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Discreta, de trato exquisito y poseedora de un gusto y una elegancia impecables, que se aprecian a simple vista. Así es Andrea Moragues, diseñadora de la firma Byan. Una joven emprendedora que decidió apostar por el diseño de moda y que está triunfando con sus originales propuestas, de estética muy cuidada, máxima calidad y gran atemporalidad.
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-¿Cuándo decidiste que querías diseñar moda?
-Soy arquitecta de interiores y siempre me ha atraído mucho lo estético. En 2015, destinaron a mi marido a India y vivimos allí tres años. Me empapé del color y la cultura y diseñé un sinfín de objetos, muebles y también prendas. Soy perfeccionista y maniática con la ropa que me pongo, así que cuando en India no encontraba en las tiendas lo que quería llevar, me gustaba crearlo. Ese es el origen de mi firma.
-¿Cómo es el estilo de tus diseños?
-Busco actualizar conceptos de toda la vida, elevar básicos y darles poder para cambiar un outfit sin perder la aspiración de atemporalidad.
“Soy muy perfeccionista con la ropa que me pongo. Cuando en India no encontraba lo que quería en las tiendas, me puse a diseñarlo. Ese fue el origen de mi firma”
-¿Qué destacarías de tus creaciones?
-Todos mis diseños están pensados para que sean la pieza básica sobre la que se construye el look . Destacaría los tejidos, muchos de los cuales he empezado también a diseñar. Otro punto a destacar es la calidad del producto. Me vuelco para que el estándar sea altísimo.
-¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
-Que cada día es distinto al anterior. No hay día en el que no aprenda algo nuevo. Hace tres años, este era un mundo desconocido para mí, pero he ido ganando en confianza y me enorgullece lo que he ido consiguiendo. No hay nada más gratificante que cruzarse por la calle con personas a las que no conoces y ver que llevan algún diseño de la marca. Esa confianza me emociona.
-¿Qué opinas de la moda española?
-Es un orgullo tener a grandes diseñadores españoles que son fuente de inspiración para todos los que venimos detrás, y también ver cómo cada vez más jóvenes creadores venden moda española por todo el mundo. El producto español es sinónimo de alta calidad. Muchas de las prendas que se realizaban en el extranjero vuelven a fabricarse en España, en un retorno hacia la confección de calidad, con buenos materiales y más responsable. Yo nunca lo he dudado y aposté desde el principio por producir en nuestro país.
“Aquí, la luz natural, la altura de techos, y la amplitud de los espacios contrastan con materiales, muebles y objetos decorativos que la hacen muy acogedora”
-¿Te gusta la decoración?
-Me encanta desde pequeña. Estudié Arquitectura de Interiores en la Politécnica de Madrid y mi mayor ilusión, por aquel entonces, era trabajar en el estudio de Luisa Olazábal o Isabel López Quesada. Al final, la vida me llevó por otro camino y, hoy, no puedo estar más feliz e ilusionada con mi proyecto.
-¿Qué te enamora de esta casa?
-Todo. Quizás, destacaría la fusión entre tradición y modernidad, consiguiendo atemporalidad y equilibrio en cada una de sus estancias. La luz natural, la altura de los techos y la amplitud de los espacios, que contrasta con la elección de materiales, muebles y objetos de decoración, que la hacen muy acogedora.
“No hay nada más gratificante que cruzarse por la calle con personas a las que no conoces y ver que llevan algún diseño de la marca. Esa confianza me emociona”
-Y, por último, ¿de dónde crees que has heredado la pasión por la moda y por las ‘cosas bonitas’?
-En casa siempre se ha priorizado ese gusto por las ‘cosas bonitas’ y bien hechas… Mi mejor maestra, mi madre, que nos ha educado para saber valorar y distinguir las cosas con buen gusto. Nos ha inculcado la pasión por el arte y animado a viajar desde pequeñas. Pienso que son cosas básicas para tener una mirada abierta y crítica hacia el mundo de la estética.