Este domingo, 18 de febrero, Isabel Preysler cumple 73 años y a pesar del paso del tiempo, se mantiene en el podio de las más elegantes . Siempre apropiada e impecable en sus looks de día, deslumbrante en los grandes eventos, Isabel sigue fascinando en cada de una de sus apariciones.
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Repasamos las claves de su estilo con la persona que mejor la conoce en ese aspecto, Cristina Reyes , la responsable de los outfits que Isabel lleva de la mañana a la noche desde hace más de una década.
Así empezó todo
Pero ¿cómo llegó Cristina a convertirse en la estilista de cabecera de la mujer más admirada por sus looks? “Soy muy amiga de su hijo Enrique, desde que éramos niños, en Marbella, así que Isabel me conoce desde pequeña . Después, Enrique vivía en Miami, yo también estudiaba en Estados Unidos, y no nos volvimos a ver hasta pasados unos años”, nos relata Cristina, que cuando empezó a estudiar Diseño de Moda en España también se reencontró con Tamara .
La actual marquesa de Griñón “me pidió que la ayudara a buscar un look para una de las fiestas de Porcelanosa con el Príncipe Carlos. Fue en septiembre de 2009. Me llamó en julio y yo entonces todavía no me dedicaba a esto, iba a empezar a estudiar un Master de Comunicación de Moda. Me curré una presentación de power point explicando quién era Tamara y la mandé a una de las marcas más punteras de Hollywood de ese momento, Marchesa. No sé, debí de hacerlo muy bien porque me enviaron siete vestidos desde Nueva York. Elegimos uno precioso para Tamara. En ese momento, HOLA hacía las votaciones de la más elegante, de la semana, del mes y del año, y Tamara arrasó en todas . Isabel lo vio y para el siguiente evento de Porcelanosa me pidió ayuda a mí”.
Un sueño para Cristina que se hizo realidad. “Era mi momento, yo estaba empezando como estilista y trabajar con Isabel, por mucho que fuera la madre de mi mejor amigo, era lo más. Para mí Isabel Preysler siempre ha sido un icono de moda . Desde muy pequeña, siempre la admiraba, la analizaba… Así que la ayudé en ese evento y fue una conexión brutal. Desde ese momento trabajamos juntas a la hora de elegir sus looks”.
–¿Cómo es el proceso?
–Es un trabajo totalmente en equipo. Me llama, me dice lo que tiene, analizamos, hora, día, clima, etc. y nos ponemos manos a la obra. Le encanta trabajar con tiempo, no es una persona que deje las cosas para el último momento. Es perfeccionista y, en ese sentido, yo también, con lo cual hemos encajado como dos piezas de puzle, muy bien, la verdad.
–¿Se deja asesorar totalmente o te indica lo que quiere?
–Al principio, sí me daba más pautas, y ahora de vez en cuando también. Yo le hago muchas propuestas y poco a poco ha ido abriéndose a mis propuestas y encajamos muy bien. Ya no hace falta que ella me diga nada ni yo a ella. Directamente, le llevo opciones que ya sé que le van a gustar y solo queda escoger la que va a llevar en el evento en cuestión o para tener fondos de armario.
–¿También le haces looks de fondo de armario?
–Sí, porque Isabel tiene una vida social muy activa con Mario, bueno ahora con este parón no, pero hasta antes de la pandemia, tenía muchas cenas, muchos viajes... Entonces para ella es muy cómodo tener preparados muchos looks para no tener que estar pensando todo el tiempo, especialmente en los viajes. Solemos dejar muchos looks hechos, y lo tenemos todo fotografiado y muy organizado.
–¿Qué la ha convertido, en tu opinión, en un icono de estilo?
–Isabel tiene una elegancia innata. Aunque le pongas una sábana, en Isabel se va a elevar. Tiene un don: suele ensalzar la ropa, elevarla. Puedes ver un vestido en cualquier persona que parece normal y en ella se ve espectacular. Tiene un chic natural y una elegancia que pocas muy pocas mujeres tienen, con lo cual es muy fácil. Ella ha nacido con ese don. No es solo su manera de vestir, es su manera de hablar, de moverse, de caminar… tiene esa elegancia en todo. Pero a la hora de vestir, claro, ella lo lleva al máximo exponente.
–¿Cuáles son las claves de su estilo?
–Sobre todo, sabe perfectamente lo que le viene bien, se conoce muy bien a sí misma y sabe lo que quiere realzar. Su estilo es clásico, chic y atemporal, con algunas pinceladas de algunas tendencias del momento que le gusta resaltar. Por ejemplo, cuando la tendencia boho, antes del confinamiento, llevó un vestido floreado con botas, que era un look muy boho chic, es decir, si hay una tendencia que le gusta sí que la añade a su armario.
–Suele utilizar mucho el escote bardot, ¿verdad?
–Sí, le encanta el escote bardot. Tiene una figura envidiable, es una talla 36 de toda la vida. Tiene unos hombros estupendos, unas clavículas bonitas, y es verdad que esos escotes le sientan de una manera increíble.
–Dirías que el rojo y la combinación blanco y negro son sus opciones favoritas de color?
–Sí, absolutamente. El rojo le sienta especialmente bien. Y, efectivamente, el binomio blanco negro es uno de sus favoritos porque es sobrio y elegante, y siempre funciona.
–¿Prefiere los looks neutros a los estampados?
–¡Le encantan los estampados! Y además en todas las temporadas...
–Nunca la hemos visto con sombrero.
–No, no es de sombreros ni de tocados. A veces, en verano algún panamá, pero el sombrero no es una prenda que le encante.
–Sus atuendos, como ella, no parecen acusar el paso del tiempo.
–Siempre va a ir con un look chic pero atemporal, que puede o no ser tendencia. Por ejemplo, ahora hay una imagen de ella que está saliendo mucho, de un viaje a París en los años setenta con Julio Iglesias. Ahora, los setenta son tendencia, y esa imagen de Isabel está de plena actualidad. Ella siempre se guía, sobre todo, por lo que le sienta bien y lo que le gusta, por encima de modas. Por eso, al no abusar de tendencias ni ser nada fashion victim, todo lo que se ponga con el tiempo se va a seguir viendo maravilloso.
–No suele llevarse las manos a la cabeza cuando revisa fotos antiguas.
–Pues no, si mira hacia atrás, nunca se va a ver disfrazada porque Isabel siempre ha medido eso mucho. Bueno, tal vez, en la época de los ochenta, por las hombreras, pero poco más. Puedes ver el paso del tiempo de las décadas muy claras pero sin que nada te chirríe en ella.
–Su peinado tampoco ha variado mucho con el paso de los años.
–Para nada, Isabel ni si quiera ha hecho cambios de color. Tiene muy claro lo que le funciona, se siente guapa. A veces cuando cambias tanto es porque no terminas de encontrar tu imagen. Ella en ese sentido tiene todo muy claro.
–¿Cómo se prepara para un gran evento?
–Una vez que ya tenemos el vestido elegido, escogemos los zapatos, el clutch y las joyas, a veces en un fitting y a veces en dos.
–Consigue estar divina en las grandes fiestas… pero en el día a día también, ¿cómo lo hace?
–Porque tiene una figura envidiable, todo le sienta bien y tiene una elegancia innata. Incluso cuando está en casa con un vaquero y un jersey, por ejemplo, es elegante, pero porque su elegancia va desde dentro. Se ponga lo que se ponga, en ella se ve muchísimo mejor que en otra persona. Tiene algo mucho más intangible. A mí, a día de hoy, todavía, me sigue maravillando: es un don que pocas mujeres tienen, un halo, es ese allure que se tiene de nacimiento.
–¿Tiene algún truco infalible?
–No hay truco. Todo reside en que es una mujer muy disciplinada y perfeccionista, si eso se une a su elegancia innata y su estupenda figura, el resultado es la perfección.
–¿Cuál es la prenda o el look que más la define?
–Ahora mismo, diría que un vestido midi con falda de vuelo. Pero si tengo que escoger un look que la representa a lo largo de su vida son los escotes bardot, como decía, enseñando los hombros y la clavícula, eso es muy ella. También marcar la cintura con cinturones, porque tiene una cinturita privilegiada y le queda muy bien.