La reina Letizia está de aniversario. Hoy, 12 de octubre de 2024, Día de la Hispanidad, la Reina cumple 20 años desde que en 2004 debutara en el desfile militar y en la recepción en el Palacio Real, tan solo cinco meses después de su enlace con el rey Felipe. Desde entonces, no ha dejado de hacer acto de presencia en un evento en el que la hemos visto crecer y evolucionar, también, en términos de estilo. Como sucede en cada Fiesta Nacional, los Reyes han presidido la pasada y la recepción, junto a la princesa Leonor, que regresa a la gran cita como militar por segunda vez. Mientras que la heredera al trono ha vestido el traje de guardiamarina de primero de la Escuela Naval de Marín de la Armada, doña Letizia ha vuelto a cautivar con su estilismo.
Oda al rojo carmesí
La reina Letizia ha protagonizado la jornada con un look liderado por piezas en rojo, color que, además de rezumar calidez, está ligado al poder y al amor, dos elementos muy presentes en la celebración del Día de la Fiesta Nacional. Doña Letizia ha reciclado, para la ocasión, un vaporoso vestido rojo vibrante bajo la firma Poète que ha combinado con complementos a tono.
Un diseño constituido por blusa con lazada en el cuello, escote en espalda –siendo este el detalle sorpresa de la elaboración que ha convencido a presentes y espectadores–, mangas ligeramente abullonadas y botones en puño y falda de tiro alto con sumo movimiento. Se ha escogido un clutch de Adolfo Domínguez y unos funcionales kitten heels de Magrit para elevar al máximo la ecuación.
Gabardina: la prenda salvavidas
Este 2024, se ha vivido un Día de la Hispanidad pasado por agua, por lo que la Reina ha tenido que adaptar su configuración de estilo a las condiciones meteorológicas que han irrumpido en el corazón de Madrid. Para hacer frente a las lluvias con gusto, la madre de Leonor y Sofía se ha hecho con una gabardina en beige estilo batín que enamorará a quienes busquen renovar este básico de fondo de armario otoñal.
Una creación de grandes dimensiones, sin botonadura y largo midi, que aúna tradición y contemporaneidad que ha lucido envuelta con un cinturón anudado tanto para enfatizar la silueta como para protegerse del clima adverso.
Una fórmula para desafiar el mal tiempo sumamente comentada, que ha culminado con exquisita joyería. Las joyas también cuentan con un rol relevante en las construcciones de la Reina. Ha optado por abrazar sus pendientes colgantes de diamantes y rubíes de la histórica casa Aldao: una elección con la que se ha añadido altas dosis de sofisticación y glamour al resultado final.