a visitarla, sacó un bolso de una caja fuerte. Era uno que había visto miles de veces en fotos en el brazo de Jane Birkin. Dije: 'No puede ser ese el bolso. No podía imaginar que este maravilloso objeto no me perteneciera”, contó Bernier en una entrevista al Daily Mail.
La elegante francesa adquirió el preciado objeto en el año 2000 por una cifra que nunca ha desvelado. Aún conservaba restos de las pegatinas de Unicef o Médicos del Mundo que Jane había pegado en la parte delantera o en los laterales, junto con pulseras de cuentas, llaveros y hasta su cortauñas. Sin proponérsolo, la actriz franco-británica inspiró la actual tendencia de llenar el bolso de charms, cadenitas y mensajes.
"Cuando compras un bolso como éste, estás comprando la historia completa que hay detrás de él", dijo Bernier en la citada entrevista, donde también aseguró que nunca lo utilizará como bolso ni se desprenderá de él, a pesar de las reiteradas propuestas con sumas de récord que le han puesto sobre la mesa. Llegó a rechazar incluso una oferta de Rihanna. 'Imagino las situaciones vividas por el bolso, los viajes y los lugares visitados. Respiro el aroma casi desaparecido del perfume. Disfruto imaginando estas maravillosas historias”, desveló.
Aunque al principio quiso mantener en secreto su emblemática compra, Bernier es la encargada de licitar las exposiciones del bolso, y accedió a que se exhibiera por primera vez en Francia en la muestra del mes pasado. “El departamento de moda y lujo de Sotheby's, creo, quería presentar una pieza que contara la historia de una casa por sí sola. El Birkin es el buque insignia de la casa Hermès, y ¿quién mejor que Hermès para contar la historia de la guarnicionería, la calidad del cuero y la artesanía?”, comentó recientemente a WWD la propietaria del bolso.