María de León Castillejo es lo que los psicólogos llaman una persona vitamina: siempre sonriente, llena de energía, dispuesta a ayudar a los demás... Emprendedora, con mil proyectos en mente, la aristócrata sevillana (es hija de los marqueses de la Cañada y nieta de los condes de Lebrija y condes de Floridablanca) estudió Ciencias del Medio Ambiente, pero la moda formó parte de su ámbito profesional durante muchos años. Ahora, además de ser una de las influencers de estilo de vida, viajes y bienestar de más prestigio, tiene su propio club de lectura —María León Style Book Club—, que organiza en la Asociación Cultural Zayas; se ha formado en Humanidades, y está llevando a cabo proyectos relacionados con el humanismo digital. El último, el programa de Marca Personal, Liderazgo e Influencia Digital del que es codirectora en la Universidad Francisco de Victoria.
«La pérdida de audición te aísla de todo, y el aislamiento conduce a un tipo de soledad que entristece, que baja el estado de ánimo y la autoestima y que hay que remediar pronto para no caer en un círculo de pena y soledad»
Nada la frena en su inquietud de conocimiento y de nuevas aventuras. Ni la quemadura de segundo grado que sufrió a primeros de año en su pierna izquierda, “al reventarse, inesperadamente, mi bolsa de agua caliente” —y de la que, afortunadamente, ya está mucho mejor, nos cuenta— ni la pérdida de audición que padece desde hace tiempo. Para nuestra sorpresa, nos topamos con este inesperado hándicap que la vida le puso por delante a María al documentarnos para esta entrevista.
“Desarrollé esta discapacidad, presuntamente, por el efecto que me provocó un medicamento-vacuna que me tomé cuando hice un viaje al Congo, en 2009”
—María, desvelaste en un post que sufrías pérdida de audición, algo que se relaciona con la edad avanzada, ¿qué fue lo que te pasó?
—Efectivamente, sufro hipoacusia y lo cuento sin ningún complejo. Presuntamente, fue por el efecto que me provocó un medicamento-vacuna que me tomé cuando hice un viaje al Congo, en dos mil nueve. Ahí fue cuando desarrollé esta discapacidad. Y, ¿sabes qué?, yo ya no lo veo como un problema gracias a los audífonos, que han mejorando mi vida infinitamente. Hacen que me sienta mucho más conectada con el mundo y con las personas.
—¿Cómo ha afectado o alterado esta discapacidad tu vida?
—La pérdida de audición te aísla de todo y los seres humanos no estamos creados para vivir aislados, sino para el encuentro. El aislamiento conduce a un tipo de soledad que entristece, que baja el estado de ánimo y la autoestima y que hay que remediar pronto para no caer en un círculo vicioso de pena y soledad. La buena noticia es que existe ese remedio y son los audífonos, y yo, por eso, no paro de dar las gracias a Aural Centros Auditivos, porque han conseguido aumentar exponencialmente mi calidad de vida.
“Como canta Julio Iglesias... Mi vida sigue igual”
—¿Tuviste que cambiar tus rutinas deportivas, por ejemplo?
—Nada de nada. Mi vida sigue igual… como dice la canción de Julio Iglesias (sonríe).
—¿Qué le dirías a las personas que acaban de enterarse de que tienen una pérdida auditiva seria?
—Les recomiendo, de corazón, que prueben los aparatos auditivos. Sentirán un mayor bienestar en su vida y no solo ellos, sino también las personas con las que conviven, para los que es una lata estar repitiendo constantemente lo que dicen. Me ofrezco a hablar con estas personas, si hace falta, para animarlas.
—Sí, porque además eres coach para la creación de marca personal... Siempre estás reinventándote.
—(Ríe). Soy profundamente curiosa y, por eso, creo que tengo en mi ADN el formarme de manera continua para aprender, inspirarme y abrir la puerta a nuevas ideas, y si esas ideas son proyectos que pueden aportar algo positivo a la sociedad, mayor es mi motivación. De hecho, la idea de crear el programa de Marca Personal, Liderazgo e Influencia Digital me surgió mientras desarrollaba la formación en Coaching Dialógico, Liderazgo empresarial y el máster de Humanidades de la Universidad Francisco de Vitoria. Durante ese proceso, estaba adquiriendo conocimientos muy potentes que consideraba que podían contribuir a la humanización del entorno digital. Con ese fin creé mi proyecto Think 2BU (www.think2bu.com). Estudiar y adquirir conocimientos no sirve de nada si no se llevan a la práctica. Estoy muy agradecida a mi querida amiga la profesora María José Rubio. Ella es humanista, historiadora y famosa escritora. Es pieza clave en este proyecto, ya es con quién tengo el placer de co-dirigir este programa de formación universitaria en el que llevamos trabajando más de año y medio.
—¿Cuál es vuestro valor diferencial?
—Nuestro valor diferencial está en la base humanista que aportamos para que el alumno pueda formarse de manera integral y así esté bien preparado para abordar, con fundamento, los desafíos que plantea el entorno digital. El programa es 100% online, dura 15 semanas y consta de tres módulos: uno de identidad y marca personal, otro de estrategia y comunicación y el tercero de marketing y rentabilidad. Quién curse esta formación obtendrá un diploma oficial de la Universidad que le aportará dieciocho créditos.
—¿Nació como una necesidad de ayudar emocionalmente a todos los que han convertido las redes sociales en su profesión?
—La noticia del suicidio de una influencer de veintisiete años, en el año dos mil siete, me marcó mucho. Vi el gran trabajo que había que desarrollar para contribuir a la transformación del entorno digital en un ámbito más humano. Al mismo tiempo, veía una laguna en esta área en las instituciones educativas. Por eso, yo tenía muy claro que quería emprender en esta área. Contaba con una experiencia en comunicación de más de 19 años, con especialización en el área digital, pero también era consciente de que me faltaba complementar esa experiencia con conocimientos académicos en el área de las humanidades. Me puse manos a la obra para hacer realidad esta meta y volví a convertirme en una estudiante universitaria.
“Ya no lo veo como un problema. Estoy fenomenal. La buena noticia es que existe remedio y son los audífonos, que han conseguido aumentar exponencialmente mi calidad de vida”
—Como influencer, ¿has tenido que enfrentarte a alguna mala experiencia?
—Todos los caminos te llevan, en algún momento, a enfrentarte a un gran dilema. La primera vez en la que empecé a usar las redes sociales fue en febrero de 2010. En mis comienzos, mi trabajo estaba mucho más centrado en moda. De hecho, llegué a publicar mi libro Vestir con Estilo, que era un manual en el que ofrecía consejos de cómo vestir en 50 situaciones de la vida cotidiana. En el libro ya hablaba de aceptación personal, de la importancia de encontrar tu propio estilo y de ser fiel a él para no dejarse arrastrar por las tendencias del momento y acabar convertida en una víctima de la moda. Recuerdo sentir mucha presión por un blog que tenía en una conocida revista de estilo de vida en el que tenía que compartir mis looks diariamente. En aquella época no había los millones de influencers que tenemos hoy. En mi caso, tener que vestirme, cada día, impecable y con algo diferente y novedoso me llegó a generar mucha presión porque ya no lo hacia para sentirme bien conmigo misma, sino para ser un escaparate para los demás. La moda llegó a invadir mi vida en todos los sentidos así que, tuve que acabar con esa colaboración. Llegué a darme cuenta de lo que no quería hacer a partir de ese momento. Vestir con estilo no significa tener que vestirte diferente cada día y que tengas, como consecuencia, que gastar una fortuna en ropa y accesorios de lujo sino en vestir de manera más consciente y auténtica siendo fiel a quien eres, apostando por marcas que estén alineadas con tus valores y seleccionando prendas para tu fondo de armario que te permitan poner a prueba tu creatividad y que no nublen tu verdadera esencia.
—¿Cómo lograste superarlo, tuviste que recurrir a la terapia?
—No tuve que recurrir a terapia, a pesar de ser una opción valiosa y de gran ayuda para muchas personas. Mi formación espiritual, contar con claros valores y el apoyo de personas queridas que consideraba buenos referentes de vida fueron el mejor sustento para mí.
—¿Esta formación da las herramientas para evitar caer en una enfermedad mental a causa del acoso, del estrés que pueden llegar a generar las redes?
—Con esta formación ofrecemos las claves para aprender a mirar de manera profunda la realidad, a uno mismo y a los demás para así ampliar consciencia sobre cuestiones esenciales de la vida lo cual, como consecuencia natural, le llevará a la persona a sentir un mayor equilibrio emocional. Para ello trabajamos grandes pilares como el propósito vital (el “para qué”), al que nosotros llamamos whyfulness, para luego poder desplegarlo en el entorno digital. También acompañamos al alumno en su autoconocimiento y en descubrir sus valores para luego aplicarlos en el entorno digital. Los valores son el mejor GPS del que podemos disponer para seguir el rumbo más adecuado, que es el que está enfocado hacia el bien individual y común. Por otro lado, orientamos al alumno para que pueda construir una comunidad con la que sentirse conectado. Hacemos hincapié en la importancia de considerar a los seguidores como personas con las que poder mantener encuentros de valor más que como números de los que obtener un beneficio. Así mismo, en este programa ofrecemos claves de estrategia, comunicación y marketing que son fundamentales para poder crear una marca personal, desplegarla en el entorno digital y obtener una rentabilidad razonable, pero sin renunciar a ser uno mismo y a los propios valores.
“En mis comienzos como influencer, tener que vestirme cada día impecable y con algo diferente y novedoso me generó mucha presión. Ya no lo hacía para sentirme bien conmigo misma, sino para ser un escaparate para los demás”
—¿Sigues compaginando este nuevo proyecto con tus otras facetas, como los viajes o tu club de lectura?
—Sí, tengo varios frentes abiertos, pero todos relacionados con el ámbito de la comunicación, humanismo digital, cultura y también los viajes. Viajar es mi pasión y por eso estoy feliz de haber conseguido hacer de esta actividad parte de mi sustento de vida. El yoga y todo lo relacionado con el área del bienestar también me gusta mucho. Durante la pandemia aproveché también para hacer la formación de instructora en Zentro Urban Yoga. Mi club de lectura Maria Leon Style Book Club es un proyecto que también me tiene muy ilusionada. Así mismo, lo comencé durante la pandemia, desde mi cuenta de Instagram (@marialeonstyle), para promover, entre mi comunidad, una actividad enriquecedora y que les ayudara a desconectar de las pantallas y a cambiar el foco de atención del Covid. Ahora ya lo he profesionalizado más y lo organizo de forma presencial y de la mano de la Asociación Cultural Zayas. Vamos ya por la tercera edición, hemos organizado 27 encuentros, tenemos más de 60 miembros inscritos y contamos con la colaboración especial de personas muy posicionadas dentro del ámbito cultural y académico que tienen la generosidad de compartir con nosotros su conocimiento para poder sacar lo mejor de cada libro.
—¿Continúas también con tus estudios de Filosofía?
—El pasado junio terminé el Máster de Humanidades que hice en la Universidad Francisco de Vitoria . Este es un Máster presencial y tiene dos años de duración. Ha sido una etapa dura de mucho estudio y esfuerzo encerrada en casa y, por tanto, de mucha renuncia a planes apetecibles, pero el recorrido ha sido apasionante. He aprendido y crecido en profundidad y en amplitud de miras y he conocido a profesores y compañeros maravillosos. Después de este Máster, he de confesar que me ha quedado un gran vacío así que, sigo formándome para seguir creciendo. Asisto a charlas y hago cursos puntuales tanto en la universidad como en otras entidades con las que me siento conectada como son, entre otras muchas, Asociación Cultural Zayas donde organizo mi club de lectura, Arunda Silente y Youtopia.
—Como gran viajera que eres, ¿cuál es el viaje que más te ha marcado o impactado?
—Esta no es una pregunta fácil. Cada viaje ha dejado una huella muy especial en mí porque cada viaje y experiencia es una oportunidad para crecer como persona. Destinos con los que me siento conectada de manera especial son España, por supuesto, porque hay lugares únicos y luego también India, Irlanda, Austria, Marruecos, Islandia…
—¿Cuál es el destino que estás deseando conocer?
—Egipto, Corea del Sur y su isla de Jeju, Japón y su isla Okinawa, donde viven personas con uno de los mayores índices de longevidad del mundo; Estambul, México, Cuba…Y una experiencia con la que sueño desde hace muchos años es poder asistir al concierto de Año Nuevo en Viena.
—Al estar tan ligada a la comunicación digital, ¿alguna vez sientes la necesidad de apagar el móvil para desconectar? ¿Lo haces?
—¡Mucho! Por eso para mi es fundamental y obligado dedicar tiempo al silencio, al yoga, a la meditación y a la contemplación. De vez en cuando, hago un retiro que incluya este tipo de “no-actividades” en lugares especiales como, por ejemplo, en un monasterio. De hecho, voy a contaros algo en primicia. Uno de los proyectos en los que estoy trabajando ahora es en lanzar una línea de viajes de autor que se llama “Viajes Contemplativos by Maria Leon Style” y que tengo la idea de hacer en diferentes destinos, en principio, de España. Mi objetivo es que a través de estos viajes descubramos la esencia de cada lugar con una mirada profunda que haga vibrar al viajero en sus tres dimensiones (cuerpo, mente y espíritu), a través de experiencias autóctonas y contemplativas. En este tipo de viajes disfrutaremos de la cultura, de la historia, de la naturaleza, de la gastronomía, del arte y de la artesanía de cada lugar, además de impartir talleres de iniciación al yoga y a la meditación. Es otra forma de viajar para conectar con la esencia del destino y sentirse como un auténtico lugareño. Adelanto que el primero será, si Dios quiere, en Ronda del 9 al 11 de Junio.
—Con una vida laboral tan intensa como la tuya, ¿te queda tiempo para el amor?
—(Ríe a carcajadas). Siempre hay tiempo para el amor, porque… qué sería de nosotros sin amor en nuestras vidas… No quiero ni pensarlo.
“Nunca digas nunca jamás, pero, más que volver a casarme, que sería estupendo, anhelo descubrir un auténtico compañero de vida por el que sienta atracción”
—¿Cómo está tu corazón actualmente?
—Muy bien, tranquilo, en paz y abierto a lo que tenga que venir.
—¿Te gustaría volver a casarte en el futuro, si encuentras a tu compañero de vida ideal?
—Nunca digas nunca jamás. Pero más que llegar a la meta de casarme, que sería estupendo, anhelo descubrir un auténtico compañero de vida por el que sienta atracción, que esté en un momento vital compatible con el mío, con quien me sienta alineada en cuestión de valores de vida, con quien comparta inquietudes similares y con el que pueda hacer un buen equipo que nos lleve a crecer a ambos. Así es cómo entiendo yo el auténtico amor, sin querer poseer a tu pareja, sino ayudarla a que crezca personalmente y a que sea lo que está llamada a ser. Las formalidades sociales ya vendrán después. No son mi prioridad.