Cuando tenía 20 años y estudiaba en la universidad, no tardaría en surgir la evidencia de que Evgenia Fedoseeva tenía madera de modelo. Un amigo fotógrafo le hizo unas bonitas fotos y una cosa llevaría a la otra… Primero la ficharon en su primera agencia y, sin apenas darse cuenta, ya se encontraba volando a París entre clase y clase. Llegaron entonces un sinfín de editoriales de moda, portadas y campañas, pero ella sigue arraigada a los suyos, a su marido, al arte, a la arquitectura y a la cabaña que construyeron juntos justo antes de la pandemia, en medio de un bosque de frondosos pinos nórdicos y a orillas del mar Báltico. Desde este remanso de paz y naturaleza, el hogar al que vuelve tras sus viajes, Evgenia se siente tremendamente afortunada. Conversamos con esta top model sobre su profesión y de cómo entiende la vida.
“Estoy muy involucrada en el mundo de la arquitectura y del arte en general. Mi familia al completo es muy artística”
-¿Cuándo te diste cuenta de que esto de la moda era lo tuyo?
-Durante los dos primeros años no me tomé en serio lo de ser modelo, pues estaba muy centrada en mis estudios de Arquitectura. Sin embargo, cuando comencé a viajar más y más, sentí una sensación de libertad increíble y comencé a valorar esta otra escuela de la vida, era justo eso lo que necesitaba un alma joven como la mía: conocer nuevas culturas y a diferentes personas por todo el mundo. También me di cuenta de que era buena en esto y comencé a disfrutarlo bastante.
-¿Qué otras cosas te interesan a parte de tu profesión?
-Estoy muy involucrada en el mundo de la arquitectura y del arte en general. Mi familia al completo es muy artística, hay actores, directores de teatro… Mi marido es músico, así que la música también es una parte muy importante en mi vida. Leo muchísimo y colecciono objetos de decoración y mobiliario vintage. Adoro nadar en el agua helada… y me interesa mucho la psicología y entender cómo funciona la mente humana.
“Adquirir una mayor conciencia es la llave para muchos aspectos de la vida: la manera en que te mueves, comes, consumes o te expresas a través de la moda…”
-¿Cuáles son los libros que han caído en tus manos últimamente?
-Acabo de terminar Atomic Habits, de James Clear, y Viaje alrededor del mundo, siguiendo el Ecuador, de Mark Twain.
-El respeto por el medio ambiente está muy presente en tus redes sociales. ¿Qué mensaje te gustaría trasladar con respecto a este tema?
-Las nuevas generaciones están mejor educadas con respecto al tema del ecologismo que los millennials y confío en que sabrán hacer una buena labor. El mensaje que transmitiría es que adquirir una mayor conciencia es la llave para muchos aspectos de la vida: la manera en la que te mueves, en la manera que comes, la forma en la que consumes o te expresas a través de la moda… y especialmente la manera en la que tratas a los demás. Al final, todo se trata de respetarse a uno mismo y al mundo que nos rodea. No es fácil, pero sí es posible y muy gratificante.
“Al principio no me tomé en serio lo de ser modelo, estaba muy centrada en mis estudios de arquitectura, pero cuando comencé a viajar sentí una sensación de libertad increíble”
-¿Cuál ha sido tu experiencia favorita en estos años como modelo?
-Mi trabajo soñado fue una campaña que realicé para una firma de moda outdoor en Noruega, en el archipiélago de Lofoten. Estuve caminando una semana, las 24 horas del día del Midsommar (la celebración del solsticio de verano en Suecia, que dura del 20 al 26 de junio).
-¿Llevas a cabo alguna rutina de deporte o alimentación?
-He tenido suerte con mi genética, aunque siempre he sido deportista y activa. Obviamente un trabajo como modelo requiere cumplir con unos estándares altos sobre el estado de tu cuerpo, tu pelo, tu piel… Me cuido mucho, no solo para estar lo mejor posible debido a mi trabajo, también porque quiero vivir una vida sana y longeva, y ser la mejor versión de mí misma.
“En unos años, me gustaría seguir siendo la misma, pero más sabia, y convertirme en madre”
-¿Admiras a alguna modelo en particular?
-Christy Turlington ha sido mi favorita desde niña, no solo por su belleza etérea, sino también por su faceta activista y humanitaria.
-¿Cómo te gustaría verte dentro de diez años?
-Querría seguir siendo la misma, pero idealmente más sabia. Me encantaría convertirme en madre y explorar el mundo con mis hijos.
-¿Cuál es el mejor consejo que te han dado alguna vez?
-Ten el coraje de ser imperfecta.
-¿Qué es lo más importante para ti ahora mismo?
-Las personas que forman parte de mi círculo más íntimo, que es reducido aunque soy muy sociable cuando viajo. Un aspecto muy importante para mí, como decía antes, es la manera en que nos tratamos como seres humanos: me encantaría que estuviéramos más abiertos al diálogo entre unos y otros, ser capaces de expresar libremente nuestros sentimientos y no ser tan críticos a la hora de enjuiciar por pertenecer a diferentes razas, nacionalidad, religión o estatus social.
-¿Cómo es ser modelo hoy en día?
-Para mí es genial. Me siento muy agradecida por toda la gente que he tenido la suerte de conocer en este sector, especialmente la que contribuye para que la industria de la moda se convierta en un entorno más sano y más seguro, pues he podido comprobar por mí misma como todo ha ido mejorando en esa dirección, durante los últimos años. También siento que si vives tu trabajo como modelo como algo ‘real’ y te mueves hacia adelante profesionalmente, de manera firme, con tus convicciones éticas, atraerás trabajos y personas que estén a ese mismo nivel de profesionalidad.