Sus ansias de conocimiento y cierta necesidad de buscar una forma propia de expresión la trajeron a Europa y, desde entonces, María Gabriela Giménez, fundadora de la firma de perfumes exclusivos de alma sostenible Anconú, vive entre el calor que le proporcionan su familia y amigos en su país de origen, Venezuela, y la expansión de esa faceta íntima, que le da sentir su hogar en Madrid. En una de esas idas y venidas, Gabriela nos abre las puertas de su casa en Caracas y nos invita a descubrir su historia personal, así como cada rincón de este espacio único para ella y los suyos.
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“Es muy bonito hacer de tu hogar tu historia, y lo que más Me gusta de mi casa es que tiene mucha personalidad, la nuestra”
-Para quien no te conozca, ¿quién es María Gabriela Giménez?
-Nací y crecí en Venezuela. Soy amante de los contrastes, tanto en la naturaleza como en el arte. Desde pequeña fui una apasionada de la moda, de la armonía, siempre me ha gustado descubrir y viajar… La libertad es algo clave en mi vida, con la pequeña salvedad de haber descubierto el amor muy joven y casarme a los 23 años. Soy una persona independiente y, en parte, rebelde. Soy psicóloga de profesión y trabajé en el mundo de la moda hasta el 2018, año en que, en esa búsqueda de libertad, decido irme a vivir a Europa, concretamente a Madrid, para estudiar un máster.
-¿Cómo cambió tu vida el hecho de venirte a vivir a España?
-Comencé a ser la mejor versión de mí misma, aquella que busca conocerse realmente, enriquecerse y desafiarse. Hoy por hoy, me siento así: venezolana, emprendedora nata, curiosa, alegre, esposa y madre... Fundadora de mi marca, mi sueño, mi libertad expresada en líquidos que buscan transmitir un viaje de descubrimiento individual.
-Te iniciaste en el mundo de la perfumería en Grasse (Francia), donde estudiaste la relación entre los aromas y la psicología para luego plasmarlo en tus propios perfumes. ¿Cómo fue esa experiencia?
-Los seres humanos somos emociones, conductas y evolución, mientras que los aromas están hechos de historias que reflejan una forma de ser o un estado de ánimo. Así mismo, evolucionan y nos generan también emociones. Estamos hechos para descubrir, para sentirnos entendidos y vistos. Y el perfume es el accesorio invisible ideal, pues complementa desde un estilo de vestir hasta un estado de ánimo. Cada olor tiene una personalidad; los cítricos son alegría y libertad, por ejemplo.
“Caracas es mi hogar. En Caracas tengo mi intimidad y mi familia. Europa es cultura, libertad, donde encuentro mi espacio, mi lugar más íntimo”
-La casa que nos muestras en estas páginas es tu residencia en Caracas. ¿Qué nos puedes contar sobre ella?
-Está llena de historias. Es el lugar donde me convertí en madre, donde nació mi primer bebé... Estábamos recién llegados, en plena pandemia, y entramos en ella con muchísima ilusión. Es una casa llena de luz, amplia, con muy buena aura y donde soy muy feliz. Cuando la vi por primera vez, le dije a mi marido: “Es aquí donde tenemos que vivir”, y disfrutarla también con nuestra familia y amigos. Para mí, el sentido de residir en un sitio así es llenarlo de gente cuando se pueda.
-¿Qué encontramos en ella?
-Llevamos casi diez años casados y hemos ido construyendo una historia. He ido descubriendo cada objeto de decoración en viajes, ventas de antigüedades, herencias de la abuela, hobbies, etc. Es muy bonito hacer de tu hogar tu historia, y lo que más me gusta de mi casa es que tiene mucha personalidad, la nuestra.
-¿Qué características tiene que reunir una casa para que la consideres un hogar?
-Hacerla mía, decorarla a mi gusto, vivirla... Por el simple hecho de haberla escogido, ya empiezas a imaginar todo lo que viene... Poner un sofá aquí, una mesa allá, invitar y vivirla con familia y amigos, hacer comidas... Suelo disfrutar muchísimo mi casa y es eso lo que más la convierte en hogar. Se va llenando de recuerdos donde estar presentes.
-¿Qué tipo de diseño o estilo te gusta más a la hora de decorar una casa?
-Mi estilo en general es moderno y clásico, algo minimalista también. Pienso que en los detalles está el encanto. Unos sofás neutros, pero con una alfombra impactante… Y así voy construyendo, con destellos de color o piezas icónicas, pero sin olvidar la comodidad. Me gusta la mezcla y, sobre todo, que refleje la personalidad. Algo muy clásico en mis casas es el toque étnico y artesanal.
“Mi estilo es moderno, clásico y algo minimalista. en los detalles está el encanto Y así voy construyendo, con destellos de color o piezas icónicas, pero sin olvidar la comodidad”
-Vives entre Caracas y Madrid. ¿Qué te aportan estas ciudades?
-Caracas es mi hogar. En Venezuela tengo mi identidad y mi familia. Aquí soy madre, trabajadora, amiga… Llevo una vida más acelerada y exigente a veces. Europa es cultura, libertad, donde no hay necesidad de tanto movimiento y encuentro mi espacio, mi lugar más íntimo, disfruto mucho de estar sola y mi creatividad e inspiración se activan muchísimo. Caracas es mi lugar de esencia, Madrid es mi lugar interior. Los necesito a los dos, y agradezco lo que ambos significan para mí.
-¿Qué particularidad tienen tus perfumes y qué te llevó a crearlos?
-El hecho de conocer que había un nuevo mundo lleno de emociones me llevó a crear una marca que invitara a escribir a cada cual su propio viaje, tal y como yo hice. A mis 28 años descubrí que, de la mano de los aromas, no hay límites, y eso es lo que busco transmitir en cada detalle de mi marca. Cada fragancia es única, y no solo por la composición que tienen: están elaboradas con aceites esenciales naturales y fijantes sintéticos que brindan una evolución bastante especial en cada piel. Es un balance perfecto que evoluciona de forma particular en cada persona.