Cuando piensas en el hábito de fumar, ¿conoces realmente sus consecuencias? ¿Sabes si es más dañino el humo o la nicotina? ¿Hay alternativas al cigarrillo convencional? A pesar de que es una costumbre que se ha instalado en la sociedad desde el siglo XIX, en la actualidad aún existe una gran confusión acerca de aspectos clave relacionados con el hábito de fumar. Muchos se sorprenderían al descubrir que el principal problema no es el tabaco en sí, o la adicción que genera la nicotina —que no es inocua—, sino realmente es cómo se consume: a través de la combustión. Sigue leyendo y descubre cómo los avances en ciencia y tecnología han hecho posible el desarrollo de mejores alternativas al cigarrillo para aquellos fumadores adultos que de otra forma seguirían fumando.
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Está claro que dejar por completo el tabaco y la nicotina es la mejor opción. Sin embargo, a pesar de que sean conocidos los efectos que puede ocasionar este hábito en nuestro organismo, lo cierto es que hay muchísimas personas que no dejan de fumar. Hoy en día existen más de 1.000 millones de personas que fuman, concretamente 9 millones en España y, según estimaciones de la OMS, no se espera que esta cifra cambie significativamente de cara al 2025.
Conceptos erróneos sobre el tabaco que tenemos que aclarar
No importa si eres fumador o no, lo que está claro es que es un hábito adictivo que puede provocar enfermedades y que la mejor forma de evitar sus efectos es abandonarlo por completo. No obstante, muchas personas no tienen 100% claro qué es lo que hace al cigarrillo tan perjudicial. La información es una herramienta fundamental para que los fumadores tomen decisiones acertadas sobre sus hábitos de vida. ¿La clave? Comprender que el principal problema del tabaquismo radica en la combustión y el humo generado a través de ella, no en la nicotina, como erróneamente se cree.
Teniendo en cuenta dicha premisa, los avances científicos y tecnológicos han favorecido el desarrollo de alternativas sin combustión (y, por tanto, sin humo), que tienen el potencial de reducir significativamente la exposición a sustancias químicas dañinas con respecto a los cigarrillos convencionales. Es crucial comprender el problema de la combustión para que los fumadores adultos que de otra forma seguirían fumando puedan tomar decisiones informadas sobre si cambiar a una alternativa mejor que los cigarrillos.
El humo es el problema más importante para los fumadores
La principal fuente de enfermedades relacionadas con el tabaquismo son los altos niveles de sustancias químicas dañinas y potencialmente dañinas encontradas en el humo del cigarrillo. El humo del cigarrillo contiene aproximadamente 6.000 químicos. De estos, alrededor de 100 han sido identificados por las autoridades en salud pública como dañinos o potencialmente dañinos y ligados a las enfermedades relacionadas con el tabaquismo. Un cigarrillo quema tabaco a temperaturas de hasta 900° centígrados. Esto genera grandes niveles de químicos tóxicos en el humo del cigarrillo. Como las alternativas sin humo no queman el tabaco sino que lo calientan, aunque no están exentas de riesgo y con su uso se inhala nicotina*, son una opción mejor en comparación con el cigarrillo.
Alternativas libres de humo: la mejor opción respaldada por la ciencia para aquellos fumadores adultos que de otra forma seguirían fumando
Aunque todas las alternativas sin humo conllevan riesgos, y éstos deben analizarse en función de la evidencia disponible para cada producto concreto, con carácter general tienen el potencial de reducir significativamente la exposición a sustancias químicas dañinas en comparación con los cigarrillos. Cuando no hay combustión, no se produce humo y su ausencia hace que cambiar a una alternativa de este tipo sea mejor que continuar fumando cigarrillos (la forma de consumo de tabaco y nicotina más nociva que existe, y la más extendida). Entre estas opciones encontramos los dispositivos de calentamiento de tabaco, los cigarrillos electrónicos, el snus y la bolsa de nicotina.
¿Es el fin de los cigarrillos como ya los conocemos?
En su misión de promover mejores alternativas sin humo, Philip Morris International lleva más de una década desarrollando y estudiando diferentes opciones sin humo sustitutivas al cigarrillo convencional. Y es que, según una investigación independiente realizada para PMI, el 43% de los encuestados está confundido con respecto a los productos sin humo; y el 76% de los fumadores adultos estaría dispuesto a cambiar a estas alternativas menos dañinas si supiera claramente cómo se diferencian de los cigarrillos y la ciencia detrás de ellas. Por ello, favorecer el debate público sobre el papel que deben jugar estas alternativas y cómo regularlas de forma diferenciada atendiendo a su perfil de riesgo, como ya hacen cada vez más países, puede acercarnos hacia una sociedad libre de humo.