“No creo que haya una receta perfecta con garantía de por vida y tampoco un matrimonio perfecto. Nuestra clave es el compromiso y el respeto. Después de 25 años, me hace ilusión despertarme a su lado”, nos dice Aneta. Es un verano especial, se cumplen justo ahora las bodas de plata de su amor con Pedja Mijatovic. Se conocieron en 1998, en la costa de Montenegro, cuando ella estudiaba Ingeniería de Caminos y Urbanismo y trabajaba como modelo y él era la gran estrella del Real Madrid, coronado unos meses antes como ‘el héroe de la séptima’, como autor del gol de la victoria en la Copa de Europa. Se casaron dos años después, en París, y de su unión nacieron sus tres hijas, Nadja, que cumplirá 24 años en octubre; Nina, de 22, y Lola, que celebró los 20 el pasado 18 de junio. Por primera vez, Aneta posa con sus hijas (Nina estaba en Miami, tras haberse graduado en la universidad) en un reportaje excepcional en el que la espectacular belleza balcánica parecer dar el relevo a sus hijas, también apasionadas por el mundo de la moda, donde siguen sus pasos.
“Me ha tocado la mejor madre, sin duda. Es muy especial para mí porque la veo como mi modelo a seguir”, dice Lola, de 20 años
Muy unidos
“Las dos se parecen físicamente mucho, pero son muy diferentes en su manera de ser… Nadja es como yo, siempre buscando la perfección, pensando que siempre puede dar más y mejor… Es una niña muy generosa y elegante. Por otro lado, Lola es más visceral, no da muchas vueltas. Para ella el tiempo es un parámetro que no hay que perder. Es muy práctica en su manera de ser. Yo aprendo mucho de mis hijas…”, nos dice Aneta.
La familia está muy unida —acaban de regresar de una escapada juntos a Grecia—, “incluyendo nuestros padres y hermanos. Respetamos las decisiones y elecciones de cada uno, dentro de sus posibilidades, y nos ayudamos mutuamente. También educamos a las niñas en el compromiso y la responsabilidad social y en la empatía”, asegura la interiorista. “Mi mayor reto es siempre mi proyecto actual… Pero el que más me ha marcado profesionalmente es la reconstrucción del Gran Hotel Miramar, de Málaga, el mayor proyecto de reconstrucción palaciega en los últimos 20 años en la ciudad”, nos explica. “En Serbia estudié Ingeniería de Caminos y Urbanismo, pero nunca tuve la oportunidad de trabajar hasta que las niñas crecieron. Hasta ese momento, como futbolista profesional, Pedja estaba muy ausente; terminó su carrera y me apoyó en mi deseo de estudiar lo que siempre me ha gustado. Para los dos ha sido muy gratificante. Para él, dedicarse a tiempo completo a las niñas y disfrutar de ellas, y para mí, recuperar mi carrera profesional”.
Juntos han formado una bonita familia , pero no todo ha sido un camino de rosas: “Era nuestro sueño desde el momento en que nos conocimos. No era fácil, tuvimos muchos momentos muy duros, como la pérdida del hijo de Pedja. Estos momentos te marcan mucho en la vida, aprendes desde el dolor a replantearte las prioridades y valores. Creo que tener un hermano con los problemas de salud que tenía Andrea también ha influido a nuestras hijas para tener la capacidad de comprender los problemas y sentimientos de los demás”. Con su hermano mayor, Luca —nacido también del anterior matrimonio del exfutbolista—, que ahora se ha trasladado a vivir a Madrid, Nadja, Nina y Lola mantienen una relación muy cercana.
Nadja, de casi 24 años, se graduó el año pasado en Relaciones Internacionales y Comunicación Global y “aunque sea mucho más tímida que mi madre y mis hermanas, me encantaría dedicarme al modelaje”
“Nadja es igual que yo, no solo físicamente, también en carácter, en la manera de hablar y gesticular... Nos hacen muchísimas bromas familiares. Nina es igual que Pedja y Lola es una buena mezcla, se parece más a su hermano mayor, Luca, así que tenemos tres clanes en la familia”, nos dice su madre, que asegura ser “muy exigente conmigo misma y también con mi entorno. Es mi naturaleza balcánica y ahí la educación ha sido muy estricta. Hoy en día, a veces me arrepiento por algunas decisiones en las que podría haber sido más permisiva…, pero las niñas, hoy, lo entienden”. Sus hijas la adoran, desde luego: “Mi madre es muy especial para mí porque la veo como mi modelo a seguir. Es una mujer superamable con todo el mundo y me ha enseñado a esforzarme y a no tirar nunca la toalla. Me ha tocado la mejor madre, sin duda. Siempre, cuando necesito consejos, hablo con ella y le cuento absolutamente todo”, asegura Lola.
“De mi padre he heredado su ética de trabajo y su dedicación, que son dos cosas que admiro mucho de él. Y de mi madre he heredado su carácter, que es algo que admiro mucho de ella, porque es la persona más fuerte que conozco”, añade Nadja, a quien descubrimos por primera vez en este reportaje.
“Como padre, Pedja es muy cariñoso y dedicado. Les da muchas más libertades, pero estas conllevan mucha más responsabilidad. Insiste mucho en la comunicación con respeto, en la disciplina en el trabajo y que en cada uno da su máximo dentro de sus posibilidades. Somos un buen equipo”, añade Aneta.
Ya desde niña, la benjamina de la familia, Lola —que nació en Valencia—, se mostraba interesada por la moda, un mundo en el que ya debutó delante de las cámaras en estas páginas hace unos meses y antes en Fashion. “Me encanta posar como modelo, pero también me encantaría tener la experiencia de trabajar detrás de la cámara y entender todo el proceso de producción y, además, poder ser en un futuro estilista de un shooting ”. Acaba de terminar segundo curso del doble grado de Business y Relaciones Internacionales.
“La carrera es incluso mejor de lo que me había imaginado. Lo que más me gusta es la mezcla de Administración de Empresas con Relaciones Internacionales, ya que me da dos perspectivas diferentes del mundo. Poco a poco se está focalizando y voy descubriendo áreas en las que me gustaría centrarme como el marketing e incluso las “finanzas””. Aún no sabe en qué se especializará, pero sí que cuando se gradúe quiere marcharse a París: “Sigo teniendo clarísimo que, después de acabar la universidad, me iré un año a hacer un máster en Fashion Business . Creo que esta decisión me puede dar más conocimiento sobre el mundo de la moda y todo lo que pasa detrás de la escena”. Lola se define a sí misma como una chica “alegre, ambiciosa y responsable”, y nos cuenta que se siente muy afortunada de “tener dos hermanas muy cerca de edad. Las tres estamos superunidas y tenemos una relación muy especial. Siempre digo que son mis mejores amigas, porque lo son. Nadja es la mayor y la que me da muchos consejos a la hora de los momentos difíciles; siempre ha sido superdirecta conmigo. Nina también es fundamental para mí, hacemos todo juntas, ya que me saca solo dos años”.
“Como padre, Pedja es muy cariñoso y dedicado. Somos un buen equipo. Nuestra clave es el compromiso y el respeto. Después de 25 años, me hace ilusión despertarme a su lado”
Y sus mejores recuerdos “con mis padres y mis hermanas son, sin duda, los viajes que hacemos los cinco juntos. Mis padres siempre intentan sacar tiempo para llevarnos a sitios nuevos y conocer diferentes países. Las cenas de familia también son las mejores e interesantes”, asegura Lola, que sigue la moda de Kendall Jenner y Hailey Bieber y añade que “mi madre también me inspira mucho a la hora de vestir”. “Las tres entramos y salimos del armario de mi madre constantemente. Siempre sé que algo encontraré”, añade entre risas. “¡Definitivamente, la moda es una pasión que he heredado de mi madre! Creo que todas empezamos colándonos en su armario para probarnos su ropa de pequeñas. Bueno, yo lo sigo haciendo, que ahora me cabe mejor todo”, añade Nadja. Y este punto lo corrobora Aneta: “Tenemos la suerte de poder compartir prendas. Me alaba que les guste mi ropa. Lo único que les pido es que cuiden bien las cosas”.
Una nueva etapa
La mayor de las tres hijas de Aneta y Pedja Mijatovic se licención el año pasado, en la Universidad Pontificia de Comillas, en un doble grado de Relaciones Internacionales y Comunicación Global y, “este último año, me he enfocado bastante en la parte de comunicación, especialmente en marketing digital y redes sociales. Estuve trabajando en una agencia de comunicación maravillosa y ahora me estoy embarcando en una nueva etapa de mi vida profesional con un start-up en telecomunicación suizo que está abriendo sus oficinas en Madrid”.
“¡Definitivamente, la moda es una pasión que he heredado de mi madre! Creo que todas empezamos colándonos en su armario de pequeñas”, dice Lola, tras los pasos de Aneta, que fue modelo
Como sus hermanas, también habla varios idiomas: domina el español, el serbio y el inglés y también habla francés y chino, dos lenguas que estudió durante la carrera, “la primera mejor que la segunda, obviamente”, aclara riendo. Pero trabajar como modelo es algo que le llama la atención “¡muchísimo! Aunque sea mucho más tímida que mi madre y mis hermanas, me encantaría dedicarme al modelaje”, y la oportunidad de serlo “ha sido bastante reciente, pero me alegro de que haya sido ahora y no durante la carrera, porque ahora puedo dedicarle el tiempo que se merece”. Nadja nació en Italia, cuando su padre jugaba en la Fiorentina, pero siendo muy pequeña la familia volvió a España, por lo que no tiene tanto vínculo con el país transalpino. “Tengo el corazón dividido ente el país donde me crié y los países de mis raíces. Mi vida está en España (que me encanta), pero la personas que más quiero en el mundo viven en Serbia o Montenegro o son de ahí. Además, mi tío siempre dice que puedes sacar al balcánico de los Balcanes, pero no puedes sacar los Balcanes del balcánico. ¡Y me lo creo!”.
Se define a sí misma como “una persona muy introvertida, reservada y tímida. Pero también soy muy honesta y leal”, disfruta mucho “del arte, la música, el teatro y el cine. Me considero una persona muy artística”, y nos desvela que su sueño “desde siempre ha sido ser actriz”. Y de su hermana Lola destaca “la confianza que tiene. Es la persona más segura de sí misma que conozco y eso, como hermana mayor, lo admiro mucho”.