Era una persona elegante en sus formas, en sus interpretaciones y en su estilo. Con una vida nada fácil (la Segunda Guerra Mundial la marcó para siempre), encontró en la danza y la interpretación un refugio, que se convirtió en su profesión. Su éxito profesional llegó al poco tiempo de aterrizar en Estados Unidos. Y un Oscar avala la carrera de esta actriz, que hoy hubiera sido una auténtica creadora de tendencias, coparía las grandes cabeceras de moda y la primera fila de los front rows.
Puso de moda las bailarinas, los pantalones capri, la camisa blanca, los vestidos camiseros, los trajes entallados y con cintura de avispa, el little black dress… y llevaba como nadie todo tipo de tocados y sombreros; sin olvidarnos de la versatilidad que hacía del uso del pañuelo. Se cumplen ahora treinta años de su muerte y su estilo sigue presente. Ella sí que fue una creadora de tendencias.
Un estilo consagrado
Desayuno con diamantes, en 1961 (en una imagen publicitaria del filme), la terminó de consagrar en el cine y en la moda. Por aquel entonces ya había firmado un contrato con el modisto francés Hubert de Givenchy para que creara el vestuario de sus películas.
Pasión por el cine y los animales
Gran amante de los animales -era habitual verla con sus mascotas-, estos la acompañaban hasta en sus películas. Arriba, en el rodaje de Una cara de ángel (1956), con un outfit tan sencillo como elegante. Los sombreros la custodiaban delante y detrás de la cámara.
Una belleza contracorriente
Cuando en Hollywood triunfaban las curvas de Marilyn, la joven actriz belga -hija de una aristócrata neerlandesa y del británico Joseph Victor Anthony Ruston- consiguió hacer de su figura estilizada y su 1,70 una marca de estilo propia, diferente e inusual. En la imagen, en el set de rodaje de la película Dos en la carretera (1967).
Alma solidaria
Con el paso de los años y una carrera consolidada, su compromiso humanitario ganó terreno en su vida y se volcó en su colaboración con Unicef. En la foto, llevando a sus espaldas a una niña, durante su primera misión de campo para la ONG en Etiopía, en marzo de 1988.