Entrar en casa de Susana Cruz, la diseñadora de Suma Cruz, es como entrar en un cuento de fantasía, donde las telas de la India se mezclan con muebles antiguos llenos de historia, con llamativos objetos adquiridos en rastros y con grandes plantas que llenan de alegría y frescura el espacio. Un hogar alegre y lleno de color que nos refleja que el talento y la creatividad de Susana no tiene límites.
-¿Desde cuándo supiste que te querías dedicar al mundo de la joyería?
-La pasión por las joyas me viene desde pequeña. Siempre me ha gustado jugar con la moda, disfrazarme… y, sin darme cuenta, siempre le he dado más importancia a los complementos que a la propia ropa. Mi abuelo era joyero, me encantaba ir a su despacho y acompañarle en las ferias… La primera vez que ahorré fue para comprarme un collar de coral que me enamoró y no paré hasta conseguirlo. Un buen complemento bien colocado te cambia el look de cero a cien, y eso, a día de hoy, me sigue fascinando.
-¿Por qué elegiste el nombre de Suma?
-Siempre soñé con crear mi propia marca y que se llamaría Suma, como mi primera perra, “mi primer amor”. Soy una amante de la naturaleza y los animales, no puedo vivir sin ellos. Suma es la unión de Su (Susana) y Ma (Manu, mi hermano). Mi perra me enseñó el amor por los animales y siempre le estaré en deuda. Su nombre me trae recuerdos de infancia.
-¿En qué te inspiras a la hora de diseñar tus joyas?
-En la naturaleza, la tierra y sus colores, las tribus…, las etnias ancestrales, los animales. Todos ellos envueltos en un halo de misterio y fantasía. Me gusta vivir en mi propio cuento.
“La pasión por las joyas me viene desde pequeña. Siempre me ha gustado jugar con la moda, disfrazarme… sin darme cuenta, he ido dando más importancia a los complementos que a la propia ropa”
-¿Para qué tipo de mujeres van dirigidos tus diseños?
-Paradójicamente, no hay un estilo de mujer Suma. No le gusto a un tipo de mujer en concreto… Me gusta decir que una “chica suma” tiene los pies en la tierra, el corazón contento y la cabeza en las nubes.
-Y tú, ¿con qué estilo de mujer te sientes identificada?
-Mi gusto estético es definido y barroco. Me gusta mezclar.
“Me gusta vivir mi propio cuento. en él hay mucho colorido, eclecticismo y, a veces, también un poco de caos”
-¿Usas joyas a diario?
-¡Por supuesto! ¡No sabría vivir sin ellas! Casi siempre me visto pensando en las joyas más que en la ropa en sí.
-Nos recibes en casa, ¿qué es lo que más te gusta de ella?
-Que desde fuera no te puedes imaginar cómo es por dentro. Cruzar el umbral es entrar en mi cuento. Todos los ambientes que he creado están llenos de alegría y de color.
“Lo que más me gusta de mi casa es que desde fuera no te puedes imaginar cómo es por dentro. Cruzar el umbral es entrar en mi cuento”
-¿Cómo definirías su estilo?
-Mi casa tiene un estilo alegre, colorido, desenfadado… e incluso, a veces, caótico.
-¿Tienes algún mueble favorito?
-La mesa roja de bambú del comedor, que fue un auténtico flechazo, y la librería francesa de mi vestidor, era de casa de mis abuelos y desde pequeña me pareció mágica.