Dos días de festejos en el Palacio Grimaldi para celebrar la boda real entre el príncipe Alberto II de Mónaco y Charlene Wittstock, la 'mayor fiesta de Mónaco en 55 años' como se conoce a este acontecimiento que tuvo lugar hace 12 años. En la segunda jornada (2 de julio de 2011) y tras su unión por lo civil, se llevó a cabo la celebración religiosa a las 17:00 horas a la que siguió una cena de gala. Dos citas en las que sus invitadas, como Carlota Casiraghi o la princesa Carolina, nos cautivaron con elegantes looks de cóctel por la tarde y con vestido largo por la noche. ¿Cómo fueron sus elecciones de moda?
Para el enlace religioso, la hermana mayor de Alberto de Mónaco se decantó por un original vestido en color rosa con bandas de cristal bajo el pecho y la cintura en guiño años 20. Lo combinó con chaqueta a juego. Todo, de Chanel. Por su parte, su hija pequeña, Alejandra de Hannover, lució un minivestido con escote bordado, que acompañó de bailarinas con lacito en el empeine.
Por la noche, Carolina de Mónaco se decantó por un vestido midi de encaje azul oscuro que combinó con sandalias-joya y clutch dorado con borla de flecos. Culminó su look con una tiara.
La hija mayor de Carolina de Mónaco impactó con un vestido de cóctel rosa pastel con escote barco y tableado horizontal, de Chanel (colección Alta Costura Primavera/Verano 2011). Culminó su estilismo con sandalias de tiras cruzadas en el empeine y una diadema de rejilla.
Para la ceremonia religiosa, Tatiana Santo Domingo optó por un vestido corto de línea cruzada que se ceñía a la cintura con lazada. Llamó la atención por su intenso color violeta que se contrastaba con sus complementos en tonos claro. Igualmente, muy original era su clutch de bambú.
La por aquel entonces novia de Pierre Casiraghi llevó un entallado vestido de encaje en un tono gris muy clarito, creación que acompañó de unas sorprendentes medias de rejilla, tocado tipo casquete lateral y zapatos de tacón con tira en el empeine.
Si en su look de día abogó por la discreción de los tonos empolvados, por la noche impactó con un vestidazo de lentejuelas metalizacas, con escote barco, hombros estructurados, manga larga y cola.
Estefanía de Mónaco y sus hijos, Louis, Camille y Pauline
La princesa monegasca y sus dos hijas coordinaron sus estilismos en tonos pastel. Estefanía se decantó por un vestido de tirantes nude adornado con microvolantes plisados, mientras que Camille derrochó romanticismo con su diseño de gasa rosa y Pauline apostó por la elegancia clásica del tweed.
Por la noche, deslumbró con un vestido que realzaba su bronceado, un diseño estilo lencero de tirante espagueti y motivos brillantes de efecto paisley.
La entonces princesa optó por el que sigue siendo uno de sus diseñadores preferidos, Jan Taminiau, y lució un vestido recto en tono amarillo con detalles drapeados y decorado con una gran flor en el hombro. Remató con accesorios camel y pamela de rafia.
Por la noche, cambió de registro y abogó por una paleta de color más neutra con un vestido gris perla de silueta recta y escote palabra de honor decorado con detalles de encaje y volantes plisados. Remató con su tiara de aguamarinas.
La heredera al trono sueco optó por un vestido midi de gasa decorado con aplicaciones de pedrería en tonos verdes y plateados firmado por Escada. Le sumó cinturón, bolso de mano y salones de plataforma a juego.
Posteriormente, escogió un diseño de inspiración helénica con escote asimétrico confeccionado en un tejido de gasa que combinaba tonos rosas y grises. Agregaba un falso fajín de pedrería para potenciar la figura y lo acompañó de la tiara Fringe del joyero real.
Su hermana pequeña eligió para la boda religiosa un vestido de Dolce & Gabbana en tono champán, diseño de escote barco y manga ligeramente abullonada que incorporaba un cinturón de pedrería.
En la cena de gala, lució un fabuloso vestido largo con escote palabra de honor y efecto texturizado en tono gris. Lo acompañó de gargantilla brillante y tiara.
La por aquel entonces princesa belga escogió un vistoso vestido morado con pequeña capa al que sumó complementos en gris, desde el tocado hasta los guantes y los originales zapatos con lazo lateral.
Posteriormente, se decantó por un vestido de escote Bardot, cuerpo drapeado y falda larga confeccionado en un tejido brillante de tono frambuesa. Como la gran mayoría de royals asistentes, completó su look de invitada con una tiara del joyero real.
La princesa danesa puso el toque de color a la jornada con sus dos looks eléctricos. El de la mañana estaba protagonizado por un diseño azul turquesa de manga corta con un estratégico drapeado a la cintura. Lo acompañó de tocado lateral y sandalias nude.
Unas horas más tarde, volvía a acaparar todas las miradas con un look fucsia protagonizado por un diseño asimétrico que agregaba cola y un fajín ligeramente más oscuro. Completó con tiara, broches y un bolso de mano en tono frambuesa.
De igual forma, la novia también sedujo a todos los presentes con dos estilismos. Para su primer vestido de novia, lució un diseño de Giorgio Armani en blanco roto, de líneas rectas, escote barco y falda con gran cola. Estaba confeccionado en seda duquesa y adornos de flores de piedras bordadas a mano, cristales de Swarovski y madreperlas en forma de lágrimas en tonos blancos y dorados. La única joya que lució fue su alianza de 18 kilates de oro blanco y platino, de la firma Cartier.
Tras su aplaudido diseño de Giorgio Armani que lució en la ceremonia religiosa, Charlene de Mónaco cambió de look para acudir a la cena de gala celebrada en la Opera Garnier. En esta ocasión, llevó un diseño de Alta Costura del diseñador italiano, es decir, de su línea Giorgio Armani Privé. Se caracterizaba por mostrar cuello a la caja, detalles de transparencias y falda de volantes en capas con detalles de pedrería bordados. Igualmente, prescindió de joyas. Tras esta imagen, descubre cómo vistieron las invitadas a este enlace en la boda y, posteriormente, en los festejos de gala.
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