La colección Primavera/Verano 2025 de Louis Vuitton ha sido un despliegue magistral de creatividad y precisión, reafirmando la sutil influencia de la moda francesa. El desfile, celebrado en el icónico Museo del Louvre, destacó por su exploración de contrastes armoniosos, donde la sastrería adquirió un protagonismo esencial: la estructura se torna flexible, la ligereza adquiere presencia y la feminidad se redefine con mayor claridad. La puesta en escena, con modelos desfilando sobre maletas vintage perfectamente dispuestas, evocaba los inicios de la maison y la emblemática malle de cabine de madera y lona que Vuitton lanzó en 1854. Los tonos predominantes, como el blanco y el negro, se fusionaron con colores tierra y rojizos, creando una atmósfera de sofisticación atemporal. Pantalones piratas ajustados, mallas deportivas y abrigos cortos con hombreras dominaron la pasarela, mientras el tweed, inspirado en Chanel, y el icónico estampado damier de Louis Vuitton conectaban directamente con la herencia de la firma.
El desfile no solo brilló por la innovación en las prendas, sino también por los detalles artísticos que elevaron la propuesta. Algunas piezas integraban obras del artista Laurent Grasso, de su serie Studies into the Past, añadiendo una dimensión visual que dialogaba con la Alta costura. La música de Jamie XX creó una atmósfera envolvente, amplificando el impacto visual de la colección. Además, el front row estuvo repleto de celebridades como Zendaya, Ana de Armas, Cate Blanchett y Jaden Smith, reafirmando el prestigio del evento. Bajo la dirección creativa de Nicolas Ghesquière, Louis Vuitton sigue demostrando que la moda es tanto una manifestación cultural como una expresión artística, donde cada detalle contribuye a una narrativa de elegancia, audacia y poder.