Cuántas veces habremos asaltado el armario de nuestras madres. No importa que el nuestro ya esté repleto de la ropa más actual y con las últimas tendencias, o que un día antes nos hayamos escapado a Zara a comprar esa prenda que está arrasando en redes y que nos permite ir à la mode. El caso es que, con más o menos frecuencia, creo que todas las mujeres terminamos ojeando en el armario de nuestras madres. Porque, en un mundo repleto, y aparentemente insaciable, de influencers, nuestra madre continúa coronándose como nuestro mejor referente en cuestiones de estilo. Ellas suelen guardar como oro en paño prendas y accesorios de hace años, que de repente vuelven a ponerse de moda pero que tienen ese encanto vintage y elegante.
Sí, el armario de nuestras madres suele guardar auténticas joyas de la moda de una época donde predominaba la elegancia, la sencillez y el buen gusto. Y, si tu madre es Isabel Preysler, imagínate los tesoros que debe haber en su vestidor. La socialité siempre ha sido un icono de estilo en nuestro país, por sus looks cargados de sofisticación y un gusto exquisito.
Tamara Falcó no ha podido tener mejor referente que su madre, la reina de corazones. Además de su belleza y su dulzura, ha quedado demostrado en varios ocasiones que la marquesa de Griñón ha heredado también la elegancia innata de su madre. Y así lo demostró el pasado jueves 10 de octubre, cuando asistieron a la primera edición de los Premios Tanglaw, organizada por la Embajada de Filipinas en España y donde Isabel fue una de las personas galardonadas.
Ambas de azul marino, uno de los colores tendencia de esta temporada y eterno símbolo de elegancia, madre e hija asistieron con estilismos de Pedro del Hierro. La marquesa de Griñón acudió con un conjunto traje de su colección TFP by Tamara Falcó, acompañado de una camisa con cuello redondo con detalle y un fino lazo azul marino anudado al cuello. Como complementos, apostó por seguir la línea sobria y clásica del traje y llevó unas sandalias finas en color negro, a juego con un clutch muy minimalista, y unos pendientes con forma de estrella, en blanco, y, además, la pieza más preciada de su joyero: el anillo que simboliza su compromiso de amor con Íñigo Onieva.