Sus apariciones en alfombras rojas o eventos con photocall, rara vez pasan desapercibidas. Y es que la versatilidad que caracteriza el estilo de Irina Shayk suscita una gran expectación. Capaz de presentarse en Cannes en ropa interior y vestido transparente, de fiesta en chándal o en los Premios de la Moda con un vestido reciclado; es inevitable estar pendiente de cuál será su próxima elección. La rusa ha pasado los últimos días en Milan Fashion Week por trabajo, desfilando sobre la pasarela, pero también asistiendo a eventos como exposciones de arte. Es aquí donde la hemos visto decantarse por un estilismo asequible, recuperando una de sus piezas favortias: el traje de sastre.
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El pasado jueves se dejaba caer por el Palacio Real de la ciudad italiana para acudir a la presentación fotográfica de Luigi and. Un evento donde no dudó en sorprender con las notas de rebeldía que salpican su vestidor, dejando a un lado el vestido de gala en favor de un traje que combinó con zapatillas deportivas, las Samba OG negras con franjas blancas de Adidas.
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Desmarcándose para la ocasión de las firmas de lujo que habitualmente componen sus conjuntos de invitada, esta vez se decantó por un atuendo más asequible. Y es que el dos piezas que luce la maniquí es una creación de Zara en colaboración con el fotógrafo Steven Meisel, una colección limitada de prendas lisas en las que destacan colores como el negro, blanco y plateado.
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Irina combinaba estaba americana confeccionada en hilatura de lana con cuello solapa, de manga acabada en abertura con botones (129 euros), con un pantalón de pinzas de pernera ancha, correspondiente a la misma línea de la firma de moda gallega. Una pieza de tiro medio con bolsillos laterales (89,95 euros), que aún se encuentra disponible en tiendas. Lo ha completado con un top lencero de transparencias debajo y un sofisticado choker de diamantes, dándole su toque más personal.