El pasado 5 de enero, el Rey don Juan Carlos pudo disfrutar de uno de sus cumpleaños más felices a 7.500 kilómetros de España. Alrededor de cien personas le acompañaron en la fiesta que celebró en su casa de Abu Dabi, un acontecimiento del que ¡HOLA! ha sido testigo, como prueba el reportaje con detalles e imágenes únicas que publica esta semana.
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Tal y como se apunta en la crónica de nuestra revista, las infantas doña Elena y doña Cristina se adelantaron unos días a la llegada de todos para ayudar con los últimos preparativos de la celebración, aunque se partió de la idea, y se cumplió, de que todo fuera sencillo. Cero protocolo y sin código de vestimenta. Los caballeros con chaqueta y sin corbata, y las damas, en su mayoría, llevaron vestidos midi, una tendencia que siguieron las dos nietas de don Juan Carlos, Victoria de Marichalar e Irene Urdangarín, ambas vestidas con diseño español.
La hija de la infanta doña Cristina se decantó por un traje de fiesta de estampado geométrico en blanco y negro, de Coosy —una de las firmas preferidas por las invitadas a una boda—, de silueta entallada, con mangas farol, cuello subido y escote lágrima, cerrado por un detalle de pasamanería. Irene, que llevó su melena rubia suelta, lo combinó con joyas minimalistas: pendientes pequeños de aro, pulseras y reloj.
La apuesta de Victoria fue un vestido negro, con escote en “V” y detalles de encaje, que resaltaban su espectacular figura. Se trata de un modelo de Charo Ruiz Ibiza que ya ha lucido en anteriores ocasiones y que, curiosamente, “comparte” con su tía la Reina Letizia, que tiene el mismo diseño en color blanco. También con su melena suelta, la hija de doña Elena completó su estilismo con un collar de perlas, una joya que vuelve a estar de moda entre las más jóvenes y que Victoria tiene desde hace tiempo, puesto que ya se lo ha puesto en diferentes situaciones y combinándolo de diferentes maneras.
Victoria e Irene protagonizaron un “duelo” de estilo, que puso de manifiesto el buen gusto y la acertada elección de las dos para un evento de estas características. Una “rivalidad” que en realidad es una licencia periodística, puesto que las primas siempre han tenido una relación muy especial desde que eran pequeñas. A pesar de su diferencia de edad de cinco años —Victoria tiene 23 e Irene 18— y de que siempre han vivido en ciudades diferentes, son muy cómplices y les gusta mucho hacer planes juntas, especialmente ahora que Irene vive también en Madrid. Durante la cena del 86 cumpleaños de su abuelo, las hijas de doña Elena y doña Cristina se sentaron una al lado de la otra en la mesa que compartieron con sus hermanos, Felipe y Pablo, la novia de éste último, Johanna Zott, y otros jóvenes que viajaron a Abu Dabi para homenajear al rey don Juan Carlos.