El desfile de Balmain para la temporada Primavera/Verano 2025, bajo la dirección de Olivier Rousteing, fue una vez más un espectáculo inolvidable que reinterpreta la feminidad desde una perspectiva contemporánea y atrevida. Desde los imponentes hombros angulares hasta los detalles esculturales que adornan cada pieza, el francés celebra el cuerpo humano como una obra de arte, elevando las siluetas a un estatus casi divino. Los vestidos, que parecían pintados sobre un lienzo o esculpidos a mano, culminaron con una maravillosa pieza en la que un rostro, labios y una mano, adornados con pedrería, se convirtieron en el centro de todas las miradas. Esta colección capturó a la perfección la esencia de la Alta Costura de Balmain, donde cada diseño es un homenaje a la forma humana. La mezcla de teatralidad, detalles dorados y la elegancia parisina convirtió esta propuesta en un verdadero tributo a la tradición de la maison.
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En este desfile, Olivier Rousteing no solo rindió homenaje a los archivos históricos de Balmain, sino que también logró reinventar prendas icónicas. Las chaquetas con hombros estructurados, evocando las clásicas siluetas parisinas, fueron modernizadas con ángulos añadidos en las caderas, creando siluetas impactantes y originales. Por otro lado, el emblemático suéter marinero, símbolo de la elegancia francesa, fue transformado con perlas y cadenas doradas, demostrando que el lujo artesanal sigue siendo parte esencial de la casa Balmain. Cada pieza presentada en la pasarela parisina confirmó que, bajo la dirección de Rousteing, la maison sigue siendo sinónimo de sofisticación, innovación y una visión vanguardista del lujo.