moda jan taminiau hola 4158© DARÍO ARANYO

Celebra 20 años de moda con una colección ‘denim’

Jan Taminiau nos abre las puertas de su fabulosa casa de Madrid junto a sus musas españolas

Cristina Lozano, Marta Ordovás e Inés Ybarra posan con el diseñador holandés


8 de abril de 2024 - 11:44 CEST

Hace 20 años, un joven Jan Taminiau , con mucho talento y ganas de comerse el mundo, lanzó su primera colección de alta costura. En aquel tiempo, el diseñador holandés creó también la Post Bag jacket, una chaqueta confeccionada con una antigua saca de correos. Esa prenda cambiaría el curso de su vida años más tarde: en 2009, Máxima de los Países Bajos, entonces princesa, asistió a la inauguración de la Bienal de Moda en Arnhem vestida con este original y audaz diseño. Hoy, no se puede hablar de Jan Taminiau sin mencionar que es el couturier favorito de la Reina Máxima, de aristócratas como Pilar González de Gregorio y la duquesa de Huéscar y de divas del espectáculo como Lady Gaga y Beyoncé. Para celebrar estas dos décadas, el modisto ha creado una colección denim (tela vaquera), que nos presenta en su casa de Madrid junto a tres de sus musas españolas: la empresaria Cristina Lozano, la diseñadora Marta Ordovás y la fotógrafa y artista Inés Ybarra.

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© DARÍO ARANYO

Jan Taminiau junto a Marta Ordovás, Inés Ybarra y Cristina Lozano, todos con ‘total looks’ en ‘denim’ del diseñador holandés.

—Jan, nos recibes en tu casa coincidiendo con este aniversario tan especial. ¿Qué balance haces de estas dos décadas?

—Mirando hacia atrás, ves cómo tus sueños y tus logros se entrecruzan. Desde mi graduación en la academia, hace 22 años, a mi primera colección de alta costura, hace 20. Empezando con la colección   Post Bag  hasta la última de aniversario en denim, diría que está siendo un camino de felices curvas y rectas. Ver cómo los sueños se van cumpliendo en los trajes de tantas clientas y proyectos especiales me llena de felicidad.

“Tenemos una gran relación —asegura sobre Máxima de los Países Bajos—. Me hace mucha ilusión diseñar para nuestra Reina, para alguno de esos actos oficiales, donde ella interviene personalmente en los detalles del vestido”

—¿Qué hitos han marcado tu carrera?

—Antes de ir a la academia yo era un estudiante rebelde. Sentarme a charlar en París con Susan Train, entonces directora de Vogue Usa, me aclaró la importancia de tener unos estudios académicos en moda si quería dedi­carme en serio a este oficio. Esto me motivó para volver a la universidad y acabar mis estudios. Otro gran hito fue el traje de coronación de la Reina Máxima: fue un gran cambio en la visibilidad de mi marca.

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Sobre estas líneas, a la izquierda, Sofía Palazuelo, duquesa de Huéscar, con vestido de Taminiau, en la inauguración de una exposición de Balenciaga en el Thyssen. Al lado, Máxima de los Países Bajos, en 2009, cuando, siendo aún princesa, lució su primera prenda del creador: la chaqueta “Post Bag”, realizada con tela de una antigua saca de correos y con los colores de la bandera neerlandesa.

—¿Por qué una colección denim? ¿Qué tiene de especial?

—Mirar atrás tras estos 20 años te da perspectiva, y vi que, desde la colección Post Bag, siempre había querido hacer una en denim. Siempre me ha interesado el lenguaje del ‘paso del tiempo’ y este material es perfecto para este significado. Denim en diferentes calidades y colores, desde el efecto nuevo al muy desgastado. Es un tejido que cuanto más lo usas más lo haces tuyo. Me gusta mucho este ingrediente en mi trabajo.

“En estos 20 años he logrado tantos sueños que hace que mi ilusión por los siguientes 20 sea muy poderosa”
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Sobre estas líneas, Inés Ybarra y Marta Ordovás, con diseños de Jan Taminiau, prendas de la nueva colección vaquera y zapatos Aquazzura, recostada en el sofá ‘Terrazza’ de cuero negro que Ubald Klug creó en los años setenta.

—Volvamos al pasado. ¿Cómo se te ocurrió crear una colección con sacas de correo? ¿Y cómo lograste que Máxima se interesara en tu chaqueta?

Post Bag fue mi primera colección y sigo estando muy orgulloso de ella. Siempre me han interesado los tejidos usados, y en el taller tenía partes sueltas de las sacas de correos de Holanda. Hace 21 años, mi abuela materna falleció. Visitando la casa donde tantas veces había jugado de pequeño, una vez encontré en el ático una pila de cartas antiguas sujeta por una cinta. Estas cartas estaban llenas de memorias. Al volver a mi taller, asocié que todos esos recuerdos iban en esas sacas de correos. Esos sacos antiguos, ahora reemplazados por otros de materiales sintéticos, habían llevado durante generaciones nuestras historias. Quise hacerles un homenaje y devolverles la vida con estas prendas y que volvieran a darnos momentos felices. Cuatro años más tarde, la por aquel entonces princesa Máxima me encargó una de estas piezas y me llenó de emoción por el gran significado que tenía para mí esta colección. Ella entendió que la chaqueta Post Bag estaba llena de historias de ciudadanos de Holanda.

“Marta fue la primera novia que hice en España. Sabe cómo dar vida a un vestido. Hemos hecho muchas cosas juntos y nunca deja de sorprenderme y florecer”

—Así nació tu ‘alianza’ con la Reina de los Países Bajos. ¿Cómo es actual­mente tu relación con ella?

—Tenemos una gran relación y cada vez que me hace partícipe de un momento importante de su vida me llena de orgullo y emoción. Me hace mucha ilusión diseñar para nuestra Reina, para alguno de esos actos oficiales donde ella interviene personalmente en los detalles del vestido.

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El piso que Jan comparte con su marido, el coleccionista Juan Várez, en el madrileño barrio de las Letras, es una mezcla de vanguardia, arte y tradición. Arriba, Jan Taminiau con chaqueta de Vivienne Westwood, en su zona de trabajo. Sobre estas líneas, Inés, con prendas de la nueva colección vaquera y zapatos Aquazzura, recostada en el sofá “Terrazza” de cuero negro que Ubald Klug creó en los años setenta.

—Hace siete años que abriste tu estudio en Madrid y, después, tu tienda... ¿Satisfecho de esa decisión?

—Vine a Madrid hace nueve años por amor, y por amor descubrí la maravillosa ciudad que es. A raíz de pasar más tiempo aquí, era lógico tener un pequeño taller para seguir creando mis diseños. La experiencia estos años ha sido increíble y no ha hecho más que crecer. Ahora, mi taller principal esta aquí.

—¿Cuál es la diferencia entre vestir a la mujer holandesa y a la española?

—Quizá, la mayor diferencia es que a la clienta española, independientemente de su edad, le gusta mucho vestirse. Tenga 25 u 85 años, la española tiene la ilusión de vestir bien para la ocasión. Disfruta de la vida y el vestir es una forma de expresarlo. La española tiene una alegría a la hora de vestirse que me contagia a la hora de diseñar para ella.

“Cuando decidí lanzar mi primer pantalón ‘denim’, tenía claro que Inés era la cara de un proyecto tan querido y personal para mí”
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—Nos acompañan algunas de tus amigas españolas. ¿Qué destacarías de cada una de ellas, de su estilo?

—Las tres tienen en común que poseen un estilo personal. Las tres vinieron a mí en momentos diferentes con un ingrediente común: su pasión por la moda. Cristina Lozano fue mi primera clienta española, hace ocho años, cuando todavía no tenía taller en Madrid. Voló a Holanda para uno de mis desfiles y la conexión fue instantánea. Guapa y de fuerte personalidad, nada más entrar, acaparó mi atención. Desde ese momento hemos hecho muchas cosas juntos, tenemos mucha complicidad. Para mí es un orgullo vestirla, ver cómo su entrada en una habitación nunca pasa desapercibida. Lo mismo pasa con Marta Ordovás. Fue la primera novia que hice en España. Al igual que Cristina e Inés, sabe cómo dar vida a un vestido. Hemos hecho muchas cosas juntos y nunca deja de sorprenderme y florecer. Respecto a Inés, la primera vez que la vi fue en mi salón de costura en Madrid, hace cuatro años. La trajo nuestra amiga común Pilar González de Gregorio. Una bellísima mujer que he ido descubriendo estos años y cuya personalidad no ha hecho más que enriquecerme en cada encuentro. Cuando decidí lanzar mi primer pantalón   denim  , tenía claro que ella era la cara de un proyecto tan querido y personal para mí. Puedo decir que tengo con las tres una verdadera amistad. Las tres saben disfrutar de la vida y dar forma a mis creaciones.

“Cristina fue mi primera clienta española, hace ocho años, cuando todavía no tenía taller en Madrid. Voló a Holanda para uno de mis desfiles y la conexión fue instantánea”
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“Desde mi primera colección, ‘Post Bag’ (saca de correos), siempre había querido hacer una colección en ‘denim’. Siempre me ha interesado el lenguaje del ‘paso del tiempo’, es un tejido que cuanto más lo usas más lo haces tuyo”, dice Jan. En las imágenes, sus musas visten creaciones, joyas y accesorios del holandés y zapatos de Aquazzura.

—Como dice la canción, ¿“20 años no es nada”?

—Estoy totalmente de acuerdo y también en desacuerdo… Veinte años han pasado muy rápido, pero en estos 20 años he logrado tantos sueños que hace que mi ilusión por los siguientes 20 sea muy poderosa. Mirando atrás, veo y me asombro de todos los proyectos, desfiles y sueños conseguidos. Si estas dos décadas han sido tan enriquecedoras, mi curiosidad y motivación están más que activadas para el siguiente ciclo por venir. Lo he pasado y lo estoy pasando muy bien.

“La mujer española, tenga 25 u 85 años, tiene la ilusión de vestir bien para la ocasión. Tiene una alegría para vestirse que me contagia a la hora de diseñar para ella”

Atesorar y valorar

—Balenciaga ha sorprendido al mundo con su pulsera-cinta de embalar... ¿Todo vale con tal de impactar?

—No creo en el ingrediente de la novedad y sorpresa como valor principal del diseño creativo. Impactar solo con el aquí y ahora. Comprar y vestirse es parte de una relación especial donde atesoras y valoras lo que has comprado. Esa compra tiene sentido ahora y en el futuro, y por ello te acompañará en más ocasiones en tu vida. Vengo de un mundo donde comprar, usar, atesorar, guardar, volver a usar y compartir nos enriquece y da mayor sentido a nuestras vidas que la compra instantánea para un único uso. Tengo la suerte de haber elegido este camino hace 20 años ya y, con el tiempo, estos valores se han ido reforzando en mis diseños y mi trabajo.

—¿Qué sueño profesional te queda por cumplir?

—Me encantaría hacer el vestuario para una película. Hacer toda la investigación y el estudio para ese proyecto. Ya hice el vestuario para una ópera y también para un ballet. El proyecto de una película es un sueño que me encantaría poder realizar.

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Jan Taminiau, con chaqueta de Vivienne Westwood, coloca el collar, un diseño suyo, a Cristina Lozano, que lleva vestido vaquero de la nueva colección. “Para mí es un orgullo vestirla, ver cómo su entrada en una habitación nunca pasa desapercibida”, confiesa el diseñador sobre su amiga.

TextoSILVIA CASTILLO
ProducciónTHE CREW
FotografíaDARÍO ARANYO
EstilismoFONCHI NAHUM
Asistente de fotografíaISRAEL LORENZO
Maquillaje y peluqueríaINÉS CASTAÑOS
Asistente maquillaje y peluqueríaMIRIAM BASELGA