Su apellido te resultará familiar. Su hermana pequeña, Beatrice Borromeo , casada con Pierre Casiraghi, lidera con frecuencia las listas de las mujeres más elegantes de la aristocracia. Un atributo que sin duda viene de familia, porque Isabella Borromeo también derrocha clase, elegancia y distinción a raudales.
“Durante el día suelo llevar pantalones, porque son más cómodos, y sin maquillaje. Luego, si tengo que salir, sí que me arreglo; me suelto el pelo, me maquillo y busco el conjunto más divertido para la ocasión”
Nuestra protagonista pertenece a una de las familias aristocráticas con más solera de Italia -los orígenes de esta dinastía se remontan al siglo XIV-. Entre 1500 y 1600, la familia Borromeo, gracias a dos de sus principales figuras, los arzobispos San Carlos y Federico Borromeo, se convirtió en una de las más prestigiosas del Ducado de Milán; un legado que continua con sus nuevas generaciones.
El padre de Isabella, Carlo Ferdinando, conde de Arona, se casó con la modelo alemana Marion Zota, y de su matrimonio nacieron Isabella, Lavinia y Matilde. Pero también mantuvo una relación sentimental con Paola Marzotto -hija de Umberto y Marta Marzotto- con quien dio la bienvenida a dos hijos, Carlo Ludovico y Beatrice.
“Me gusta ver qué hay nuevo en las pasarelas y probar cosas diferentes, pero tengo mi propia forma de vestir, mi propio estilo. Por encima de todo, ¡tengo que divertirme y puede que, incluso, sentirme un poco sexy!”
“Marta Marzotto -abuela de Beatrice Borromeo- tuvo una influencia enorme en mi estilo. Amaba la alta costura o la moda extraña y divertida. Así aprendí que las medias tintas son aburridas y empecé a divertirme yo también”
Isabella y la abuela Marta, a pesar de que su parentesco no era por sangre, formaron enseguida un gran vínculo. Marta era una gran trotamundos e Isabella la acompañaba en todos sus viajes exóticos. Y fue allí donde nuestra protagonista empezó a forjar su propio gusto y estilo. No es de extrañar que Isabella personifique toda la elegancia, gracia y estilo de su linaje. Entre sus diseñadores favoritos se encuentran Armani, Valentino y Ermanno Scervino y con algunos de ellos posa en este reportaje, en exclusiva para ¡HOLA!
¿El lugar elegido para dar vida a las tendencias más sofisticadas de este otoño-invierno? Milán, una ciudad muy representativa para los Borromeo y un lugar muy especial para Isabella. Junto a ella recorremos los puntos icónicos del cuadrilátero de la ciudad italiana, conocido por su alta concentración de las firmas de moda más importantes del mundo, mientras conversamos sobre su pasión por la moda, su herencia familiar y su estilo de vida.
“La moda debe fluir, cambiar e ir con los tiempos, tiene que aportar novedad y curiosidad a quien la lleva”
-Isabella, sin duda eres una de las mujeres con más clase de Italia. ¿Cómo has desarrollado tu estilo? ¿Influyó la abuela Marta en él?
-Tuvo una influencia enorme. En primer lugar, echando por tierra todas las normas que me habían enseñado. Recuerdo que decía: “¡La falda hasta la rodilla es fea! O la llevas corta, si tienes piernas bonitas, o la llevas larga que es divertido”. No le gustaba la ropa corriente; amaba la ‘alta costura’ o la moda extraña y divertida, en especial la ropa étnica con una historia detrás. Así aprendí que las medias tintas son aburridas y empecé a divertirme yo también.
-¿Cómo interpretas un look moderno?
-Aún no he renunciado a los vaqueros y las zapatillas de deporte... ¡todavía no me he resignado a mi edad! (bromea).
“Soy madre de tres niños maravillosos: Angera, Ludovico y Federico. Me encanta viajar con ellos y llevarles a descubrir nuevos lugares. Siempre volvemos con recuerdos maravillosos”
-¿Qué es la moda para ti?
-La moda debe fluir, cambiar e ir con los tiempos, debe aportar novedad y curiosidad a quien la lleva. Me gusta ver qué hay de nuevo en las pasarelas y probar cosas diferentes, pero tengo mi propia forma de vestir, mi propio estilo. Por encima de todo, ¡tengo que divertirme y puede que, incluso, sentirme un poco sexy!
“Marta -Marzotto- echó por tierra todas las normas de estilo que me habían enseñado. Recuerdo que decía: “¡La falda hasta la rodilla es fea! O la llevas corta, si tienes piernas bonitas, o la llevas larga, que es divertido””
-¿Cómo te vistes para las distintas ocasiones?
-Como una niña pequeña (bromea). A menudo con pantalones porque son más prácticos y siempre estoy en movimiento. Durante el día, suelo ir sin maquillaje y, luego, si tengo que salir, sí que lo hago y me arreglo; me suelto el pelo y busco el conjunto más divertido para la ocasión.
-¿Cómo es tu estilo de vida?
-Soy madre de tres niños maravillosos: Angera, Ludovico y Federico. En los últimos años, he dedicado mi vida a ellos pero ahora, que por fin son mayores, puedo empezar a viajar más. Me encanta llevarles a descubrir lugares nuevos y cosas que no conocen. Siempre volvemos con recuerdos de todo tipo y la casa se llena de nuevos objetos maravillosos.
“Milán es mi hogar. Ocupa un lugar muy importante en mi corazón”
-¿Qué significa Milán para ti?
-Mi hogar. Ocupa un lugar muy importante en mi corazón. Mi familia, mis padres, mi hermano y hermanas, los nietos... Mis amigos de toda la vida. En definitiva, el lugar donde está mi corazón.
“Mi hija Angera siente una pasión increíble por la moda. Desde niña, siempre ha tenido las ideas muy claras, y ya entonces quería asistir a desfiles de moda y aprenderlo todo”
-¿Ha heredado tu hija Angera tu pasión por la moda?
-Sí, siente una pasión increíble por la moda. Desde niña, siempre ha tenido las ideas muy claras, y ya entonces quería asistir a desfiles de moda y aprenderlo todo, así que empezó durante el tiempo libre que le dejaban los estudios, haciendo prácticas en Armani, Vogue... incluso en start ups donde aprendió cómo funciona un negocio desde cero. A los 16 años, estaba sola en París trabajando para una start up durante sus vacaciones de Navidad. Es un gran amor el que siente por la moda, de esos que duran toda la vida.