El jueves 15 de agosto dio comienzo el viaje que el príncipe Harry y Meghan Markle están llevando a cabo por Colombia. Los duques de Sussex, invitados por Francia Márquez, la vicepresidenta y ministra de igualdad del país, se encuentran recorriendo las ciudades de Bogotá, Cartagena y Cali. Ha sido un desplazamiento que nos ha dejado múltiples momentos de moda dignos de analizar, como las lecciones de estilo que ofreció cuando se trasladó a Nigeria hace unos meses para conocer a fondo la cultura local. ¡Toma nota de todos los detalles a continuación!
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Una blusa con sello español
Para su participación en el foro Afro women and power (18 de agosto), Meghan Markle estrenó una blusa blanca, el modelo Paula de la firma española Mango. La combinó con una nueva falda, un diseño con lentejuelas y acabado multicolor de Silvia Tcherassi.
Unos zapatos muy coloridos y pendientes artesanales
Para completar su look, Meghan Markle recuperó sus salones BB 105 en color morado de Manolo Blahnik. Además, estrenó unos pendientes confeccionados a mano por artesanos de la región colombina de Chocó. Estos fueron un regalo de la vicepresidenta Francia Márquez.
Un vestido colombiano en blanco y verde
Para acudir al Festival Petronio Álvarz en Cali (18 de agosto), Meghan Markle estrenó un vestido del diseñador colombiano Andrés Otalora. Lo combinó con nuevas sandalias de tiras negras, modelo Talk to Me 105 de Aquazzura.
Fondo de armario
En el tercer día del viaje, los duques de Sussex pasearon por el pueblo San Basilio de Palenque, en Cartagena. Centro poblado que fue reconocido por la UNESCO como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad, por su relevancia cultural e histórica. Para entonces, se enfundó, en primer lugar, en una camiseta básica de tirantes blanca de Argent, prenda que conjugó con la falda lápiz Emma de Posse, diseño en lino de lo más chic para planes tanto diurnos como nocturnos.
Joyería artesanal
Para culminar su estilismo, se subió a unas sandalias con tira en T de Emme Parsons, un recurso refinado en piel que ofrece la máxima comodidad. Asimismo, se apoderó de un sombrero local de la creativa Hannia Char y unos pendientes de inspiración artesanal. Tampoco olvidó sus gafas de aviador de RayBan, el collar colgante de disco imperial personalizado con el grabado de los nombres de sus hijos de Ariel Gordon Jewelry y el Juste un Clou, el Tank Française y el brazalete Love de Cartier.
Binomio ganador
El matrimonio también visitó la Escuela Tambores de Cabildo, organización de percusión caribeña en Cartagena. Para acudir al lugar, Meghan Markle volvió a confiar en los diseños de Johanna Ortiz. Esta vez, un conjunto de dos piezas, de la colección Resort 2025, formado por crop top de seda en blanco y negro, con escote corazón y silueta acampanada y maxifalda a juego fue el escogido.
Sombrerería colombiana
Como complementos, repitió el bolso en Panna de Cesta Collective, se hizo con las sandalias Divine 85 en ante marrón de Aquazzura y lució, de nuevo, el sombrero colombiano y, en términos de joyería, los clásicos de Cartier (el brazalete Love, el reloj Tank Française y el collar de oro amarillo y diamantes Juste un Clou), y Ariel Gordon Jewelry (el colgante de disco imperial personalizado con grabado y los pendientes Royal Signet Studs).
Talento local
Para el training de Invictus Games que se llevó a cabo ayer en el Centro de Rehabilitación Inclusiva, en la que era la segunda jornada del viaje, Markle deslumbró con una camisa de seda de grandes dimensiones perteneciente a Giuliva Heritage. Asimismo, se enfundó en la falda Amaime, elaborada en manos del diseñador colombiano Juan de Dios. Prenda femenina confeccionada en algodón y seda con print Chintz en verde y marfil.
Diseños de confianza
Para culminar la apuesta, se subió a los mules Etana 50 de Jimmy Choo, calzado de tacón sensato con el que volvió a ofrecer grandes dosis de confort al estilismo. En lo que a joyería se refiere, no olvidó su reloj Tank Française y brazalete Love de Cartier, piezas que aunó a pendientes de Ecksand.
Básicos atemporales
Meghan Markle visitó, junto a Harry, el colegio público de La Giralda, en el barrio de Las Cruces (Bogotá). Para la ocasión, siguió con su despliegue de looks rescatando de su armario la blazer de lino y lana virgen de Loro Piana. Un diseño de carácter oversize en camel que conjugó con pantalones negros cropped y camisa blanca. En relación a los complementos, llevó, en primer lugar, un bolso de cesta bajo la firma de Cesta Collective. Modelo en tono Panna tejido a mano por artesanas de Ruanda con recursos renovables de origen local. Y en segundo lugar, en los pies, unos slingbacks de Chanel con puntera a contraste.
Homenaje a Diana de Gales
En términos de joyería, lució sus clásicos de Cartier, es decir, el brazalete Love y el reloj Tank Françoise, además de aprovechar el evento para recordar a Diana de Gales con sus exquisitos pendientes de mariposa.
Un conjunto satinado
En su primer tanda de compromisos por la capital colombiana, el matrimonio Sussex asistió al foro Futuro Digital Responsable, donde Meghan ofreció una ponencia vestida con un conjunto satinado color teja que, en realidad, no se vende como tándem sino por separado al ser de firmas diferentes, pero combinan de maravilla.
Comodidad ante todo
La camisa fluida en satén es de Victoria Beckham, amiga íntima del matrimonio, y ya se la habíamos visto anteriormente, pero el pantalón acampanado lo firma La Ligne, una firma de culto entre las chicas de moda de Nueva York. Combinó el look con sandalias de tacón cómodo realizadas en ante coñac, de Aquazzura.
En cuanto al pelo y el maquillaje, cambió su tradicional melena lisa por una coleta alta de caballo, que sujetó sus perfectas ondas de agua, aunque sí mantuvo su preferencia por los acabados naturales en el rostro. Remató este estilismo minimalista con unos pendientes pequeños de gota en diamante y citrino natural, de Birks, y su querido collar Just un Clou, de Cartier, que está realizado en oro amarillo y diamantes.
Diseño colombiano
Los Sussex visitaron este jueves 15 de julio el Centro Nacional de las Artes Delia Zapata, en Bogotá, escenario ideal para que Meghan rindiese homenaje a la moda local luciendo un diseño de la renombrada Johanna Ortiz, cuyas creaciones inspiradas en la cultura colombiana y realizadas en este país son extremadamente populares en Estados Unidos.
Personalizado
El vestido que eligió Meghan pertenece a su colección Pre-Fall 2024 y se confeccionó utilizando un jacquard de lúrex en tonos tierra, salmón y vino que dibuja un patrón navajo, típico de los nativos americanos Optó por una versión personalizada de dos tirantes que desembocan en un escote corazón con una pequeña abertura debajo del pecho, dejando en casa las mangas con volantes extraíbles que originalmente formaban parte de la prenda.
Tacón 'kitten'
Ya que a Meghan le fascina bailar y no dudó en unirse al jolgorio de los asistentes al encuentro, llevó (demostrando lo previsora que es) un calzado incluso más confortable que aquellas sandalias de tacón grueso. Esta vez, se decidió por un modelo marrón de finas tiras sobre el empeine y tacón kitten, las mules Etana 50 de Jimmy Choo.
Oro y diamantes
A pesar de lo llamativo que es este vestido, Meghan no escatimó en lo que respecta a la joyería porque añadió al look unos pendientes dorados, de Lanvin; un anillo dorado vintage con forma de coral; su reloj preferido, el modelo Tank Française de Cartier, y el collar Just un Clou en oro amarillo y diamantes de la misma casa joyera.
Su lujo silencioso
En su primera cita, el gran recibimiento de los Sussex en Bogotá tras su llegada al país sudamericano, Meghan eligió un conjunto en azul marino de lo más elegante, declarándose, nuevamente, fiel al lema menos es más, que tan bien define a su estilo pulcro y minimalista. Aquí vemos a la pareja en compañía de la vicepresidenta Francia Márquez y su pareja, Rafael Yerney Pinillo.
'Matching set'
Hablamos de un tándem que se encuentra bajo la firma de Veronica Beard, constituido, en primer lugar, por una versión moderna del chaleco: el modelo Orlinda (698 euros), un diseño de cuello halter con botonadura carey y bolsillos ribeteados para ofrecer toques decorativos. En segundo lugar, llevó el pantalón Arte (498 euros), una creación de corte alto con perneras ligeramente acampanadas.
El poder de los complementos
A Meghan Markle le bastaron únicamente dos complementos para culminar el look como es debido. A sus pies, unos zapatos de tacón negros a contraste, calzado tan sofisticado como atemporal con el que nunca se falla. Son obra de Manolo Blahnik. En la mano, sin embargo, ejerció contraste con un gran bolso blanco de mano con cierre metálico, de Loro Piana, al romper con la línea cromática del estilismo de una forma magnética.
Aparte de su brazalete Love y el reloj Tank Française, ambas piezas de oro míticas de Cartier, la duquesa de Sussex aderezó el conjunto azul marino con unos deslumbrantes pendientes de cianita a juego, de Pippa Small Jewellery, y puso punto y final al look con una pulsera de pavé de diamantes y nazar, de Lorraine Schwartz.
En términos beauty, la mujer del príncipe Harry apostó por un sencillo y cómodo recogido con la raya en medio, recurso infalible para triunfar como invitada glamurosa y discreta a partes iguales. Cuando no presume de su larga y brillante melena lisa, suele decantarse por esta alternativa sofisticada.
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