Belén Yñiguez se ha convertido en uno de los perfiles emergentes más seguidos en Instagram. Ortodoncista de profesión y madre de siete hijos, nada menos, llegó a las redes por casualidad. Fue tal el interés que despertó su peculiar familia que ahora, aunque no se identifica del todo con la palabra influencer, es consciente de que su faceta de creadora de contenido es cada día una pata más integrada en su vida.
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Estilosa, polifacética y, sobre todo, una madre de diez, la sevillana nos presenta a su última hija, Covadonga, acompañada de sus pequeños, su 'mayor orgullo'.
—Enhorabuena por esta superfamilia que tienes. ¿Cómo la definirías?
—Nuestra familia es una familia normal, convencional, lo que ocurre es que rompemos un poco la media en cuanto a número de niños y eso, hoy en día, llama mucho la atención. Hace un par de generaciones, era más o menos lo habitual. La nuestra es una familia con valores y pilares fuertemente marcados, pero no anclada en el pasado, sino con una mente abierta y siendo conscientes del tiempo en el que vivimos. Procuramos estar siempre bien rodeados de familia y amigos, que están siempre dispuestos a echar un cable y a disfrutar.
—Cuando te casaste con Juan, ¿pensabas que tendrías una familia así de numerosa? ¿Era algo con lo que siempre habías soñado?
—Juan y yo somos dentistas, compartimos profesión y digamos que vamos al mismo ritmo. Nos casamos con 27 años y teníamos claro que queríamos ser padres jóvenes, y siempre me han gustado las familias grandes. Me resultaban divertidas, pero nunca pensé que fuera a tener siete hijos, ni mucho menos tan seguidos. Las circunstancias han hecho que sea posible y estamos encantados, pero no era algo con lo que soñara como tal.
—En ocho años has tenido siete hijos… ¿Sientes que has renunciado a algo por la maternidad?
—Yo no hablaría de renuncia o sacrificio, como en otras ocasiones he escuchado. Creo que lo adecuado sería hablar de ser consecuente con las circunstancias individuales. Yo intento ser consecuente y eso supone vivir de una determinada manera, anteponiendo muchas veces lo que hay que hacer, a lo que a uno le puede resultar más apetecible. Dicho esto, no paramos quietos, tenemos una vida familiar y laboral muy intensa y exigente, pero no quiere decir que no lo pasemos bien, todo lo contrario.
—Tu última hija, Covadonga, nació hace dos meses, y sorprende lo rápido que te has recuperado. Estás estupenda… ¿Cuál es tu secreto?
—¡Muchas gracias! Bueno, aún queda mucho trabajo. Cada mujer es distinta y cada embarazo, parto y post-parto también. Hay muchos factores que hacen que la recuperación sea mejor o peor... Yo intento tomármelo con mucha actitud. No hago nada fuera de lo normal: una dieta equilibrada, pilates y cenar pronto y ligero.
—¿Os gustaría o tenéis pensado tener más hijos?
—La verdad es que tener un bebe durante ocho años seguidos en casa ha sido precioso, pero creemos que ha llegado el momento de parar, aunque nunca se sabe...
—¿Qué es para ti lo más bonito de tener una familia tan numerosa?
—Es un regalo precioso para los niños. Es una suerte poder compartir la vida con tantos hermanos y que valoren lo que realmente importa.
—¿De qué te sientes más orgullosa de tus hijos?
—Al final, como cualquier madre, lo que quieres es que tus hijos sean felices y buenos. Son muy pequeños para valorar el orgullo que cada uno te pueda hacer sentir, son valoraciones subjetivas y más aún para una madre.
—La moda te interesa bastante. ¿Desde cuándo te gusta, cuál es tu relación con la moda?
—En mi casa, desde que tengo recuerdo, ha habido una relación especial con el arte, en especial con el contemporáneo. Creo que el estar rodeada de artistas y sus obras nos ha transmitido una sensibilidad especial por las formas y los colores que, en mi caso, se ve reflejada en el mundo de la moda. Siempre me ha interesado, hasta tal punto, que recientemente le hemos dado forma a una idea que llevaba años acompañándome y que se ha convertido en MASE STUDIO, nuestra propia marca de ropa, que es una mezcla de las personalidades de cinco amigas reflejando a la mujer actual.
—¿Cómo describirías tu estilo?
—Claramente, atemporal. Así me siento, adaptando las prendas al momento.
—¿Cómo y cuándo llegaste al mundo de las redes?
—Llegué de rebote. Durante la pandemia, me propusieron hacer una charla online de higiene dental infantil y acepté. Y me di cuenta de que a la gente le interesaba todo lo que rodeaba mi vida: moda, decoración, arte... Y fue todo fluyendo de manera completamente natural. No me había planteado esta faceta nunca.
—¿Te sientes identificada con la palabra influencer?
—Sinceramente, no. Yo soy ortodoncista, que es mi profesión y pasión.
—¿Cuál crees que es la clave de tu éxito?
—Gracias por lo de éxito. Pero lo que soy es constante y muy trabajadora.
—¿Cómo te imaginas dentro de diez años?
—¡Uff, qué pereza! Ya se preocupará la Belén de dentro de 10 años. De momento, día a día.