Miranda Priestly volverá a nuestras pantallas.El rumor de una secuela de El diablo viste de Prada (película que se estrenó el 6 de octubre de 2006 en España) ha generado revuelo recientemente, dejando a los fans locos por saber más información. El lunes 8 de julio, se confirmó que Disney está gestando el proyecto junto con la guionista original, Aline Brosh McKenna. La primicia llega mientras la versión musical, dirigida y coreografiada por Jerry Mitchell, se prepara para su estreno en el West End de Londres este octubre. Aunque el regreso del elenco original no se ha confirmado, se espera que Meryl Streep y Emily Bluntvuelvan a interpretar sus papeles. Varios medios dan por sentado estos nombres, pero no el de Anne Hathaway. La historia traería nuevos retos para Priestly en una era de declive de los medios impresos, enfrentándose nuevamente con Emily, ahora una importante ejecutiva de la industria del lujo, cuyos recursos millonarios podrían comprometer la gestión de Miranda.
Repasando los looks más icónicos de El diablo viste de Prada, es imposible olvidar el glamuroso vestuario que definió la película. Desde los elegantes abrigos que siempre luce Miranda Priestly hasta los looks más sofisticados de Andy Sachs tras su transformación en chica Runway, cada prenda fue cuidadosamente seleccionada para reflejar la evolución y el estilo de los personajes. Todas las piezas de la película, incluidas las de diseñadores como Chanel o Valentino, tienen algo especial y una historia propia que encaja a la perfección en el guion, simbolizando la inmersión de Andy en el mundo de la Alta Costura. La atención al detalle en el vestuario no solo contribuyó a la estética visual de la película, sino que también ayudó a contar la historia de una manera más profunda y significativa.
Andy es una joven recién licenciada e inexperta que viaja a Nueva York con la aspiración de convertirse en periodista y escritora. Comienza a trabajar como asistente de Miranda Priestly, la cínica editora de una de las revistas más importantes de la ciudad, Runway. Aunque Andy sabe que no quiere dedicarse al mundo de la moda y que ese puesto de trabajo es solo un medio para obtener contactos y abrirse puertas hacia lo que realmente desea ser. Por tanto, ¿por qué va a cambiar todo su armario y su estilo de vestir por un puesto temporal?
En la imagen, podemos ver uno de los looks icónicos de Andy: medias tupidas, una falda con estampado de rombos argyle, un bolso funcional con múltiples bolsillos, guantes estampados y una gabardina beige. El estampado de rombos argyle de su falda, característico del estilo preppy, es un clásico tanto en el armario del abuelo como en el de hoy. Originalmente asociado con los uniformes escolares de los internados británicos, este patrón ha resurgido en las tendencias actuales e iconos como Harry Styles luciéndolo en videos musicales como Treat People with Kindness. No obstante, en este contexto, la elección de la falda refuerza la imagen inicial de Andy como una chica ingenua y fuera de lugar en una revista de moda, destacando su falta de sofisticación frente al exigente entorno de Runway.
El famoso jersey azul cerúleo que Andy luce debajo de esa gabardina se convierte en el centro de una memorable escena cuando, en medio de una reunión, Andy se ríe al no notar la diferencia entre dos cinturones azules prácticamente idénticos. Miranda Priestly (Meryl Streep), con gesto de desdén, la fulmina con la mirada y le pregunta: "¿Algo te divierte?". Tras la respuesta inocente de Andy, quien admite su desconocimiento, Miranda aprovecha para dar una lección magistral sobre el mundo de la moda. Explica cómo el azul cerúleo de su jersey, popularizado por diseñadores como Oscar de la Renta e Yves Saint Laurent, pasó de la pasarela a los escaparates y finalmente al armario de Andy. Este monólogo, que llevó a Meryl Streep a una nominación al Óscar, dejó claro para Andy y el público que el azul no es simplemente azul, sino el resultado de un elaborado proceso dentro de la industria de la moda.
Seguridad, confianza en sí misma, pasión y una crudeza extrema para decir lo que piensa son las palabras perfectas para definir la personalidad de la estricta editora jefe de la revista Runway. Interpretada por la gran Meryl Streep, Miranda Priestly cautivó a la audiencia en 2006. Es un personaje que puede ser odiado y temido, pero es imposible no sentir fascinación por ella. Con solo observar cómo se mueve y habla, sabes que es una mujer poderosa que ha llegado a su posición con mucho trabajo y esfuerzo, y que no permitirá que nadie pase por encima de ella y sus ideales. Como la cabeza detrás de una revista de moda, no es de sorprender que esté impecable de pies a cabeza en cada escena.
Finalmente, Andy comprende que "si no puedes con tu enemigo, únete a él" y decide adoptar la filosofía de adaptarse. Cambia su forma de pensar y su estilo para convertirse en una auténtica fashion victim. Se pone una chaqueta estilo college con toques preppy de Chanel, con ribetes marcados y un escudo y rompe este look de niña buena con un top de lentejuelas, muchos collares dorados y un bolso de lana. Sin embargo, lo que más destaca son las botas altas de Chanel hasta las rodillas, un homenaje de Karl Lagerfeld a Coco Chanel que dominaron la colección de la casa en Otoño/Invierno 2005-2006.
Otro cambio notable se ve en su peinado: hasta esta escena, su flequillo caía a ambos lados de su cara, pero ahora luce la melena suelta con un flequillo recién cortado y moderno, lo que le da una sensación de frescura y seguridad. Andy irrumpe en la oficina con este nuevo atuendo, y tanto Emily como Miranda quedan asombradas por su gran transformación.
Una revista de moda debe contar y mostrar desfiles de París, percheros llenos de prendas fabulosas, y vestir a sus protagonistas con looks impresionantes. Esta película lo hace muy bien, presumiendo de tener el presupuesto de vestuario más caro de la historia. La estilista Patricia Field contó con un presupuesto de un millón de dólares y lo utilizó magistralmente, incorporando prendas de firmas como Dior y Chanel, así como abrigos vintage de tiendas de segunda mano. La Academia de Hollywood reconoció su trabajo nominándola al Oscar en la categoría de vestuario. Además, todos los vestidos y trajes que vemos en la película se subastaron, y el dinero recaudado se destinó a la investigación del cáncer de mama.
Si hay algo que caracteriza a Priestly y se ha vuelto una costumbre, es llegar a la oficina y soltar en la mesa de Andy su abrigo y su bolso para que ella los cuelgue. En una escena de la película, se muestran los días en bucle, con Miranda apareciendo con distintos looks y dejando su abrigo y bolso en el escritorio una y otra vez. En la imagen, podemos ver a Miranda con uno de sus modelos más originales y coloridos, acompañado de unas gafas de sol, un bolso de piel de cocodrilo estilo capazo y unos aros XL.
Todos recordamos esa escena en la que Andy tuvo que recorrer las calles de Nueva York para encontrar un manuscrito inédito de Harry Potter para las hijas de Miranda. Andy llevaba un vestido sin mangas de color verde oliva, de largo hasta la rodilla, conjuntado con un maxi cinturón. Además, lucía unas gafas de sol a modo de diadema, un bolso y unos tacones. Se recorrió toda la ciudad hasta llegar al Hotel St. Regis.
Al terminar el rodaje, la actriz Meryl Streep se quedó con unas gafas de sol que luce en la película y que se han convertido en uno de los elementos más icónicos del armario de Miranda Priestly. Se trata de unas gafas ovaladas con ribete metálico que algunos expertos atribuyen a la firma Paul Smith. Detrás de estas gafas se esconde la fulminante mirada de la editora en muchos planos de la película.
Este diseño, que ha sido detectado por muchos fans, ya que Meryl Streep volvió a usarlo en otra de sus grandes películas: Mamma Mía! Una y otra vez. Con 12 años de diferencia, en esta secuela de Mamma Mía (2009), la actriz volvió a ponerse las gafas de sol, convirtiéndolas en un objeto de culto para los amantes del vestuario cinematográfico y demostrando su habilidad para adaptar un mismo accesorio a dos personajes totalmente diferentes.
Los esfuerzos de Andy por encajar empiezan a dar sus frutos, y Priestly comienza a contar con ella como chica para todo. En esta ocasión, Andy combina un cárdigan negro con una camisa blanca, una minifalda de tablas, medias transparentes y unos pumps (unos zapatos de tacón rígidos). Además, añade a su look un collar de perlas con el logo de Chanel en un lateral.
De complemento a complementos. La simbología de la película es espectacular. Justo en la escena en la que Miranda le dice a Andy que irá con ella a la semana de la moda de París, Andy está usando un collar lleno de charms, y uno de ellos es la Torre Eiffel. ¿Casualidad?
Otro de los grandes momentos de la película es cuando Andy lleva un vestido de noche a un evento de gala de la revista Runway. Es la transformación definitiva de la protagonista en un cisne, y lo hace con un vestido de escote bardot satinado y de color negro. Complementa su look con la melena recogida y labios de color rojo. No necesita ningún accesorio más que su sonrisa, ya que, al tratarse de una pieza atemporal que te viste con un solo gesto, la caída y el tejido se llevan todo el protagonismo.
Para Miranda, la moda es mucho más que ropa y una forma de expresión; es todo y vive por y para ella. En esta ocasión, emplea la joyería, cuanto más grande, mejor, para expresarse. En la imagen, lleva unos llamativos pendientes de aro junto con varios collares largos de gruesas cadenas doradas, que añaden fuerza y carácter a su look. Complementa este estilo audaz con una chaqueta estampada, adornada con relieves de tachuelas y lentejuelas, donde se fusionan tonos dorados y cobrizos, logrando un conjunto que irradia brillo, elegancia y autoridad.
La actriz ha hecho guiños en varias ocasiones a los estilismos de Andy, el personaje que interpretó en El diablo viste de Prada. Sin embargo, a nuestro parecer, el look más icónico es el que llevó al cumplir la fantasía de su personaje al sentarse al lado de la mismísima Anna Wintour (la editora de Vogue desde 1988) en el desfile de la colección de primavera de 2023 de Michael Kors. Anne lució un abrigo de Michael Kors que le llegaba a la rodilla, con textura de piel de cocodrilo, mientras que debajo llevaba un mini vestido negro con cuello alto, que de inmediato evoca la imagen mental de esa última escena de la película en la que Miranda y Andy cruzan miradas en una calle de Nueva York. Además, la actriz optó por un peinado con flequillo alborotado y el cabello recogido, acompañado de un maquillaje muy natural, tal y como aparece en la película.
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