Todo aquel que la conoce destaca de ella su simpatía, su buen humor y su forma tan divertida y alegre de ver la vida. También la podemos definir como una chica educada, trabajadora, amiga de sus amigas y toda una madraza. Hablamos de Inés de Cominges , una de las it girls más conocidas dentro y fuera de nuestras fronteras (a pesar de que lleva más de doce años viviendo en París). En la actualidad, lleva la comunicación de la marca de slippers Chatelles, creada por su marido, el aristócrata francés de origen belga François du Chastel de la Howarderie, con quien tiene dos hijos: Gaston, de casi tres años, y Casimir, de uno. Y su presencia en todos los eventos relacionados con el mundo de la moda es más que aplaudida… En París, en Madrid o allá donde la llamen, ella siempre acude con un look de infarto.
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La prenda que jamás veremos en su armario
—Inés, todos los que te conocen resaltan tu alegría y simpatía. ¿Crees que eso te viene de serie o te lo has trabajado?
—¡Viene completamente de serie! Mis padres, mis abuelos, mis hermanos… Todos somos muy parecidos. Nos encanta reír y hacer mucho el bobo. Tenemos un sentido del humor estupendo y lo intentamos transmitir en todas las situaciones.
—¿Cuáles son las cualidades que más valoras en un persona?
—Creo que lo más importante es ser honesto y buena persona.
“Mi estilo a la hora de vestir es superalegre y define completamente mi estado de ánimo. Siempre intento vestirme para la ocasión y todas son especiales: ir al parque con mis hijos, una cita con mi marido…”
—¿Cómo cuidas tu físico?
—Tengo dos entrenadores personales. Se llaman Gaston y Casimir y son mis hijos. Me paso el día corriendo detrás de ellos y he comprobado que, sin lugar a dudas, no hay mejor ejercicio que ese.
—Está claro que tienes un estilo único a la hora de vestir. ¿Cómo lo definirías?
—Mi estilo a la hora de vestir es superalegre y define completamente mi estado de ánimo. Siempre intento vestirme para la ocasión y todas son especiales para mí: ir al parque con mis hijos, una cita con mi marido, una merienda de amigas. Todos son momentos ideales para lucir un look cuidado. Aunque, como me dicen a menudo en mi casa, también me interpreto demasiado (risas). En otras ocasiones, me gusta ir más sencilla y con complementos muy especiales que dan un toque a mis estilismos: mis lazos en el pelo, los bolsos y unos buenos zapatos.
—¿Qué prenda o complemento jamás veremos en el armario de Inés de Cominges?
—Unos leggings. Ni largos ni cortos. ¡Nunca!
—¿Qué es lo que más te ha gustado de la moda de esta temporada?
—Los volúmenes. Creo que vienen fuerte. Y, por supuesto, los estampados y los colores muy vivos.
“Tengo dos entrenadores personales. Se llaman Gaston y Casimir y son mis hijos. Me paso el día corriendo detrás de ellos y he comprobado que, sin lugar a dudas, no hay mejor ejercicio”
—Hace doce años fuiste a París a trabajar en una revista de moda. ¿Cómo te ha cambiado la vida desde entonces?
—¡Muchísimo! Además, la trayectoria que he tenido no ha sido poca. He pasado por todos los sectores de la moda y creo que todos me han ido llevando hasta donde estoy ahora. Mi estilo de vida, sin embargo, no ha cambiado demasiado. Desde que llegué, mi grupo de amigos siempre ha sido muy variado. Ahora trabajo con mi marido, François, en Chatelles, y juntos lo disfrutamos muchísimo. ¡Hacemos un muy buen equipo! Trabajo desde casa, no suelo ir a la oficina. Por otro lado, viajamos mucho, incluimos a nuestros hijos con frecuencia en nuestros planes y tenemos un gran grupo de amigos. Ahora mi vida está en París, donde hemos creado nuestra familia y nuestro hogar. Cuando llegué, estaba soltera y empezaba a dar mis primeros pasitos dentro de la industria de la moda.
—Y hace cuatro años te casaste con François du Chastel. ¿Qué dirías que ha cambiado en tu día a día desde entonces?
—Creo que lo que más he tenido que aprender, en estos últimos años, es a tener una buena organización. Todos necesitan una agenda acorde con la mía: mis hijos, mi marido, mi trabajo…
Sus locos desayunos con mermelada en el pelo
—¿Cómo es tu día a día en París?
—¡Una locura divertida! Empieza con los locos desayunos (mermelada en el pelo incluida); después, acudo a las citas que ya tengo cerradas previamente; suelo organizar comidas con las amigas, y las tardes se las dedico a Chatelles, la empresa de mocasines de mi marido. También suelo ir un poco al parque con mis hijos. Después volvemos a las duchas y a las cenas, en las que el cuarto de baño parece una piscina olímpica y las tortillas francesas vuelan por la cocina (risas). Por último, suelo cambiarme de look y me voy a cenar fuera.
—¿Qué es lo que más te gusta de las parisinas?
—La sencillez las define enormemente y las hace ser chic. No se piensan mucho el look ni los accesorios, pero siempre van bien.
“Ahora trabajo con mi marido, François, y juntos lo disfrutamos muchísimo. ¡Hacemos un muy buen equipo!”
—En las redes sociales, se te suele ver con un selecto grupo de amigas francesas y con tu íntima amiga, María de la Orden. ¡No paráis de hacer planes! Háblanos de lo que más os gusta hacer...
—Tengo mucha suerte con mi grupo de amigas. Todas somos muy íntimas, muy trabajadoras y nos apoyamos mucho en nuestros proyectos. Cualquier plan es un planazo con ellas y los más especiales son nuestros viajes juntas, siempre llenos de risas antes de subirnos en el avión y de anécdotas que quedarán siempre para el recuerdo. Aunque todas mis amigas son muy especiales para mí, Mery (María de la Orden), la madrina de mi segundo hijo, es más que especial. Ella tiene unos grandes valores y siente un enorme cariño por todos los que más quiere.
—Tienes dos hijos. ¿Cómo te definirías en tu faceta como madre?
—Como todas... ¡una supermamá! Soy un poco la brujilla y también el hada de los cuentos, la que más regaña, pero también la que más juega con los niños. Se creen que soy el caballo de la casa y que las riendas son mi coleta (risas).
“Me definiría como una ‘supermamá’ en casa, soy un poco la brujilla y también el hada de los cuentos, la que más regaña pero también la que más juega con los niños”
Los planes de verano
—¿Cómo te gustaría ver a tus hijos en un futuro?
—Siempre me repito lo mismo a mí misma. Mis padres, afortunadamente, nos han dado todas las oportunidades del mundo y, con esfuerzo y trabajo, ahora todos estamos donde queremos estar. Querría exactamente lo mismo para mis hijos que lo que yo he podido recibir. Espero que se vayan al extranjero a estudiar o incluso a trabajar, pero que, siempre que puedan, vuelvan a casa con nosotros. Ya son afortunados porque tienen una familia en España y otra en Francia y les hablamos en tres idiomas. Me parece que ya les estamos haciendo un regalo con eso. Lo que más me gustaría es que lo valoraran todo y que lo disfrutaran tanto como yo continúo haciéndolo.
—¿Qué planes tenéis para este verano?
—Ahora, en julio, vamos a viajar un poco por el interior de Francia, con un grupo de amigos, y en agosto nos instalaremos en casa de mis padres, en Asturias. ¡Nos encanta ir siempre que podemos! Es una casa de campo, pero, a quince minutos, tenemos una de las playas asturianas más bonitas. Así que vamos a pasar un verano maravilloso con los niños, con mi familia y con algunas amistades que vendrán a visitarnos unos días.
—Y por último, la pregunta de siempre: ¿piensas en una vuelta a España?
—Nunca se sabe, pero, por ahora, tenemos una vida superideal en París y llena de futuros proyectos.