El Rey Felipe VI aprovechó el buen tiempo del pasado fin de semana para hacer una escapada a Baqueira y disfrutar de su deporte favorito: el esquí. El monarca retomó la tradición de reservar un fin de semana durante los primeros meses del año para hacer este viaje a alguna de las estaciones españolas y volver a sentir el frío de la montaña y la adrenalina del deporte. Y, como también es costumbre, lo hizo sin la reina Letizia -quien al parecer no es tan fan del esquí como el Rey- y en compañía de sus amigos. Había pasado exactamente un año desde su última visita al pirineo, y justo el mismo día, 17 de febrero.
La suerte acompañó al Rey Felipe ya que, según el complejo invernal del Valle de Arán, fue el mejor fin de semana en lo que va de temporada, casi con 140 kilómetros, y después de que durante muchas semanas las pistas estaban practicamente vacías y sin apenas nieve que permitiera practicar este deporte. Por ello, el Rey aprovechó cada hora del sol y madrugó para poder disfrutar de la jornada al máximo. Y lo hizo sin perder un ápice de esa elegancia que le caracteriza. Una vez más, demostró ser el Rey de las pistas con su impecable estilo bajando las pistas rojas del pirineo catalán. Perfectamente equipado para el frío, Felipe lució una equipación azul, pantalón y chaqueta a juego, de la marca Descente, una firma de origen japonesa que se remonta a 1935, enfocada únicamente prendas deportivas de montaña y la que siempre le ha acompañado en sus escapadas a la nieve. De hecho, es la misma equipación con la que fue fotografiado el año pasado por estas fechas, incluidas las botas rojas y los guantes negros.
Aunque el Rey ha recorrido las pistas de Candanchú, Formigal o Astún, Baqueira Beret es su estación “de cabecera” desde que hizo sus primeros descensos cuando era un niño y hasta su boda con Letizia. Siempre que podía se escapaba para hacer su deporte favorito, aunque no lo practica tanto como le gustaría debido a sus numerosos compromisos como jefe del Estado.