Rescatar la firma familiar con un objetivo: crear una marca consciente y comprometida con valores sociales. Este ha sido el sueño cumplido de Alexia Catris y Alexandra Nusser. Ahora, bajo el nombre de Richel by A2, han recuperado la firma que el abuelo de Alexia fundó y con la que prometen no solo continuar con el legado familiar, sino entender la moda como una fuerza más con la que hacer un mundo mejor. Hablamos con ellas.
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-Alexia, tu abuelo fundó en 1948 la histórica firma Richel Paris, ¿tienes algún recuerdo?
-Recuerdo perfectamente la primera vez que acompañé a mi abuelo a ver a un proveedor italiano de seda. Me acuerdo de la cantidad de catálogos repletos de colores y de tipos de sedas. Yo, entonces, solo quería jugar a ordenarlos y al final conseguía lo contrario.
-Saint Laurent, Celine, Hermès… eran algunas de las firmas para las que creaba los complementos de seda, ¿qué habéis recuperado?
-Alexandra: Hemos recuperado un poco de todo; tanto documentos, bocetos, catálogos… así como el stock de telas de corbata, corbatas propiamente confeccionadas que hemos reutilizado y seda 100 % fabricada en Italia.
“Trabajamos siempre con talleres sociales que pertenecen a fundaciones. La primera colección la realizamos con una pequeña fundación en Barcelona y la segunda, en Madrid” (Alexandra)
-¿Cómo surgió la idea de comenzar esta aventura?
-Alexandra: Tras haber vivido juntas en París y en Milán, en plena pandemia, quisimos crear una marca de moda que tuviese un valor social. La idea de relanzar Richel era perfecta, encontramos en un garaje familiar metros y metros de seda italiana.
-¿Qué le pareció a vuestra familia?
-Alexia: Se sorprendieron. Relanzar una empresa que había cerrado hace años emocionaba sobre todo a mi abuela, que fue la cofundadora de Richel junto a mi abuelo. Siempre se alegró, pero nos alertó del gran trabajo que hay detrás.
-Y tu abuela, ¿os ha ayudado?
-Ha sido uno de los grandes pilares. Ella, por experiencia, nos ha enseñado mucho.
-Contadnos cómo habéis fusionando vuestras dos pasiones: moda y arte
-Alexia: La moda no existe sin el arte. El arte de vestir. Nuestras prendas son limitadas, como los cuadros, cada una de ellas tiene un concepto detrás.
“La moda no existe sin el arte. Nuestros productos son limitados, como los cuadros, cada uno de ellos tiene un concepto detrás”
-Además, estáis muy comprometidas con las causas sociales…
-Alexandra: Trabajamos siempre con talleres sociales, que pertenecen a fundaciones. La primera colección la realizamos con una pequeña fundación en Barcelona que tiene un taller llamado Fundació Roure y, esta segunda colección, con el taller Ellas lo bordan, en Madrid.
-¿Por qué decidisteis crear la firma con un impacto social?
-Alexandra: Como consumidoras de moda, nos dimos cuenta de que al comprar marcas solo demuestras tu poder adquisitivo y nunca tu valor humano o social y, tras haber estado inmersas en el máster de Lujo, quisimos crear lo que nosotras como consumidoras querríamos encontrar: una marca que tuviese un concepto detrás de cada prenda, no solo una marca que produjese simplemente para vender.
“Tras haber vivido juntas en París y en Milán, quisimos crear una marca que tuviera un valor social. La idea de relanzar Richel era perfecta, encontramos en un garaje familiar metros y metros de seda italiana” (Alexia)
-Ahora nos recibís en la finca familiar de Alexandra, ¿qué tiene de especial?
-Como la primera colección está inspirada en las tradiciones españolas, quisimos representar ese folclore en el Cortijo de los Aguilares, una bodega tradicional española que estaba repleta de historia y tradición.