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Mary de Dinamarca, con sus apariciones públicas más recientes, no ha hecho más que demostrarnos que conoce a la perfección las tendencias que marcan la industria en estos momentos. Del maratón de estilo que regaló en su paso por Brasil a los looks con los que cautivó en su cita histórica con la presidenta de Islandia, pasando por el diseño reciclado con el que deslumbró en Copenhague. A dicha lista de aciertos, sumó el pasado viernes una propuesta que enamorará a las amantes tanto de los tonos otoñales como de la estética boho chic.
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La Reina, junto al rey Federico X, visitó este 11 de octubre Holstebro con motivo del 750 aniversario de la ciudad. Después de meses, se culminaron las festividades con la asistencia de la pareja real, con una bienvenida en el Ayuntamiento y un almuerzo posterior. En el marco del acto oficial en cuestión, Mary de Dinamarca confirmó que existen pocas prendas con mayor elegancia que las que se abrazan a lo largo de los meses más fríos del año. Y, por supuesto, que tiene las claves para vestir sofisticada y cómoda, incluso, bajo la lluvia.
La pieza protagonista de la apuesta fue, sin duda alguna, el abrigo de paño en naranja teja. Una confección cálida y envolvente de corte clásico con solapas en pico y cinturón para enfatizar la silueta de Max Mara, idónea para protegerse de las bajas temperaturas con gusto. El resto de la ecuación fue configurado a partir de elementos en color burdeos, tonalidad que está impregnando cada uno de los rincones que constituyen los armarios de las más entendidas del sector.
Mary de Dinamarca se rindió ante un vaporoso vestido con bordados y estampado floral a contraste. Una elaboración de cuello perkins bajo la firma de Saloni que entrará, directamente, a formar parte de la wish list de las fieles embajadoras de la declinación más femenina y delicada de la corriente bohemia. Para rematar la construcción, se hizo con unas botas en ante de Aquazzura, una diadema con destellos perteneciente a Jane Taylor London, un clutch de Boss y unos guantes de piel a tono.