El el tercer martes de septiembre tiene un especial significado en los Países Bajos, pues se celebra el Día del Príncipe. Una fecha a la que no faltan los Reyes, Guillermo Alejandro y Máxima, quienes este 2024 han estado acompañados, al igual que en la pasada edición, por las princesas Amalia y Alexia. En honor a esta cita señalada en su calendario, tanto la reina neerlandesa como sus hijas han escogido looks repletos de anécdotas interesantes, empezando por una joya de la familia que tiene casi un siglo de antigüedad.
Máxima de Países Bajos impacta en el Día del Príncipe
Como cada año, los encargados de presidir el evento son el rey Guillermo, quien pronuncia el Discurso del Trono, donde expone el plan de Gobierno para el próximo año, y la reina Máxima. Y si bien no deben ignorarse las cuestiones políticas, alrededor del mundo esta efemérides neerlandesa ocupa titulares justamente por impresionantes estilismos de gala que estrena allí la madre de Amalia, Alexia y Ariane.
Después de tomar protagonismo en la edición de 2023 con un colorido abrigo estampado de elaboración sostenible, que combinó con un tocado de flor XXL, ha recuperado este año su faceta más sobria, que no deja de ser absolutamente impactante porque es bien sabido que la neerlandesa no es muy amiga del minimalismo. Un elegantísimo look azul celeste que firma Claes Iversen, uno de sus sellos de cabecera para este tipo de citas más formales.
Vestido con lazo XXL
Es un vestido de cuello redondo, mangas francesas y caída recta que destaca principalmente por el enorme lazo que adorna su hombro derecho y desciende por la espalda como una capa. Máxima adora esta clase de creaciones esculturales y, de hecho, nos ha recordado inevitablemente al abrigo gris de diseño envolvente con el que acudió al Día del Príncipe en 2022. Sujeto por encima de la prenda, lleva la Cinta de la Orden y la Estrella de la Gran Cruz de la Orden del León de los Países Bajos.
Una joya familiar en el lugar más inesperado
A pesar de que el lazo se concibió como el detalle estrella del look, Máxima ha añadido un cinturón al tono que lleva, en lugar de la clásica hebilla, una gran aguamarina de estilo Art Déco, la cual está enmarcada por aguamarinas más pequeñas. Fue un regalo de bodas del entonces príncipe consorte Bernardo a la princesa Juliana en 1937, así que se trata de una auténtica reliquia familiar de los Orange con casi un siglo de antigüedad.
Pero no ha sido la única pieza de joyería familiar que se ha colado en su look porque los pendientes colgantes de diamantes y aguamarinas en forma de gota también formaron parte del repertorio de la reina Juliana y los ha lucido en anteriores ocasiones la princesa Laurentien, esposa del príncipe Constantino Cristóbal, quien es hermano del Rey.
Se cree que fueron un regalo de la baronesa Armgard de Sierstorpff-Cramm a su nuera, Juliana. Desde entonces, casi todas las reinas y princesas neerlandesas han lucido piezas del ajuar, incluida la tiara de aguamarinas brasileñas de corte cuadrado y briolette en forma de pera que confeccionó Van Kempen & Begeer.
Al quitarse los guantes para saludar desde el balcón del Palacio Noordeinde de La Haya, Máxima ha dejado ver que también incorporó el brazalete de diamantes y aguamarinas que forma parte de este conjunto "de matrimonio", que es el nombre que reciben los ajuares que se van conformando a lo largo de los años con piezas de distintos orígenes, como ocurre con el de aguamarinas de la reina Juliana.