Con su impactante belleza y sus medidas perfectas, Mireia Lalaguna parece una wonder woman terrenal. No es extraño que la catalana hiciera historia en 2015 al convertirse en la primera —y, de momento, única— española en conseguir la corona de Miss Mundo en la final que se celebró en China. Desde el minuto uno, Mireia dejó claro que era una “miss” atípica: “Conmigo se rompe el mito de que una “miss” o una modelo no tiene nada en su interior”, dijo en nuestras páginas nada más obtener el título.
Y, desde luego, a su físico prodigioso Mireia suma una cabeza, como se suele decir, muy bien amueblada. Viajó por todo el mundo, terminó su carrera de Farmacia, se mudó a México para formarse como actriz y, ahora, después de tres años viviendo en el país azteca, donde ha participado en tres series y ha presentado un talk show, ha regresado a España. Le gustan los retos y en su horizonte tiene un nuevo objetivo: crear su propia línea de cosmética. Para ello, viaja constantemente a Dubái, donde está creando este proyecto y desde donde nos atiende por teléfono.
“Después de tres años viviendo en México, he regresado a España. Intentaron secuestrarme y fue el momento en que decidí volver”
—Mireia, ¿por qué decidiste regresar a España?
—Sentía que México ya no era mi lugar. Lo dejé con mi pareja, un empresario mexicano, después de dos años, y estaba reflexionando sobre si me quedaba más tiempo, regresaba a España o me iba a Estados Unidos, cuando tuve un problema.
“México me ha dado cosas increíbles, un gran aprendizaje en mi carrera de actriz, pero España es mi país, mi cultura. Además, soy muy familiar, estos tres años lejos de los míos han sido muy difíciles para mí”
—¿Qué te pasó?
—En los tres años que he vivido allí, nunca me había pasado nada, siempre he ido con mucho cuidado, mantenía un perfil bajo, sin llamar la atención… Y justo esa semana que estaba pensando si me quedaba allí o si me iba a España, me intentaron secuestrar. Yo veía que tenía un coche en la puerta de casa con las lunas tintadas. Empecé a recibir llamadas por teléfono, que sabían dónde vivía, que si no les daba dinero me iban a secuestrar… Afortunadamente, yo tenía una grabación ese día y salí de casa antes, si no, no sé qué hubiera pasado. Siempre he creído que el universo te manda señales en el momento preciso y eso fue una señal para regresar.
—Después de esa experiencia, ¿volverías a México?
—No cierro las puertas a ir si surge un proyecto interesante. México me ha dado cosas increíbles, un gran avance y aprendizaje en mi carrera, pero España es mi lugar, mi país, mi cultura. Además, soy una persona muy familiar, estos tres años lejos de los míos han sido muy difíciles para mí. Cuando estalló la COVID y cerraron las fronteras, empecé a valorar lo importante que es estar cerca de los tuyos.
Mireia, que ha celebrado el Día de los Enamorados en Dubái, confiesa sobre su situación sentimental: “En este momento me siento feliz, tranquila y en paz”
—¿El título de Miss Mundo sigue proporcionándote alegrías?
—Ganar Miss Mundo, aunque suene a tópico, me cambió la vida completamente para bien. Si pudiera hablar con la Mireia de hace seis años le diría que volviera a presentarse, aunque haría muchas cosas diferentes. En ese momento era muy joven e inocente para lo que se me venía encima. Pero de todas las cosas buenas y las malas se aprende. Eso me ha ayudado a ser la persona que soy ahora y estoy orgullosa de ella.
—Vivir algo así debe de ser un subidón. ¿Cómo se mantienen la cabeza fría y los pies en la tierra?
—Todo se lo debo a mi familia, a mis padres, a mis abuelos, gracias a ellos he conseguido mantenerme en una línea recta, sin desviarme. Siempre me han acompañado y creo que el pilar de la familia y la educación que me han dado han permitido que no me volviera una persona superficial y arrogante; al revés, esta experiencia me ayudó a ser aún más humilde, a valorar las cosas que tengo y lo afortunada que soy.
“Mi sueño de siempre, incluso antes de ganar Miss Mundo, era ser empresaria y poder crear mi línea de cosmética, por eso estudié Farmacia”
—Mantener un físico como el tuyo, ¿requiere mucho sacrificio?
—Cuidarme es una parte de mi trabajo, pero tanto física como interiormente, porque este es un mundo en el que hay mucha competencia, envidia, mucho estrés… Me encanta levantarme prontito y salir a correr. También hago cuarenta minutos de yoga cada día. Lo descubrí durante el confinamiento y empezar a practicarlo me cambió el cuerpo completamente y la vida: me ayudó a poner la mente en calma. No sigo ninguna dieta, aunque me controlo el peso, cuando me paso un poquito de mi peso, bajo las cenas.
—Terminaste la carrera de Farmacia. ¿Piensas compaginarlo con tus otras facetas?
—Sí, llevo medio año trabajando en mi línea de cosmética y mi clínica, basada en productos orgánicos. Por eso últimamente viajo muchísimo a Dubái, porque es un mercado que está en plena expansión. Mi sueño de siempre, incluso antes de ganar Miss Mundo, era ser empresaria y poder crear mi línea de cosmética, por eso estudié Farmacia.
“Cuidarme es una parte de mi trabajo tanto física como interiormente, porque este es un mundo en el que hay mucha competencia, envidia y mucho estrés”
—En Dubái has celebrado el Día de los Enamorados. ¿Lo estás?
—Sí, lo he pasado en Dubái. En este momento me siento feliz, tranquila y en paz.