Dicen que Lucía Bárcena tiene un don para reconocer aquello que va a gustar y triunfar, sea o no tendencia. Y, en verdad, es una de esas mujeres que sobresalen siempre por su buen gusto y estilo único, y que es todo un referente de moda y lifestyle. Su marido, Marco Juncadella Hohenlohe, desciende de una antigua dinastía europea —es hijo de la princesa Cristina Hohenlohe—, y Lucía pertenece a la 'realeza' de las redes junto a María Pombo, María Fernández Rubíes, Meri Turiel... Todas ellas estuvieron en su boda con el jinete y empresario, celebrada en el histórico Pazo de Oca, en Pontevedra, en julio de 2021. Un año después, nació su hija Filipa y el verano siguiente, su segunda hija, Leonora. La familia acaba de mudarse a una casa con jardín, un oasis en pleno Madrid, en el que Lucía posa con las coloridas propuestas de moda y decoración de El Corte Inglés.
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—Lucía, ¿qué te ha enseñado la maternidad y qué es para ti lo más bonito de ser madre?
—La maternidad me ha enseñado a confiar en mi instinto y creo que eso es justo lo más bonito de la maternidad: la relación que se crea con tus hijos, basada en ese instinto tan fuerte, que hace que siempre demos todo de nosotras sin esperar nada a cambio. Es una relación completamente basada en el amor y la protección.
—¿Cómo te defines como madre?
—Soy una madre obsesionada… Paso mucho tiempo con mis hijas, quizás soy un poco controladora y me gusta saber lo que hacen en todo momento y si están bien. Muchas veces pienso que necesito un respiro y me voy a trabajar o a dar un paseo... No han pasado ni cinco minutos sin ellas y ya estoy deseando volver (ríe). Supongo que nos pasará a muchas madres. ¡La maternidad es una preciosa locura!
"Mi madre siempre me ha enseñado que menos es más. Es mi referente de elegancia. A ella le debo la esencia de mi estilo actual"
—¿Cómo es Filipa?
—Es una niña extraordinaria, con habilidades increíbles, cariñosa y con mucha mucha energía, demasiada quizás (ríe). Pero por eso la adoramos, estamos todo el día riéndonos con ella.
—¿Y cómo recibió a Leonora?
—Los primeros meses fueron una locura, pensábamos que Filipa, al ser tan pequeña, no iba a tener tantos celos... pero ella sabía perfectamente lo que estaba pasando. Ha tenido muchos celos de Leonora, pero ya empiezan a jugar juntas y a mimarse, y yo estoy enloquecida viéndolas.
"Soy una madre obsesionada… Paso mucho tiempo con mis hijas, soy un poco controladora y me gusta saber lo que hacen en todo momento y si están bien"
—Tus niñas no tienen nombres convencionales. ¿Por qué decidisteis llamarlas así?
—Marco es el 'culpable' de sus nombres. Con nuestra primera hija, me propuso Filipa, que significa 'amiga de los caballos', yo no tenía ningún nombre en mente, y me encantó. Con nuestra segunda hija, le dije que me tocaba a mí elegir… pero tampoco fue así (ríe). Se empeñó en Leonora y de nuevo me convenció. Ambos me encantan por su personalidad y significados. Si aumentamos la familia, veremos si podré decidir yo el nombre.
—¿Cuántos hijos te gustaría tener?
—Siempre he querido tener cuatro hijos… pero no es algo que podamos decidir. Ahora mismo estamos un poco en el barro, como decimos mi marido y yo... la mayor no ha cumplido ni dos años. Tenemos dos bebés y necesitamos recuperarnos, coger fuerzas, pero cuando llegue el momento nos encantaría tener más.
'Filipa ya va a la escuela infantil'
—¿Cómo te organizas con dos niñas tan pequeñas y tu trabajo?
—Supongo que como todas las familias… haciendo malabares para poder llegar a todo. Siento que soy una afortunada por mi trabajo, poder dedicar mucho tiempo a mi familia y organizarme dentro de lo posible, con mis propios horarios, es una suerte. Marco también intenta estar con las niñas todo el tiempo que puede, ellas se derriten con su padre… Filipa ya va a la escuela infantil y eso ayuda mucho. Leonora empezará pronto también.
—¿Cómo es Marco como padre?
—Su faceta de padre me enamoró más todavía. Es cariñoso, atento, protector, divertido… ya lo sabía antes de casarnos, pero no me imagino un padre mejor. Mis hijas están enloquecidas con él, tanto que a veces hasta tengo celos (ríe).
—Hablemos de tu trayectoria profesional. Algunas creadoras de contenido lanzan una firma de moda después de obtener éxito; en tu caso, el proceso fue justo al revés, ¿no?
—Así es, mi aventura en las redes sociales empezó casi al mismo tiempo que lancé mi firma de moda de baño. Fue todo pura casualidad. Estaba en Bali y la vida me llevó a una fábrica de trajes de baño, y no pude resistirme a darle una oportunidad a ese sueño que siempre había tenido.
"Vivo en una montaña rusa de emociones, me siento la mujer más feliz del mundo, y un rato después me siento agotada, frustrada… Quiero llegar a todo y a veces me cuesta entender que no se puede"
—Cuando empezaste en el mundo de las redes, ¿te imaginabas llegar hasta aquí?
—Jamás lo habría pensado. Al contrario de lo que veo actualmente, yo empecé por pura diversión; me encantaba 'postear' fotos de mis viajes, contar tips, rutas, enseñar sitios idílicos, moda, restaurantes… me entretenía hablando con mis seguidoras, que en aquel entonces no sumaban más de 10.000, pero para mí era una barbaridad. Y con el tiempo, casi tres años después, creando contenido solo como entretenimiento, llegaron mis primeros trabajos, mi primera representante…
—¿Cuál es el secreto de tu éxito?
—En línea con lo que decía, creo que la clave del éxito ha sido precisamente no buscarlo. Hacerlo todo con cariño, con constancia, sin esperar nada a cambio, siendo cercana con mis seguidores, tratando de mostrar mi lado más natural. El mundo de las redes sociales es increíble, me ha dado tantas cosas maravillosas… pero también es delicado, a veces puede ser un arma de doble filo y, por eso, creo que siempre tengo que ser fiel a mí misma, a mis valores y a mi estilo. Para mí las redes sociales son un lugar de desconexión, de entretenimiento y de inspiración, de ver cosas bonitas con una historia detrás. Me gustan los contenidos cuidados y eso siempre será así.
"Siempre he querido tener cuatro hijos. Ahora mismo tenemos dos bebés y necesitamos recuperarnos, coger fuerzas, pero cuando llegue el momento nos encantaría tener más"
—¿Crees que ese estilo se debe a tu educación, o es algo innato en ti?
—Creo que es un mix de ambas, hay una parte que llevas dentro, con la que naces, y otra parte que adquieres con los años. La manera de entender la moda es algo muy personal y creo que dice mucho de las personas. Es muy fácil nutrirse de ideas de estilo en la calle, en las películas, en Internet, en fotos antiguas… En mi caso, mi madre me ha influenciado mucho, me encantaba ver cómo se preparaba antes de una cena, de una fiesta… y creo que ella es la culpable de la esencia de mi estilo actual. Siempre me ha enseñado que menos es más. Es mi referente de elegancia.
—¿Cuáles son tus tendencias favoritas para esta temporada?
—Maxicollares de colores, el estampado de leopardo y los pantalones piratas, todavía no me he atrevido, pero pronto caeré (ríe).
—¿En qué momento personal y profesional te encuentras?
—Profesionalmente, es un momento lleno de proyectos, de metas y de crecimiento. Personalmente vivo en una montaña rusa de emociones… me siento la mujer más feliz del mundo y un rato después me siento agotada, frustrada… creo que dormir poco y no disponer de todo el tiempo que me gustaría, para dedicarlo a mi trabajo y a cuidarme a mí misma, me agobia. Quiero llegar a todo y a veces me cuesta entender que no se puede.
"Marco es el 'culpable' de los nombres de nuestras hijas. Filipa, que significa 'amiga de los caballos', me lo propuso él y me encantó. Con la segunda, se empeñó en Leonora y de nuevo me convenció", cuenta Lucía entre risas
—Se te conoce como la sonrisa de Instagram… ¿Qué es lo que te la borra?
—No comer (ríe).
—¿Y lo que siempre te pone de buen humor?
—Una escapada a Galicia, o una noche de cine con palomitas.