Llegaba visiblemente emocionada al Teatro Campoamor de Oviedo y no es para menos. Carolina Marín ha sido una de las galardonadas en esta edición con el Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2024. Un reconocimiento que le llega a esta deportista onubense de 31 años, referente internacional del bádminton, por su excepcional trayectoria deportiva; también por su capacidad de superación ante la adversidad tras sus graves lesiones y su retorno triunfal a las pistas. Si esta mañana la veíamos acudir muy elegante, con una blusa blanca con flores y un pantalón palazzo amarillo, a la recepción que la Familia Real tenía con los premiados en el Hotel de la Reconquista de la capital asturiana, esta noche ha brillado.
Carolina ha elegido un vestido midi con lentejuelas que la ha convertido en una de las invitadas más elegantes en cuestión de segundos. Se trata de una prenda que se adapta con suavidad a su figura, favoreciéndola especialmente. Tiene manga larga y cuello tipo Perkins, una tendencia que esta temporada estamos viendo mucho entre las invitadas más estilosas. Pero el detalle más especial estaba en la parte posterior de la prenda. Y es que tenía un amplísimo escote con forma redondeada que dejaba a la vista su torneada espalda.
Cuando los diseños tienen lentejuelas o brillos, para que al elegir los complementos el resultado no sea excesivo, es importante apostar por una gama cromática adecuada. Carolina ha combinado el diseño con zapatos de tacón destalonados plateados, un tono que funciona fenomenal con el color del vestido. Por eso lo ha elegido también para su bolso, un diseño tipo saco. Las joyas, en plata —un anillo cruzado y pendientes ligeramente colgantes—, han sido muy discretas, pero acertadas.
El look de belleza de Carolina Marín
La deportista ha optado por recoger su cabello en un moño ligeramente deshecho que le sentaba de maravilla y cedía el protagonismo a su maquillaje. Ella, igual que la princesa Leonor, ha apostado por la naturalidad al ceder el protagonismo a su mirada y apostar por una piel de aspecto jugoso.
Una deportista que nunca se ha rendido
Nacida en Huelva el 15 de junio de 1993, con su oro olímpico en Río 2016, sus tres títulos de campeona mundial y sus cinco campeonatos europeos, su palmarés la coloca como una de las jugadoras más destacadas del bádminton a nivel internacional de todos los tiempos. Desde muy joven, Marín demostró un talento natural para el deporte, que gracias al duro trabajo y a su mentalidad de ganadora, le ayudó a desarrollar su carrera como deportista.
Fue en 2014, tras ganar su primer campeonato mundial, cuando dejó claro que su nombre iba a quedar grabado en la historia de este deporte. Algo que ratificó en los Juegos Olímpicos de Río 2016 donde alcanzó su máximo reconocimiento internacional, al convertirse en la primera jugadora no asiática en ganar una medalla de oro en esa disciplina. Pero su carrera ha estado salpicada por muchas dificultades.
En 2019, una grave lesión en el ligamento cruzado de su rodilla derecha le apartó de la competición, y nuevamente en 2021 sufrió una recaída en la misma rodilla, lo que le impidió participar en los Juegos Olímpicos de Tokio. A pesar de estos duros golpes, Carolina Marín regresó a la competición con la misma energía y determinación que tanto le caracterizan.