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“Fue uno de los mejores días de mi vida, un premio al trabajo realizado durante muchísimo tiempo. Empecé hace muchos años y, después de tanto tiempo, ser campeona del mundo... Cuando escuché el pitido final fue una sensación indescriptible. La más emocionante que he vivido”, recuerda Esther González del pasado 20 de agosto. Ese día, la selección española femenina de fútbol hizo historia al ganar, en Australia, el Mundial, y las nuevas ‘reinas del mundo’ lo celebraron junto a la Reina Letizia y la infanta Sofía, que, cercanas y emocionadas, se saltaron el protocolo incluso y botaron con las campeonas sin poder contener la emoción. Ese día, las mejores noticias se mezclaron también con las peores —el fallecimiento del padre de Olga Carmona, autora del gol de la victoria, que lo supo al finalizar el encuentro— y la alegría de todos se vio empañada por la euforia mal entendida y muy confundida. Tras los ceses en la federación y la denuncia de Jenni Hermoso, el caso llegará también a Estrasburgo.
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Con Esther, una de las tres capitanas de la selección, hablamos del hito conseguido, de los momentos vividos, de la piña que son las jugadoras entre ellas, de su camino hasta el triunfo y de la nueva vida que acaba de comenzar en Estados Unidos. Apasionada del fútbol desde niña, comenzó a jugar en Huéscar (Granada), su localidad natal, y a los catorce años se marchó a Málaga persiguiendo su sueño. Con 17 debutó en primera división y, tras jugar en el Levante, el Málaga, el Atlético de Madrid y posteriormente el Real Madrid las últimas dos temporadas, ha fichado por el Gotham, equipo que milita en la ciudad de Nueva Jersey, donde se ha trasladado hace poco más de dos semanas.
“Empezamos todas a cantar para que tanto la Reina Letizia como la infanta Sofía botasen y no dudaron ni un segundo en acompañarnos. En todo momento fueron muy cercanas con nosotras y estuvimos muy a gusto”
—¿Qué recuerdos tienes del momento en que os coronáis campeonas del mundo de fútbol.
—Con el paso del tiempo le voy dando todavía más valor. Vivir un momento así, ser campeona del mundo con tu selección representando a tu país es algo inolvidable. El camino recorrido hasta llegar aquí ha sido muy duro, pero cada paso ha merecido la pena y ha servido para construir el proceso.
—¿Cómo fue vivir la final con la Reina Letizia y la infanta Sofía animándoos desde la grada y sumándose luego a la celebración?
—Me sentí muy feliz de ver cómo la Reina Letizia y la infanta Sofía realizaron un viaje de tantas horas para apoyar al fútbol femenino y vivirlo junto a nosotras.
—¿Estuvieron en el vestuario con vosotras, qué os dijo la Reina?
—Fueron muy cercanas, amables… y la Reina, una persona normal que bromeaba con detalles de sus hijas y de su vida. Nos mostró todo su apoyo y nos dijo que confiaba en que lo íbamos a conseguir.
—Y lo conseguisteis. ¿Cómo la convencisteis de que botara con vosotras?
—Fue un momento muy divertido, empezamos todas a cantar para que tanto la Reina Letizia como la infanta Sofía botasen y no dudaron ni un segundo en acompañarnos. En todo momento fueron muy cercanas con nosotras y estuvimos muy a gusto.
“Claro que apoyo a Jenni (Hermoso). Estamos de acuerdo con todo lo que está llevando a cabo. Es una situación que podríamos haber vivido cualquiera de las que estábamos allí”
—¿Qué ha supuesto para ti ser una de las capitanas de un equipo que ha llevado a España a la historia?
—Ser capitana supone un extra de responsabilidad, pero también una dosis adicional de motivación. Por mi personalidad, siempre me han gustado los grandes retos e intento predicar con el ejemplo.
—¿Tenías contigo en Australia a tu familia o a tu pareja, pudiste celebrarlo con ellos en la cercanía?
—Tenía a mi pareja allí conmigo y también a algunos familiares y amigos, pero lo volví a celebrar cuando llegué a España con toda mi gente. La alegría compartida sabe mucho mejor.
“Creo que formamos parte de una generación muy bonita que ha supuesto un antes y un después en el fútbol. Hay muchas niñas que están creciendo viéndonos jugar”
—¿Y cómo fue el recibimiento en España?
—Fue todo muy emocionante desde que aterrizamos en el aeropuerto. El recorrido por las calles de Madrid y la fiesta organizada en Puente del Rey. Recuerdo aquellos momentos con el vello de punta. También fue muy emocionante el recibimiento en Huéscar, mi pueblo. Me esperaron con los brazos abiertos y ver allí a mi familia, mis amigos y la ilusión de los más pequeños y de los padres fue increíble. Me siento muy satisfecha y orgullosa de haber generado todo eso en Huéscar y de poder vivirlo allí.
—¿En el equipo sois una piña, os lleváis bien entre vosotras?
—Claro, no habría sido posible ganar un torneo como es el Mundial con las mejores selecciones del mundo si no hay una buena relación y química dentro del vestuario.
—¿Cómo habéis arropado a Olga Carmona, que al terminar el partido se enteró de que su padre había fallecido?
—Fue un palo muy duro. Imagínate. Ganas el Mundial, un momento único en tu vida, y te comunican el fallecimiento de tu padre. Estuvimos arropándola y cerca de ella para que estuviera lo mejor posible, pero fue una situación difícil.
—Una situación difícil también es la que vive otra compañera. ¿Apoyas a Jenni Hermoso en estos momentos?
—Claro que apoyo a Jenni. Estamos de acuerdo con todo lo que está llevando a cabo. Es una situación que podríamos haber vivido cualquiera de las que estábamos allí.
“No puedo decir que haya sido un camino fácil. Empecé a jugar desde muy pequeña en el equipo de fútbol de Huéscar. Era la única chica del grupo, teníamos desplazamientos largos todos los fines de semana, campos de tierra…”
—¿Crees que lo ocurrido ha empañado la celebración y la alegría de haber hecho historia?
—Sí, desgraciadamente, creo que el triunfo en el Mundial, que ha sido algo único para la selección y para el país, ha quedado en un segundo plano. Por suerte, pudimos celebrarlo con nuestra gente y disfrutar de un día inolvidable en Madrid con toda la afición.
—¿Consideras que puedes ser inspiración para otras generaciones?
—Creo que formamos parte de una generación muy bonita que ha supuesto un antes y un después en el fútbol, sobre todo, en España. Hay muchas niñas que están creciendo viéndonos jugar, la pasión por el fútbol femenino en España cada vez es mayor y el Mundial va a suponer un empujón enorme.
—¿Y cómo ha sido para ti este camino al fútbol?
—No puedo decir que haya sido un camino fácil. Empecé a jugar desde muy pequeña en el equipo de fútbol de Huéscar. Era la única chica del grupo, teníamos desplazamientos largos todos los fines de semana, campos de tierra… Tuve que salir con catorce años de casa buscando un sueño muy lejano, pero no me arrepiento de ningún paso de los que he dado a lo largo de mi carrera. Ha sido un aprendizaje continuo que me ha permitido ser quien soy y llegar hasta aquí.
—¿Lo pasaste mal en algún momento?
—Para nada, no lo he pasado mal. Cuando jugaba en el equipo de chicos de Huéscar siempre me trataban con normalidad, como a una más, que al final es lo que pedimos que se haga. Luego vas creciendo, vas avanzando, madurando, pasas a un fútbol más profesional y ves las diferencias. Luchamos para que el fútbol sea solo eso, fútbol, que no haya diferencias entre masculino y femenino.
“Desgraciadamente, creo que el triunfo en el Mundial, que ha sido algo único para la selección y para el país, ha quedado en un segundo plano”, dice tras la polémica
—¿En tu familia apoyaron siempre tus sueños?
—Mi familia siempre ha sido mi mayor apoyo. Sin ellos no habría sido posible cumplir mis sueños. Ellos me han animado en todo momento, me han acompañado y me han permitido ir quemando etapas. Lo que soy ahora y hasta dónde he llegado se lo debo a ellos.
—Ahora comienzas una nueva etapa en Estados Unidos, ¿cómo la afrontas?
—Siempre había soñado con jugar en Estados Unidos y me llevo preparando para vivir este reto muchísimo tiempo. Creo que es un estilo de vida y un fútbol totalmente diferentes, pero me siento preparada para adaptarme lo más rápido posible y disfrutar de una experiencia única para aportar al equipo lo que necesite y pida de mí.
—¿Dónde vivirás ahora?, ¿te está resultando complicado amoldarte a esta nueva vida?
—Gotham es el equipo de Nueva Jersey, una ciudad muy cercana a Nueva York. Después de un par de semanas aquí, parece que estoy dentro de una película. Es una pasada. Estoy trabajando duro para adaptarme lo más rápido posible y aportar desde el principio.
“Siempre había soñado con jugar en Estados Unidos y me llevo preparando para vivir este reto muchísimo tiempo”, nos dice Esther, que ha comenzado una nueva etapa en el Gotham
—¿Qué le dirías a las niñas que, viéndoos a vosotras, decidan que quieren jugar al fútbol?
—Que jueguen al fútbol sin presión y que disfruten de cada momento, de cada compañera, de los entrenamientos y de los partidos... porque cada momento es único.
—¿Cómo te ves en un futuro no muy lejano?
—Ahora estoy centrada en disfrutar de una experiencia especial en un país diferente. Es algo nuevo para mí y quiero aprovechar la oportunidad. Espero seguir disfrutando del fútbol muchos años, aunque cuando se acabe mi carrera seguro que encuentro la forma de seguir ligada al deporte con algunos proyectos que ya he arrancado, como la creación de Goldness, un centro de entrenamiento personal y fisioterapia que fue inaugurado recientemente.