Clara Chía se ha convertido en la mujer más buscada del momento. Su relación sentimental con Gerard Piqué —recientemente descubierta, aunque, según diversas fuentes, llevarían juntos desde noviembre del año pasado o incluso antes— la ha situado en la picota y en el punto de mira de la prensa internacional, sobre todo desde que ¡HOLA! publicó en exclusiva las imágenes de la pareja asistiendo a la boda de unos amigos.
En las fotografías, que han dado la vuelta al mundo, conocíamos por fin el rostro —y la figura— de la chica que ha puesto ‘patas arriba’ la vida del futbolista culé. De melena larga, rubia y ondulada, ojos marrones y una estatura similar a la de Shakira, son muchos los que quieren ver que entre la catalana y la colombiana hay cierto parecido físico, aunque, Clara, de 23 años, es un poco más curvy que la cantante de Te felicito.
En lo que ya se conoce como el ‘culebrón’ del verano, todo son rumores, especulaciones, bailes de fechas y de testimonios sobre cuándo y cómo se conocieron Piqué y la estudiante de Relaciones Públicas y Protocolo. Pero lo que hemos podido confirmar es que a Clara le encantan los estampados de rayas.
Por lo que hemos visto de ella hasta el momento, la experta en organización de eventos —labor que desempeña al parecer en Kosmos, la empresa que fundó y preside Piqué— prefiere vestir en clave comfy, con prendas holgadas y a todo color. En su última cita romántica con el defensa del Barça, cuyas imágenes publica ¡HOLA! en su último número, Clara aparece con un veraniego vestido-túnica, corto y de silueta amplia, con un suave print de rayas verticales en tonos pastel.
Se trata del vestido Agosto de Laagam, la firma de moda que la influencer Inés Arroyo creó en 2016 y cuyo lema es “Moda audaz para gente deslumbrante”. El nombre de la marca, que presume de ofrecer prendas realizadas a mano en Barcelona, procede de un término masculino y de origen sueco, lagom, “que significa ni mucho ni poco. Pero pusimos la palabra en su forma femenina porque es una firma para mujeres, enfocada totalmente a su empoderamiento”, aseguraba Arroyo en declaraciones a La Vanguardia hace un tiempo.
Clara completaba su estilismo con una gorra de béisbol blanca, un accesorio que de ser un básico para protegerse del sol ha pasado a ser un básico en el armario juvenil; uno de los bolsos preferidos de adolescentes y veinteañeras, el modelo Rock con doble cadena, de Zadig & Voltaire, y, en los pies, unas flip flops negras.
Fiel a la filosofía de la firma de su vestido playero, “ni mucho ni poco”, la novia de Piqué apostó por un mix de lujo y low cost para el look que llevó en la famosa boda del pasado 20 de agosto. Su vestido largo, de escote halter y estampado de rayas verticales, era de la casa de moda italiana Missoni. Lo combinó con unas sandalias de tacón alto y transparente (Zara tiene unas idénticas en su actual colección), un bolso de mano de abalorios en azul y su cabello al natural, es decir, sin haber pasado por la peluquería. De hecho, Clara llegó a la finca donde tuvo lugar la ceremonia con su pelo recogido en una trenza y luego se lo soltó. No cabe duda de que es una joven muy segura de sí misma.