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En los últimos años, la industria tabaquera ha experimentado una transformación sin precedentes, en pro de generar un impacto positivo en la sociedad, y con un objetivo muy claro: dejar atrás los cigarrillos convencionales y ofrecer alternativas mejores para los fumadores.
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Y es que muchas personas aún no son conscientes de que el mayor daño proviene del humo y no del tabaco en sí. Para comprender mejor esta evolución y la ciencia detrás de los productos sin humo, entrevistamos a la Dra. Maribel Biezma, una reconocida experta en química y biomedicina, que actualmente trabaja en Philip Morris.
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“Me uní a Philip Morris hace ya más de 6 años y cuando me presentaron el proyecto de transformación de Philip Morris y su gran misión de conseguir un mundo sin humo y dejar de fabricar cigarrillos, no me lo creí y pensé que era un malentendido. Me dije: yo quiero formar parte de esto”, comenta la Dra. Biezma.
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La industria del tabaco está en plena transformación, y desde Philip Morris están llevando a cabo una revolución sin precedentes que tiene como objetivo dejar de vender cigarrillos para comercializar productos alternativos sin combustión.
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Hoy en día la Organización Mundial de la Salud estima que hay unos 9 millones de fumadores en España. Para ellos que, aun sabiendo lo dañino que es fumar, siguen con este hábito, es para los que están pensadas las alternativas sin combustión. De igual forma, la mejor solución siempre será que no se use nunca ningún producto de tabaco o nicotina.
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Está comprobado científicamente que cuando quemas cualquier materia orgánica, se genera un humo con sustancias tóxicas. En el caso del cigarrillo, se quema el tabaco, y se produce un humo que contiene más de 6.000 sustancias químicas, de las cuales unas 100 han sido identificadas como nocivas o potencialmente nocivas.
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Lo que la evidencia científica demuestra es que, al eliminar la combustión (y, por tanto, el humo y la ceniza), estas alternativas emiten un aerosol o vapor que contiene niveles medios significativamente menores de sustancias químicas nocivas en comparación con los cigarrillos.
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Lo único que tiene riesgo cero es dejar de consumir cualquier producto que contenga tabaco o nicotina por completo. Cualquier opción que sea diferente a esta siempre conlleva un riesgo.
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En el sector del tabaco, esta horquilla va desde el cigarrillo en un extremo, que es la forma más nociva y con mayor riesgo de daño al consumir tabaco y en otro extremo están los productos sin combustión que, sin ser riesgo cero, suponen una mejor alternativa en comparación con el cigarrillo.
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“Si todos aquellos fumadores adultos que deciden seguir fumando cigarrillos conocieran las características de los productos sin combustión, y tuvieran claro lo que son y lo que no son, seguramente hoy en día tendríamos cifras muchísimo más bajas en el número de fumadores”, concluye la Dra. Biezma.