Si Zani Gugelmann hubiera nacido unas décadas antes, seguramente hubiese pertenecido al exclusivo círculo de damas a las que Truman Capote llamaba sus ‘cisnes’. Al igual que aquellas mujeres bellas, elegantes e icónicas, Zani forma parte del ADN social de la ciudad de Nueva York, junto a Lauren Santo Domingo, Amanda Hearst, Ivanka Trump, Nicky Hilton, Olivia Palermo… Inteligentes, educadas, cosmopolitas, viajeras, triunfadoras, de familias con apellidos importantes, son la ‘aristocracia’ de la Quinta Avenida.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
De madre peruana y padre suizo, Zani creó su propia línea de joyería, con piezas realizadas por artesanos de Perú, trabajo que compaginó con su intensa vida social. No había fiesta, desfile de moda o inauguración que no contara con su presencia. Después de veinte años traspasando los límites del acelerado estilo de vida neoyorquino, decidió parar y centrarse en su salud. En ese momento conoció a Francesca, nutricionista nacida y criada en Venezuela, que le enseñó todo sobre el poderoso impacto que la comida tiene en nuestro cuerpo. Hoy, además de velar por su organismo, es su socia en la empresa de bebidas prebióticas y antioxidantes con superalimentos peruanos, que han creado bajo el nombre de Llama Mama.
“Mi madre es peruana y mi padre es suizo-alemán, lo que me hizo ciudadana del mundo desde que nací. Me inculcaron una moral y valores muy fuertes”
—Zani, ¿cómo te defines?
—Creo que la mejor forma de definirme es a través de mis raíces. Estoy muy conectada con mi trasfondo multicultural; ha dado forma a lo que soy hoy. Mi madre es peruana y mi padre es suizo-alemán, lo que me hizo ciudadana del mundo desde que nací. Me inculcaron una moral y unos valores muy fuertes. Soy una persona extremadamente espiritual. En cuanto a mi carrera, el arte siempre ha sido mi motivación y todo lo que hago siempre implica mi lado creativo.
—¿Te sientes muy orgullosa de tus orígenes peruanos?
—Mucho. No solo me identifico firmemente con mis raíces peruanas, sino que ha sido un motor en mi vida desde que era joven. Siempre he estado rodeada de mujeres fuertes, empezando por mi madre, que es mi mejor amiga e inspiración. Perú es un país mágico, con gente tan hermosa como sus tierras. Quiero mostrar al mundo todo lo que tiene que ofrecer. Por eso, estoy muy emocionada con la creación de esta nueva bebida, usando algunos de los superalimentos más poderosos, mientras apoyo a los pequeños agricultores peruanos que los cosechan.
JLo, Beyoncé, Mary-Kate Olsen, Cameron Diaz y Mariah Carey han llevado las joyas de Zani, que creó su firma tras conocer a los artesanos locales de la ciudad peruana de Piura, a los veintidós años. “Fue amor a primera vista”, nos dice la diseñadora
—¿Cómo nació tu firma de joyas?
—Cuando tenía veintidós años pasé un verano con mi tía abuela en Piura, donde pude trabajar con gente de los pueblos cercanos y conocer las hermosas joyas de filigrana hechas a mano que diseñaban con orgullo. Fue amor a primera vista. Pasé el verano aprendiendo todo lo que pude sobre los materiales y la artesanía. El éxito de mis piezas de joyería, que han usado mujeres increíbles y fuertes como JLo, Beyoncé, Mary Kate Olsen, Cameron Diaz y Mariah Carey, fue realmente un reflejo de mi amor por el oficio.
—Después de ser parte de la agitada vida social neoyorquina, decidiste dar un giro radical. ¿Qué te motivó a realizar ese cambio?
—Tuve algunos problemas de salud hace unos años y eso me hizo ser muy consciente de la importancia de llevar un estilo de vida saludable, no solo ocasionalmente, sino todos los días. Fue entonces cuando me presentaron a mi socia, Francesca, que se convirtió en mi nutricionista. Me hizo concentrarme en cambiar mi dieta y me he esforzado mucho por eliminar el gluten y los lácteos. Ella me hizo consciente de la tensión a la que sometemos a nuestro cuerpo cuando consumimos estos productos. Todavía me encanta el queso y el postre y hago trampa de vez en cuando, pero trato de mantener mi compromiso. ¡Nunca me he sentido mejor!
—¿Cuáles son tus mejores recuerdos de aquellos años que has dejado atrás?
—En aquel entonces, mis amigos y yo vivíamos y respirábamos Nueva York las veinticuatro horas, los siete días de la semana. Siempre había un plan emocionante, ya fuera ir a la inauguración de una galería de arte y conocer artistas de todo el mundo o a las increíbles galas que había cada semana en los lugares más fascinantes de la ciudad, donde todos vestían de punta en blanco.
“Pasé por algunos problemas de salud hace unos años y eso me hizo muy consciente de la importancia de llevar un estilo de vida saludable no solo ocasionalmente, sino todos los días”
—¿Cómo es ahora tu vida?
—Diría que estoy en un muy buen momento. Me encantan los comienzos y por eso me encanta ser emprendedora. No es fácil, pero me encanta desarrollar una idea desde que es un sueño hasta hacerla realidad. ¡La vida se trata de aprender y crecer!
—¿Cómo te cuidas en el día a día?
—Estoy tratando de hacer de la meditación un hábito diario al despertarme; tomo mis vitaminas y bebo una de mis bebidas prebióticas. Un prebiótico es simplemente fibra vegetal y todos sabemos la importancia que tiene la fibra para nuestro cuerpo. Mis rutinas favoritas son pilates y muay thai y, de vez en cuando, trato de hacerme un masaje. Lo más importante de mi día es dormir bien ocho horas. ¡El sueño lo arregla todo!
—¿Qué es lo que más amas de Nueva York?
—Me encanta el tipo de gente que atrae la ciudad. Este es un lugar donde las personas se sienten libres y aceptadas sin importar de dónde vengan. Es muy inspirador y multicultural. Todos somos diferentes, pero estamos unidos por la energía y la pasión de vivir en Nueva York.
“Vivíamos y respirábamos Nueva York las veinticuatro horas, los siete días de la semana. Siempre había un plan emocionante, la inauguración de una galería de arte o una gala increíble, donde todos vestían de punta en blanco”