Su madre continúa siendo, a sus 71 años, todo un icono de estilo; y si su hermana Tamara es su digna sucesora; ella demuestra, con cada aparición, que tampoco se queda atrás. Porque no cabe duda de que Ana Boyer también ha heredado la sofisticación y elegancia de Isabel Preysler.
Así lo deja claro en sus redes sociales, donde nos enseña tanto sus estilismos más relajados -siguiendo las tendencias del street style-, como sus looks de invitada, que siempre son todo un acierto.
Su última ‘lección de estilo’ fue en el bautizo de su hijo pequeño, Mateo, que se celebró el pasado lunes 26 de diciembre en la casa de Isabel -un refugio para toda la familia Preysler-.
Ana sorprendió con un precioso vestido de crepé satén, de color verde hierba -un tono que favorecía y destacaba su tono de piel-, que combinó con un cinturón negro para realzar su cintura.
El modelo llevaba la firma de la diseñadora Beatriz de la Cámara -pertenece a la #colección1 del relanzamiento de la marca-, quien nos cuenta que se hicieron algunas variaciones especialmente para ella -como modificaciones con el largo-.
Una vez más, la hija pequeña de Isabel Preysler volvió a acertar con su elección -aconsejada por su estilista Cristina Reyes-, con un look versátil, ideal para otros eventos, como una boda.
“Se trata de una silueta fácil de llevar y muy cómoda, que puede adaptarse a cualquier evento, tanto de día como de noche, dependiendo de los accesorios con los que se combine. Está igualmente pensado como look nocturno para acudir a una cena pudiendo combinarlo con unas botas altas o unas sandalias minimal y un jersey oversize”, nos detalla la creadora.
Para ella, la pieza “es un fiel reflejo del estilo de la firma, que se centra en la creación de piezas muy femeninas y versátiles utilizando tejidos reciclados y detalles hechos a mano, como los botones artesanales de porcelana”.
Completando su outfit, Ana lució unos zapatos de Aquazzura que se anudaban al tobillo, y joyas de Rabat.