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Del espectacular desfile de Dior en Sevilla a su tan frecuentada isla de Ibiza, donde ha pasado las vacaciones acompañada de Fedez, Chiara Ferragni ha recorrido los enclaves más turísticos de España este verano. En el proceso, ha dejado tras su paso grandes lecciones de moda en las que el sello español también ha tenido gran protagonismo. La que en su día fue una de las primeras it girls del internet incluye ahora en en el catálogo de su empresa, The Blonde Salad, firmas nacionales como Sophie and Lucie o Barokah Jewels, pero este idilio de la influencer con el made in Spain también se refleja en los conjuntos que nos enseña en sus redes sociales. No hay pieza española que se le escape: crop tops, sombreros, chaquetas virales y, sobre todo, joyas.
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Cuando en octubre de 2009 la italiana comenzó a compartir contenido de moda, fotografía y viajes en el blog que denomina ahora a su empresa, The Blonde Salad, estaba creando lo que se tornaría en uno de los fenómenos más afamados del mundo virtual. El estilo de la joven enseguida cautivó a los internautas y las marcas comenzaron a confiar en ella para promocionar sus productos. Desde entonces, Chiara Ferragni ha trabajado con toda tipología de marcas: desde grandes casas de moda de lujo como Chanel, pasando por otras más asequibles como Calzedonia o, también, algunas locales y de menor dimensión que forman parte de sus elecciones personales. Este es el caso de la mayoría de las apuestas que hace por las prendas de nuestros diseñadores patrios.
Las joyas que Chiara repite sin parar
Aunque su nombre pueda confundir por provenir del árabe, Alhaja se trata de una marca capitaneada por dos hermanas millennials, María e Irene, que ha conseguido colarse entre las piezas preferidas de la reina de las influencers. Es una compañía de joyería que toma el Mediterráneo como punto de partida para inspirar colecciones artesanales, creadas por maestros orfebres y proveedores de toda la geografía española que bañan sus creaciones en micra de oro de 24 quilates. Un valor tradicional y local que se exporta a varios puntos del mundo, como Corea o Francia y, gracias a Chiara Ferragni, también tiene repercusión en Italia, ya que más de una vez ha mostrado su fanatismo por los colgantes de esta firma, especialmente, por los modelos Coral Cross y Tesorito.
Alhaja le ha acompañado en una agradable jornada en la piscina del Marbella club Hotel Golf Resort & Spa en bikini, durante un viaje en avión con un look muy cómodo, en una tarde familiar y diferentes veladas románticas a la luz de las velas, en conjunto con minivestidos florales.
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Cuando Chiara visitó Sevilla para asistir al desfile de Dior, la casa de moda de lujo les obsequió a ella y a otras invitadas VIP al evento, como a Sassa de Osma o Victoria de Marichalar, con un sombrero de estilo cordobés de una de las sombrereras más antiguas de España, Fernández y Roche, una compañía fundada por sus homónimos, Antonio Fernández Caro y Antonio Roche Verdugo en 1885.
La casa sombrerera es un icono de la moda española que ha ido expandiendo su buen hacer artesanal no solo a nivel nacional, sino también más allá de nuestras fronteras, exportando sombreros a países como Reino Unido, Japón o Estados Unidos y trabajando como proveedor para una cartilla de clientes que incluye nombres de lujo como Dior.
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El recorrido de Chiara Ferragni por la moda española es extenso. Al igual que la mayoría de las referentes de estilo que dominan el panorama de las redes sociales, Chiara alterna lujo con firmas asequibles, como Zara o Bershka, ambas del gigante gallego de Inditex. Ella fue una de las responsables en hacer viral la famosa chaqueta amarilla de Zara y varios de los básicos que dominaron en el street style, como camisetas de tirantes básicas o faldas de flores con las que agotó existencias en cuestión de segundos.
La última vez que hemos podido verle un diseño de esta marca barcelonesa fue en Ibiza, escenario para la que escogió el vestido Coraline, una silueta romántica de tirantes ajustables con formas de margaritas que se ciñó a su cuerpo como un guante en color blanco con estampado de flores rosas y verdes. A pesar de que la italiana también hace gala de su país en los estilismos que viste, la evidencia es clara. La relación entre Chiara y España es cada día más fuerte.