Hay proyectos que marcan carreras y no hay duda de que Café con aroma de mujer ha sido un punto de inflexión para todos sus protagonistas. La pasión desatada por William Levy es una muestra de ello, puesto que el actor es reconocido allá donde va. Lo mismo ocurre con algunas de sus compañeras de reparto, como, por ejemplo, Laura Londoño, quien, gracias a su papel de Gaviota en la mencionada telenovela, se ha convertido también en todo un fenómeno de masas. Aprovechando su reciente estancia en Madrid, hacemos balance con ella del año que ha vivido y hablamos de su otro gran triunfo, la familia que ha conseguido formar junto a su marido, el cineasta Santiago Mora, padre de sus dos hijas, Allegra, de tres años, y Mikaela, que cumplirá uno el próximo mes de febrero.
“Mi vida no ha cambiado. Sigo teniendo los mismos hábitos y sigo teniendo que estar pendiente de mis dos niñas, mi perro, mi casa y mi esposo”
—Aunque todo el mundo habla de ti como una de las actrices del momento, aquí, en este reportaje, te vemos en el papel de modelo profesional, mundo en el que debutaste con diez años. ¿Dónde te sientes más cómoda ahora, en un estudio de fotos o en un plató?
—Me siento igual de cómoda y me divierto mucho tanto posando como rodando, pero mi pasión real y lo que me permite que esté hoy aquí, haciéndome estas fotos, es mi trabajo de actriz.
“Me gusta mucho bailar y cantar. Es más, acabo de grabar una canción con Carlos Baute que sonará pronto”
—Y el de cantante.
—Claro. La música siempre me ha interesado y es un mundo que quiero seguir explorando porque me gusta mucho bailar y cantar. Es más, acabo de grabar una canción con Carlos Baute que sonará pronto. Estoy feliz porque me ha invitado a participar en uno de sus temas.
—Está claro que, este año, ha sido un no parar para ti: la música, la interpretación, tu marca de fragancias, cosméticos y lencería… En el poco tiempo libre que te queda, ¿qué te gusta hacer? ¿Dónde podemos encontrar a Laura y con quién?
—A mí lo que más me gusta es encontrarme con mis amigos, bailar y hacer yoga.
—¿Eres una mujer disfrutona?
—Sí. La vida es un regalo y hay que disfrutarla, aunque nos distraigamos a veces y perdamos ese foco. A mí me ocurre, me estreso un montón. Pero si somos capaces de sentir que la vida es un regalo que puede desvanecerse en cualquier momento, relativizaremos todas esas pequeñas cosas que nos asedian en el día a día.
“Santiago no ha visto nunca que se me haya subido el éxito a la cabeza. La fama la agradezco y la disfruto, pero no me trastorna. Siempre he sido una mujer con aplomo
—¿La fama, por ejemplo?
—¡Qué va! Me encanta el inmenso amor que recibo de la gente. Es muy bonito y me llena mucho.
—¿Tu marido te ha tenido que decir alguna vez: “Laura, pon los pies en la tierra”?
—Gracias a Dios, Santiago no ha visto nunca que se me haya subido el éxito a la cabeza. La fama la agradezco y la disfruto, pero no me trastorna. Siempre he sido una mujer aplomada en ese aspecto. Cuando me preguntan si Gaviota me ha cambiado mucho la vida, siempre respondo que no, que todo sigue igual. Sigo teniendo los mismos hábitos y teniendo que estar pendiente de dos niñas, un perro, una casa y un esposo.
—¿En qué te pareces a Gaviota?
—Yo creo que tengo muchas cosas de ella. Por ejemplo, el amor por la tierra, por la mamá y por la familia.
—Esta vez habéis viajado tu marido y tú, sin vuestras hijas, a España. Os habrá costado separaros de ellas, ¿no?
—Sí, pero también estamos felices. Son importantes estos momentos solo para dos en los que ejerces de mujer y amiga. De hecho creo que tendríamos que repetirlo más a menudo.
“Seguro que mi marido ha sentido celos, pero no comenta nada. Es un hombre inteligente, sabio y prudente. Sabe que, si me dice algo acerca de eso, salgo corriendo”
—¿Él es celoso?
—Seguro que mi marido ha sentido celos, pero no comenta nada. Es un hombre inteligente, sabio y prudente. Y sabe que, si me dice algo acerca de eso, salgo corriendo.
—Has venido a Madrid varias veces ya, ¿cuáles son tus paradas obligatorias en la capital?
—El Museo del Prado y también el Parque de El Retiro, donde me fascina caminar. Y otra parada obligada es El Corte Inglés, por eso me emociona tanto tener ahora mis productos ahí. También tengo muchos amigos y procuro quedar con ellos.
—Tengo entendido que estás tramitando la nacionalidad española, ¿también te planteas comprar casa aquí?
—¡Dios mío! Me encantaría vivir en España, es mi sueño. Ya me veo con mis hijas en Madrid. Siento que es una ciudad en la que estaría inmensamente feliz. No descarto comprar una casa aquí.
“William es una persona muy noble y muy divertida. Nos queremos mucho y mantenemos una relación muy linda”
—¿Cómo está la pequeña?
—Mi hija Mikaela ha sido el mejor regalo que me ha traído este año. Tiene diez meses y está gigante, preciosa y absolutamente enamorada de su hermana.
—Dicen que las niñas tienden a sentir más amor por su papá, ¿es así?
—La mayor, sí. Se desvive por su papá, aunque tiene también sus momentos de mamitis (risas).
—¿Cerráis el cupo o te gustaría tener un niño?
—No, estamos superbién así. Ya tenemos a nuestro perro, ‘Mambo’, que es como si fuera el niño de la casa.
“Es un hombre, evidentemente, muy guapo que despierta gran cantidad de pasiones. Las he visto desmayarse por él y también los he visto desmayarse”, dice sobre el fenómeno William Levy
—Para el dos mil veintitrés, ¿qué retos te planteas, Laura?
—He grabado recientemente dos series y ahora tendremos que promocionarlas, que yo creo que es lo que haremos durante el primer semestre. Y también tengo otros proyectos sobre la mesa que vamos a estudiar.
—¿Volverías a trabajar con William Levy?
—¡Por supuesto! ¡Me encantaría!
—Todo el mundo habla de su físico, ¿qué otras cosas destacas de él?
—William es una persona muy noble y muy divertida. Nos queremos mucho y mantenemos una relación muy linda.
—O sea, que mantenéis el contacto.
—Sí, claro. Nos escribimos de vez en cuando. La última vez fue hace un par de semanas.
—¿Qué te parece el éxito que tiene entre las mujeres?
—Lo entiendo perfectamente y me parece maravilloso. Es un hombre, evidentemente, muy guapo que despierta una gran cantidad de pasiones. Yo las he visto desmayarse por él y también los he visto desmayarse.