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La infancia de Ayesha Shand no fue nada convencional. Recuerda emocionada cuando, siendo una niña, su padre le dijo que le había comprado una mascota. Ella pensaba que se trataba de un perrito y, para su sorpresa, en realidad era un elefante. La anécdota cobra todo el sentido si tenemos en cuenta que Ayesha es la única hija del aventurero, escritor y activista por la conservación medioambiental Mark Shand y de la exactriz Clio Goldsmith. En 2002, Shand, hermano de la Reina Camilla de Inglaterra, creó la fundación The Elephant Family para la protección de estos animales, un empeño que defendió hasta que, en 2014, falleció repentinamente a los 62 años. Desde entonces, Ayesha —que en árabe significa 'esperanza'— abandera esta causa, entre otras muchas, como las relacionadas con la salud femenina y mental. Es defensora de la lucha contra la endometriosis (una enfermedad dolorosa que ella misma padece y que no se investigada lo suficiente) y es embajadora de The Cycle, que lucha por mejorar la igualdad de género mediante la provisión de agua, saneamiento y programas de educación menstrual.
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Creció en Roma, en 2008 regresó a Londres y ahora vive en Nueva York. Desde allí y en perfecto castellano —idioma que domina junto con el italiano y el francés—, Ayesha nos habla de su trabajo como directora de marca de varias organizaciones sin ánimo de lucro, una labor que compagina con su faceta profesional. "Trabajo en el mundo del arte y en el sector hotelero, de la restauración y eventos, pero la filantropía es lo que me motiva", nos dice.
—Para aquellos que no te conocen, ¿cómo te definirías en pocas palabras?
—Creo que es muy difícil definirse a uno mismo… Desearía poder describirme como misteriosa y cool, pero creo que la gente me conoce a los cinco minutos (ríe). Soy muy abierta, decidida y habladora. ¡Me encanta conocer a gente nueva, por eso hablo tantos idiomas!
—¿Qué te impulsó a seguir con el legado de tu padre en The Elephant Family?
—Creo que fue la actitud de mi padre lo que me impulsó a mantener vivo su amor por la filantropía. Mi padre siempre estaba dispuesto a trabajar y defender lo que creía; en su mente, todo era posible. De hecho, creo que mi padre me dijo que 'Tara', el elefante que me regaló, era como mi hermana. ¡Definitivamente, era su hija favorita! (ríe de nuevo).
—En enero, hiciste pública tu lucha contra la endometriosis, un gesto muy valiente.
—La endometriosis, como todos los problemas de salud de las mujeres, apenas se investiga y se discute poco. A pesar de afectar a una de cada diez mujeres, las opciones de diagnóstico y tratamiento son muy limitadas y, como está relacionada con la menstruación, en muchas sociedades se considera 'tabú' hablar de ello. Esto deja a las mujeres desesperadas, aisladas y con un dolor extremo. Estaba cansada de sentirme sola en todo esto. Esperaba que compartir mi historia iba a sacar a la luz más información sobre esta enfermedad y, más que nada, ayudar a más mujeres a hablar sobre ello y pedir ayuda sin sentirse solas.
—¿Por eso también decidiste crear una organización benéfica, relacionada con esta enfermedad?
—¡Ojalá hubiera creado mi propia organización! Quizás algún día. Pero sí que apoyo a dos organizaciones que se ocupan del tema de diferentes maneras. The Cycle aborda la pobreza menstrual en la India: actualmente, una de cada cinco niñas abandona la escuela debido a los tabúes sociales, en torno a la menstruación y la falta de servicios médicos y sanitarios. The Endometriosis Foundation of America se esfuerza por aumentar el reconocimiento de la enfermedad, ofrecer apoyo, facilitar la información de expertos en cirugía y financiar investigaciones.
—Por cierto, tuviste que someterse a una operación. ¿Qué tal te encuentras?
—Sí, en febrero, el increíble Dr. Seckin me operó en Nueva York. Ha desarrollado una nueva técnica para eliminar el tejido de la endometriosis. Esto implica una cirugía de escisión y el uso de tintes para encontrar tejido profundo. ¡La operación me cambió la vida! Durante 15 años, me pasé una semana al mes en cama, con dolores extremos: incapaz de caminar, vomitando y deprimida. Ahora vivo sin dolor. ¡Me parece un sueño!
—Concretamente, ¿en qué consiste tu trabajo en estas organizaciones benéficas?
—Soy directora de marca, de hecho, ayudo a estas organizaciones con la recaudación de fondos, las relaciones públicas y asegurar asociaciones con marcas y personalidades famosas que ayuden a visibilizar estas causas.
—No podemos evitar preguntarte por tu tía, la Reina Camilla. ¿Cómo es tu relación con ella? ¿Tenéis mucha complicidad? ¿Sueles pedirle consejo?
—Sí, estamos muy unidas. Admiro su fuerza de carácter, su discreción y estoicismo. Ella me ayudó mucho cuando murió mi padre.
—Ahora estás lejos de ella, en Nueva York. ¿Te gusta vivir allí?
—Sí, amo Nueva York. ¡Es una ciudad que te mantiene alerta y te desafía constantemente!
—¿Has pensado en regresar a Londres, o te ves viviendo ya para siempre en Estados Unidos?
—Espero quedarme en Estados Unidos mucho tiempo. Me siento como en casa. Al haber vivido por todo el mundo, nunca me he sentido muy británica. Nueva York es la ciudad ideal para aquellos que sienten que no pertenecen a ninguna parte.
—En este reportaje, posas con tendencias de otoño. ¿Cuál es tu relación con la moda?
—No sigo las tendencias, me encanta usar prendas que me quedan bien. En esta sesión, parezco mucho más glamurosa de lo que soy. Si pudiera, solo usaría trajes de Connolly y zapatillas de Wales Grace Bonner.
—¿Qué es lo que más te gusta hacer en tu tiempo libre?
—Me encanta caminar por West Side Highway, vestirme elegantemente, ir a la Metropolitan Opera y conducir hacia el norte del estado los fines de semana.