alexia catris y alexandra nusser fashion 118© Álvaro Medina

Alexia Catris y Alexandra Nusser, nuevas generaciones sostenibles

El deseo de lanzar una firma que tuviera un compromiso social fue lo que llevó a Alexia y Alexandra a recuperar la histórica marca que Michael Catris (el abuelo de Alexia) fundó en los años 50 y con la que se convirtió en el creador de los accesorios de seda de casas tan emblemáticas como Saint Laurent, Hermès o Celine. Dos generaciones después, vuelve Richel Paris (ahora, Richel By A2) con la misma esencia familiar, pero una nueva visión: el arte de saber unir la moda con el valor humano y medioambiental


22 de agosto de 2022 - 19:31 CEST

Rescatar la firma familiar con un objetivo: crear una marca consciente y comprometida con valores sociales. Este ha sido el sueño cumplido de Alexia Catris y Alexandra Nusser. Ahora, bajo el nombre de Richel by A2, han recuperado la firma que el abuelo de Alexia fundó y con la que prometen no solo continuar con el legado familiar, sino entender la moda como una fuerza más con la que hacer un mundo mejor. Hablamos con ellas.

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© Álvaro Medina

Mientras estudiaban un máster en Moda de Lujo fue cuando Alexia y Alexandra se dieron cuenta de que querían lanzar una firma con un trasfondo detrás y ahí nació Richel By A2. En la imagen, las dos amigas y diseñadoras llevan vestido y bolso, de su marca, y sandalias, de Clooui.

-Alexia, tu abuelo fundó en 1948 la histórica firma Richel Paris, ¿tienes algún recuerdo?

-Recuerdo perfectamente la primera vez que acompañé a mi abuelo a ver a un proveedor italiano de seda. Me acuerdo de la cantidad de catálogos repletos de colores y de tipos de sedas. Yo, entonces, solo quería jugar a ordenarlos y al final conseguía lo contrario.

-Saint Laurent, Celine, Hermès… eran algunas de las firmas para las que creaba los complementos de seda, ¿qué habéis recuperado?

-Alexandra: Hemos recuperado un poco de todo; tanto documentos, bocetos, catálogos… así como el stock de telas de corbata, corbatas propiamente confeccionadas que hemos reutilizado y seda 100 % fabricada en Italia.

“Trabajamos siempre con talleres sociales que pertenecen a fundaciones. La primera colección la realizamos con una pequeña fundación en Barcelona y la segunda, en Madrid” (Alexandra)

-¿Cómo surgió la idea de comenzar esta aventura?

-Alexandra: Tras haber vivido juntas en París y en Milán, en plena pandemia, quisimos crear una marca de moda que tuviese un valor social. La idea de relanzar Richel era perfecta, encontramos en un garaje familiar metros y metros de seda italiana.

-¿Qué le pareció a vuestra familia?

-Alexia: Se sorprendieron. Relanzar una empresa que había cerrado hace años emocionaba sobre todo a mi abuela, que fue la cofundadora de Richel junto a mi abuelo. Siempre se alegró, pero nos alertó del gran trabajo que hay detrás.

© Álvaro Medina

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Arriba, Alexandra lleva top, de Silvia Tcherassi; bermudas, de Richel By A2, y sandalias, de Clooui. Abajo, lleva chaleco, de Richel by A2; pantalón, de Cortefiel; zapatos, de Steve Madden, y gargantilla, de Aubarede7.

-Y tu abuela, ¿os ha ayudado?

-Ha sido uno de los grandes pilares. Ella, por experiencia, nos ha enseñado mucho.

-Contadnos cómo habéis fusionando vuestras dos pasiones: moda y arte

-Alexia: La moda no existe sin el arte. El arte de vestir. Nuestras prendas son limitadas, como los cuadros, cada una de ellas tiene un concepto detrás.

“La moda no existe sin el arte. Nuestros productos son limitados, como los cuadros, cada uno de ellos tiene un concepto detrás”

-Además, estáis muy comprometidas con las causas sociales… 

-Alexandra: Trabajamos siempre con talleres sociales, que pertenecen a fundaciones. La primera colección la realizamos con una pequeña fundación en Barcelona que tiene un taller llamado Fundació Roure y, esta segunda colección, con el taller Ellas lo bordan, en Madrid.

-¿Por qué decidisteis crear la firma con un impacto social?

-Alexandra: Como consumidoras de moda, nos dimos cuenta de que al comprar marcas solo demuestras tu poder adquisitivo y nunca tu valor humano o social y, tras haber estado inmersas en el máster de Lujo, quisimos crear lo que nosotras como consumidoras querríamos encontrar: una marca que tuviese un concepto detrás de cada prenda, no solo una marca que produjese simplemente para vender.

“Tras haber vivido juntas en París y en Milán, quisimos crear una marca que tuviera un valor social. La idea de relanzar Richel era perfecta, encontramos en un garaje familiar metros y metros de seda italiana” (Alexia)
© Álvaro Medina

En los alrededores del Cortijo de los Aguilares, la finca familiar de Alexandra. Alexia lleva chaqueta, de Richel by A2; falda, de Sessun; sombrero, de Zara, y botas, de Chloé. Alexandra, con top, de Deus Ex Machine; chaqueta, de Richel by A2, y pantalón, de Dixie.

-Ahora nos recibís en la finca familiar de Alexandra, ¿qué tiene de especial? 

-Como la primera colección está inspirada en las tradiciones españolas, quisimos representar ese folclore en el Cortijo de los Aguilares, una bodega tradicional española que estaba repleta de historia y tradición.

FOTOGRAFÍAÁLVARO MEDINA
ESTILISMOCARLA AGUILAR
TEXTOCARMEN CATASÚS
PELUQUERÍA Y MAQUILLAJEPEDRO CEDEÑO
AGRADECIMIENTOSCORTIJO LOS AGUILARES Y EQUUS RONDA