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Las nuevas generaciones de la realeza europea se van haciendo mayores y consolidan su estilo, creando una identidad propia y ajena a las de sus padres. Sin embargo, por su condición de princesas, las herederas al trono tienen que cumplir una serie de obligaciones y asistir a ciertos eventos en los que deben lucir sus mejores galas y, por supuesto, impresionantes joyas que han pasado de generación en generación. A continuación, analizamos los repertorios de las royals más jóvenes.
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La princesa Leonor, pura discreción
Entre todas las futuras reinas de Europa, Leonor es, quizá, la más austera en lo que a complementos respecta. Suele decantarse por accesorios discretos del joyero de su madre e incluso, muchas veces, ni siquiera lleva pendientes, sobre todo desde que cursa la carrera militar. Por protocolo, son escasas las opciones que tiene la primogénita de don Felipe y doña Letizia para personalizar sus looks cuando viste de uniforme.
En el desfile por el Día de la Hispanidad 2024, consiguió estrenar unos pendientes de botón diminutos, que suponemos están realizados en oro blanco con brillantes, para conjuntar con su uniforme como guardiamarina de primero de la Escuela Naval de Marín de La Armada.
Si bien es la primera vez que la observamos con este modelo en concreto, desde que ingresó en la Academia Militar de Zaragoza, se ha dejado ver en los actos oficiales a los que ha asistido con la indumentaria castrense –como la marcha del Día de la Fiesta Nacional del año pasado o en la entrega de los Reales Despachos de Empleo– revelando su preferencia por este estilo de alhajas minúsculas, aunque elegantes. Posee otro par todavía más pequeño realizado en oro amarillo.
Piezas heredadas de la reina Letizia
Con ansias esperamos esas apariciones estelares de la heredera al trono en las que no solo pronuncia unas palabras para la audiencia, demostrando sus habilidades diplomáticas a tan corta edad, sino que se viste con prendas que escapan los rígidos parámetros impuestos por su formación militar.
En la entrega de los Premios Princesa de Girona 2024, celebrada en Lloret de Mar, debutó un sofisticado diseño de encaje azul marino de la marca británica Self-Portrait, favorita de Ingrid de Noruega, Kate Middleton, entre otras. Esta anécdota, no obstante, se vio opacada por su elección de pendientes, un par que la reina Letizia lució inicialmente en 2018.
La princesa recogió su melena rubia en una coleta alta que despejaba su rostro y nos permitía apreciar esos pendientes colgantes con diamantes y zafiro en talla lágrima que le vimos por primera vez a su madre en el concierto conmemorativo por el 40º aniversario de la Constitución española de 1978, que tuvo lugar en el Auditorio Nacional de Música.
Para nosotras, que ni títulos ni tesoros tenemos, se ha convertido en costumbre bucear en los armarios de nuestras madres o abuelas hasta encontrar ese look perfecto por el que todas nuestras amigas nos preguntarán. "No es de Zara, ni de Mango, es vintage". Las nuevas generaciones llevan con orgullo todo aquello que es prestado o usado, siempre que esté, por supuesto, en buenas condiciones. ¡Hasta las futuras reinas se rigen por esta premisa!
Después de todo, no existe nada más sostenible que reutilizar prendas con vidas anteriores, cuya unicidad resulta indiscutible: lo que tienes ahora solo lo poseen unos pocos. Con frecuencia, en lugar de estrenar, la princesa Leonor rescata piezas especiales del cajón de doña Letizia.
En Premios Princesa de Asturias de 2022, por ejemplo, llevó los pendientes con forma de pluma en oro de 18 quilates que le obsequiaron sus homólogos de Jordania a la Reina en noviembre de 2015.
Se trata de un par que tiene la firma la casa Chanel. Es la única vez, hasta la fecha, que la primogénita se los ha puesto, mientras que su madre los ha lucido en más de 20 ocasiones en la última década. Ambas están de sobra acostumbradas a compartir joyería, así que cada vez que la Reina nos sorprende con una nueva incorporación a su repertorio, surge la duda de si próximamente acabará en manos de su hija mayor.
Regalos de sus padres que finalmente ven la luz
En las Casas Reales es tradición regalar alguna joya a la heredera al trono al cumplir 18 años, de modo que tanto sus padres como sus abuelos sumaron algunas piezas al cofre el 31 de octubre de 2023, tal vez incluso un poco antes. En la última entrega de los Premios Princesa de Asturias, Leonor llamó la atención al recuperar unos pendientes de doble aro desmontable; el primero, con diamantes y aguamarinas talla esmeralda, y el segundo, de diamantes con dos aguamarinas colgantes talla pera.
Estas joyas se han atribuido durante años a Bvlgari, pero no son de la firma italiana sino de la centenaria joyería Aldao, y según diferentes informaciones, habrían sido un regalo del monarca a doña Letizia cuando nació Leonor, tal como publicó la revista ¡HOLA! De hecho, también hemos podido saber que, a partir de ahora, madre e hija seguirán compartiendo estas piezas adornadas con esa gema tan apreciada por la dinastía Borbón. No se ha podido esclarecer, sin embargo, si se hicieron a partir de piedras que ya estaban en poder de la Familia Real.
A su llegada Congreso de los Diputados, donde juró la Constitución el 31 de octubre de 2023 con motivo de su 18º cumpleaños, descubrimos estos pendientes de oro rosa con diamantes y tanzanitas, de la madrileña Gold & Roses, que se cree fueron regalo de sus padres junto con las mencionadas joyas de aguamarinas.
Este modelo fue bautizado con el nombre de Sasa —en swahili significa “ahora”— y simboliza “vivir intensamente cada momento como si nunca fuera a terminar”. Su mensaje oculto no es casual, puesto que aquel evento representaría un antes y un después en su trayectoria institucional.
El extenso repertorio de Amalia de Países Bajos
Como decíamos, la princesa Leonor es, seguramente, la más austera entre sus contemporáneas y, en el polo opuesto del espectro, encontramos a Amalia de Países Bajos, ahijada de Felipe VI. La primogénita neerlandesa dispone de un total de 20 tiaras, de las cuales Máxima ha llevado 15. Ninguna otra futura monarca tiene tantas de donde elegir.
Todo apunta a que se convertirá en una soberana tan estilosa como lo es su madre: “Amo las tiaras, muéstrame una y te diré cuál es. Puedo reconocer las europeas. De niña solía ponerme las de mi madre (...) Me gustan mucho sus joyas”, contó en su libro autobiográfico.
Con 20 años, la hemos visto lucir unas cuantas reliquias familiares desde que cumplió la mayoría de edad, siguiendo la tradición marcada por las mujeres de la dinastía Orange. El pasado mes de septiembre, en la cena con los miembros del Consejo de Estado, estrenó un importante e histórico collar de diamantes que perteneció a sus antecesoras.
Se trata de un diseño enrejado tipo choker, encargado a la prestigiosa firma alemana Koch, de la colección de los Orange de su tatarabuela, la reina Guillermina, quien estuvo en el trono desde 1890 hasta 1948. La espectacular joya fue un regalo de bodas que su madre, la reina consorte Emma, le compró en 1901 con motivo de su boda con el príncipe Hendrik.
20 tiaras a su disposición
En la imagen que reposa sobre estas líneas, tomada el 15 de octubre de 2023, en la celebración por el 18º cumpleaños del príncipe Christian de Dinamarca, combinó este vestido azul cobalto con capa, de Essentiel Antwerp, con la tiara de zafiros de la reina Emma, que en realidad es un collar que puede transformarse en diadema.
El 1 de junio de 2023, la princesa Amalia acompañó a sus padres a la boda del príncipe Hussein de Jordania, allí le vimos por puesta primera vez la impresionante tiara de pavo real, que data de 1897 y fue confeccionada por la casa Frankfurt E. Schürmann con rubíes de la propiedad de Sofía de Wurtemberg, primera mujer de Guillermo III.
La heredera neerlandesa complementó el atuendo, por si esto fuera poco, con los pendientes transformables del mismo set, aunque le faltaba todavía una pieza clave por estrenar, el brazalete que completa el conjunto.
Más recientemente, el 17 de mayo de 2024, Amalia debutó como anfitriona de una cena de Estado, en un banquete ofrecido a los reyes de España, don Felipe VI y doña Letizia. Para la ocasión, estrenó otro vestido de Jan Taminiau, modisto de cabecera de su madre, que acompañó de una capa de tul. Por primera vez, lució el set de la tiara de pavo real al completo.
Ingrid de Noruega
En el verano de 2022, el Palacio de Oslo fue sede de una cumbre de princesas por el 18º cumpleaños de Ingrid de Noruega, donde Amalia recuperó la tiara de estrellas de diez puntas que su madre Máxima llevó, entre otras ocasiones, el día de su boda, en febrero de 2002.
Sus orígenes se remontan a principios del siglo XIX, cuando Sofía de Wurtemberg se casó con Guillermo III, por lo que pertenece al mismo lote que la tiara de pavo real. Las estrellas de la Reina Emma son sustituto de los botones de perla originales.
Su alhaja preferida
La cumpleañera, por su parte, posó por primera vez con una tiara en estas imágenes que se publicaron justo el día de su natalicio. Es la pieza que repetiría de cara a la gala: la tiara Boucheron Pearl Circle. La alhaja presenta varios círculos de diamantes que se entrelazan, engastados en platino. Igualmente, presenta perlas que realzan su majestuosidad. Su primera dueña fue la princesa Ingeborg de Suecia (1878-1958), abuela de Harald I.
Además de ser los anfitriones de la gala, Harald y Sonia de Noruega le entregaron a su nieta un brazalete de brillantes que había pertenecido a la hermana mayor del monarca, la princesa Ragnhild, y que la joven llevó en la velada, como queda retratado en esta fotografía.
También hemos podido saber, según informa la revista Svensk Dam, que la reina Sonia le entregó un anillo que recibió de sus padres en 1954 con motivo de su Confirmación, realizado en oro blanco con un gran diamante central que está rodeado por otros de diferentes quilates.
El minimalismo de la heredera noruega
La imagen anterior data de la cena por el 18º cumpleaños de Christian de Dinamarca, donde la heredera noruega también lució la tiara de Boucheron. Es la única de todas las que tiene a su disposición que ha llevado hasta el momento. Se podría decir que mantiene un estilo minimalista, completamente distinto del de Amalia de Países Bajos o Elisabeth de Bélgica.
Habitualmente, en los pocos eventos públicos de su agenda, Ingrid viste de colores lisos, sin estridencias ni accesorios llamativos. Los pendientes que ha agregado a su colección personal son, más bien, sutiles, como estos aros finos de oro de los cuelgan unos diamantes pequeños, que pertenecen a su madre, Mette-Marit. Los llevó en enero de 2022 durante una visita al Tribunal Supremo.
Elisabeth de Bélgica
De todas las tiaras a su disposición, la princesa Elisabeth solo se ha puesto dos, aunque constantemente recupera pendientes, tocados e incluso vestidos del ropero de su madre, la reina Mathilde. El 15 de octubre de 2023, en el cumpleaños del príncipe Christian, estrenó la tiara-collar Wolfers que tiene 200 diamantes. Originalmente, perteneció a su tía abuela, la reina Fabiola, que la recibió con regalo de bodas en 1960.
Dado que Elisabeth cumplió la mayoría de edad durante la pandemia, tuvimos que esperar dos años para ver su debut como princesa en una gala. Después de tanta especulación, se desveló que la duquesa de Brabante eligió una tiara que no estaba en el cofre belga ni en las quinielas de las favoritas para su debut. Fue en la mencionada fiesta por el cumpleaños de su homóloga noruega, Ingrid, donde vistió un diseño ochentero de volantes a lo largo del cuerpo, firmado por Armani Privé.
La princesa belga acompañó este vestido italiano con una tiara que nunca antes se había visto, idéntica a la que la baronesa Lady Evelyn Vestey -una empresaria americana de gran éxito que llegó a casarse con Lord William Vestey- llevó cuando fue presentada en la corte británica en 1925. Elisabeth volvería a lucir la diadema en la boda del príncipe Hussein de Jordania un año más tarde, en 2023.