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Claudia Peral Redón es una enamorada de la moda, hasta el punto de que ha desarrollado diferentes facetas dentro de la industria. “Digamos que he tenido una trayectoria bastante diversa”, nos dice, antes de enumerar su espectacular currículum. “Estudié diseño de accesorios en el IED y me especialicé en Fashion Management en la Universidad Parsons de Nueva York. Empecé en Loewe como diseñadora junior de bolsos; después cambié al marketing, pasando por Sudamérica y Bélgica. Más tarde volví a Madrid y trabajé en una agencia de comunicación hasta que me llamaron de Inditex, donde pasé de product manager a buyer para la colección de zapatos de mujer, que era el mix perfecto entre dirección creativa y gestión. Tras esta experiencia, quería volver al lujo y, desde 2020, soy relaciones públicas de Paco Rabanne”. Gracias a su trabajo, la madrileña vive en París. Todo un referente de estilo, nos guía por sus rincones favoritos de la capital del Sena en un excepcional reportaje.
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“Me divierten los planes improvisados y situaciones increíbles que encuentras en esta ciudad. Lo mejor de lo mejor es el aperitivo de ostras en el mercado de la Bastilla o jugar a la petanca en el Quai”
—Claudia, ¿qué supone para ti trabajar en una firma con tanta historia?
—Me parece que ahora mismo estoy en una de las marcas más punteras. No puedo adelantar nada, pero este año va a ser increíble.
—¿Por qué te apasiona la moda?
—Hay varias formas de interpretar la moda. Lo fácil es decir que es una forma de expresarse, que nuestra forma de vestir define quiénes somos y evolucionamos en consecuencia. Pero la moda para mí no es eso. Es la artesanía, la delicadeza, el savoir faire de todas y cada una de las personas involucradas en el proceso. Desde el que diseña hasta la imagen final.
—¿Crees que algún día volverás a ponerte al frente de tus propios proyectos, a desarrollar tu parte creativa?
—¡Sin duda! Veremos si en el sector de la moda, la belleza, la decoración o la gastronomía… La curiosidad siempre está ahí.
“Tengo muchos iconos de estilo, pero destacaría a Coco Chanel, Diana Vreeland, Bianca Jagger, Marisa Berenson, Maja Weyhe, Blanca Miró y mi madre”
—¿Quiénes son tus referentes del mundo de la moda?
—Jonathan Anderson, Gabriela Hearst y mi amigo Glenn Martens.
—¿A quién consideras un icono de estilo?
—Tengo muchos: Coco Chanel, Diana Vreeland, Bianca Jagger, Marisa Berenson, Maja Weyhe, Blanca Miró… y mi madre.
—¿Y quién te inspira a la hora de crear tus propios looks?
—También mi madre.
“Lo que más me gusta es un sombrero y me encanta combinar un look con perlas; reconozco que tengo muchas perlas brutas de todas las formas y tamaños”
—¿Cómo te gusta vestir en tu día a día?
—Busco la comodidad ante todo. Tengo muchas faldas largas, botas altas y chalecos. Pero no hay nada como una camiseta de manga larga básica y un buen collar. Y reconozco que lo que más me gusta es un sombrero.
—¿Y tu look infalible para un evento?
—Un traje de chaqueta negro o azul marino con una blusa extravagante, acompañado de perlas. Puede sonar anticuado, pero una buena gargantilla, unos pendientes o un collar siempre quedan bien. Reconozco que tengo muchas perlas brutas de todas las formas y tamaños.
—¿Qué es lo que más te gusta de vivir en París?
—El olor a cruasán (ríe). No, no, eso es un cliché. Me apasiona la gente. Estoy enamorada de la gente que he encontrado aquí. Me siento muy cómoda. Diría que esta ciudad es diversidad, cultura y creatividad. Me encanta perderme por sus calles y anotarme todos los restaurantes que quiero probar y sitios donde entrar. Pero lo que más me divierte son los planes improvisados y situaciones increíbles que encuentras en esta ciudad.
“Echo de menos lo fácil que es todo en España”
—¿Cuáles son tus rincones favoritos?
—Tengo muchos, depende del grupo con el que esté voy a una zona u otra. Pero diría que la Boulangerie Sain o Liberté, Da Rosa, que está cerca de Place Vendôme; el Atelier Vime; la tienda Astier de Villatte; los mercadillos de los domingos... Y lo mejor de lo mejor es el aperitivo de ostras en el mercado de la Bastilla o el aperitivo en el Quai jugando a la petanca. Para cenar me gustan los sitios sencillos, nada pretenciosos y buenos, como Le Verre Volé.
—¿Echas de menos vivir en España?
—Un poco sí, echo de menos a mi familia, el buen tiempo, los precios y los restaurantes. Lo fácil que es todo.
—¿Cuáles son tus aficiones?
—Me encanta montar a caballo, comer, cocinar, esquiar, la jardinería y Menorca, sí, porque la isla es mi afición, allí puedo hacer todo lo que me gusta.