La boda del empresario Ramón Hermosilla , hijo del prestigioso abogado Ramón Hermosilla y Silvia Gómez-Cuétara, con la chef mexicana Karla Covarrubias, el pasado sábado 30 de abril en Ciudad de México, fue todo un acontecimiento social que reunió a más de seiscientos invitados. El enlace, del que la revista ¡HOLA! ofrece un amplio reportaje en su último número, congregó a destacadas figuras de la jet set internacional y el mundo de los negocios, entre ellos Marta Ortega .
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La presidenta de Inditex y su marido, Carlos Torretta, son buenos amigos de los novios, como prueba que durante la cena que siguió a la ceremonia religiosa, compartieron mesa presidencial con los recién casados. Para esta ocasión, en la que el dress code exigía black tie, la hija de Amancio Ortega volvió a confiar en el que se ha convertido en su diseñador fetiche para los grandes eventos: Pierpaolo Piccioli, director creativo de Valentino.
Marta Ortega se convirtió en una de las invitadas más elegantes y sofisticadas de la boda con un total look en negro: vestido sin mangas y con escote a la caja, con cuerpo de efecto celosía —similar al top, también de Valentino, que lució en la boda de Pedro Bravo y Carlota Pérez-Pla en julio del año pasado—, falda plisada de gasa, guantes por encima del codo y, sobre los hombros, una espectacular capa de organza anudada en el cuello, una de las prendas estrella de las últimas colecciones de Piccioli.
Para redondear su estilismo, Marta llevó un moño de estilo bailarina, muy pulido, que dejaba a la vista unos fabulosos pendientes largos de brillantes en forma de racimo, y zapatos de tacón alto y cuadrado con plataforma.
El día anterior, en la fiesta preboda que los novios ofrecieron a sus invitados en el antiguo convento Desierto de los Leones, la presidenta del imperio español de moda escogió un outfit más relajado, pero muy chic también: un vestido midi de seda de color amarillo intenso, de silueta despegada del cuerpo, sin mangas, con escote en forma de V y abertura en la falda. Su semirecogido de moño alto y parte de su media melena suelta, dejaba ver también unos pendientes largos de estilo artesanal. Marta combinó su vestido con mules plateados de tacón cuadrado y el complemento que sin duda atrapó todas las miradas: el bolso de satén de seda verde neón con plumas de avestruz del mismo color y asa-joya, de la colección primavera-verano 2022 de Valentino.